Encantado de Conocerte

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"Conocer a una persona en el momento equivocado es lo más jodido que te puede pasar"

— Nekocat —

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El viento azotaba las cortinas invadiendo mi habitación con el aroma de las flores del jardín del hospital. Olvidé mencionarlo, gracias a mi posición me ingresaron en uno de los mejores hospitales para vigilar mi tratamiento, era bastante amplio y su reconocimiento a nivel mundial le daba el status que se merecía, sin mencionar los especialistas que poseía y el agradable trato que recibía un paciente por parte de las enfermeras y el resto del personal.

Todo el hospital abarcaba como una hectárea, jodidamente gigantesco y a su favor es que se encontraba lejos de la ciudad, era como una casa de retiro, pero estaba bien, a mi nunca me había gustado los ruidos que provocaban los coches, las bocinas, los lugares congestionados, ugh, de solo imaginarmelo ya me daba mareos.

Me incorporé de la cama para tomar uno de los libros que había dejado en mi estante. Debo decir que toda mi habitación estaba decorada con pinturas, algunas incluso estaban enmarcadas, algunas antes de la tragedia y otras hechas durante mi calvario. El libro que estaba leyendo era una novela, "Delirium", un mundo en el cual no existen las emociones, que no existe el amor, uno donde no te rompen el corazón y te dejan tirado en la basura.

Lo cierto es que Petra me había recomendado el libro al ver que yo solo leía pura literatura "clásica", al principio le dije que no era para mi ese tipo de novelas cursis que te venden la idea del amor verdadero, pero cuando me contó como era el principio de la historia me encantó y el resto ya lo saben.

Yo en lo personal, no creo que no exista el amor, pero no creo que el amor sea algo para mí. ¿Por qué tan cerrado con el tema? Bueno, uno no vuelve a creer en esas cosas cuando el chico con el que salías por 3 años te deja por culpa de la esclerosis y el lupus. No lo resistió, no resistió la carga, terminó marchándose, dejándome en el olvido y se fue con alguien más. Quizá fue lo mejor para él, pero fue egoísta porque realmente lo quería, alguien tan frío como yo se abrió ante sus ojos y sus brazos y le di todo a él. Ese fue mi primer error, pero bueno, el pasado no se puede cambiar, no vuelve por más que uno llore y ya han pasado bastantes años después de esa historia de amor.

Mi mirada dislumbraba hacia afuera, todo era soleado y el viento ahora era bastante fresco, entonces se me antojo salir a leer el libro afuera, me parecía una excelente idea. Eso si, debía avisarle a Petra y no irme tan lejos en caso de alguna emergencia.

Después de encontrarmela en el pasillo avisandole donde estaría me sonrió despidiendose con la mano, aunque escuche que me habia llamado de nuevo, me giré para verla pero ella solo se quedó ahí, parecía como si tratara de decirme algo pero no lograba vocalizar. Al final solo agitó su mano como si estuviera espantando moscas y se fue.

Que extraño.

Salí por la puerta principal viendo todo el amplio paisaje que estaba frente a mis ojos, unos jardines con flores de todo tipo, desde margaritas hasta girasoles, era fantástico, senderos que estaban definidos con pisos de madera y arbustos de colores amarillentos haciendo de barandas naturales. También bancas de madera colocadas en puntos estrategicos, así como mesas de ajedrez y una fuente casi en el centro del jardín. Sin olvidar mencionar que arboles alrededor nos brindaban su sombra y hacian del lugar algo más fresco. A veces por estas cosas si me gustaba vivir en el hospital.

Sin embargo eran pocas las personas que realmente apreciaban esa obra de arte de la naturaleza, solamente lo hacian las personas de mayor edad y yo, nunca verías a los chicos de 18 años por aquí. Era algo triste, pero ya me había acostumbrado que algunos de mi generación y los milenials son muy... ya saben... no les importa más que sus selfies y los retos de moda.

Hasta mi AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora