• Capítulo 12

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❝Entre todo el glamour, más las luces de las cámaras, honestamente solo me viste a mí❞




Miami, Florida. Julio, 2016.



Tienen un par de días libres para terminar de grabar su primer álbum; tendrá un total de doces canciones y dos remix con artistas que aún ellos desconocen, pero según los managers: les va a encantar. Hasta el momento llevan grabado: Tan Fácil, Para Enamorarte, Tu Luz, Devuélveme mi corazón, Quisiera y la nueva canción que hoy les presentaron: No Entiendo. 

Tendrán unos meses muy ocupados entre ensayos, clases de baile y canto, planeaciones de vídeos musicales y las firmas de discos. Y todo esto se suma que tienen siete nominaciones en Premios Juventud y su primera presentación en unos premios.

Ahora se toman un descanso. Christopher y Zabdiel hablan alegremente por un lado, Richard hace facetime con su hija, mientras Joel y Erick están sentados juntos repasando las letras de las canciones que faltan por grabar.

—¿Cuál es tu canción favorita? —preguntó Joel. 

—Mhm, estoy entre Reggaeton Lento y Tu Luz.

—Sí estoy de acuerdo —asiente con una sonrisa y susurra —: Pero, yo digo que Para Enamorarte es nuestra canción.

—¿Qué dices?

—Te la dedicaría siempre.

Los ojos de ambos brillan olvidándose por completo que comparten con tres personas más. A Erick se le volvió costumbre apoyar su cabeza en el hombro de Joel y estuvo a punto de hacerlo cuando la voz del productor les hizo saltar a ambos ganándose miradas extrañas de todos.

—Christopher y Erick a ustedes les toca grabar ahora.




Christopher soltó un sonoro suspiró y se volteó.

—¿Quién está nervioso? Levanté la mano.

Quince de julio llegó demasiado pronto y aunque no pararon con los ensayos aún no se sienten completamente seguros. Su presentación sería en el intermedio de los premios.

—Yo sigo sin entender por qué tenemos que salir de una cabina telefónica —rio Zabdiel y luego miró a Richard —. ¿Tú nunca te pones nervioso o algo?

—No —se encogió de hombros —, saldrá bien.

—Es hora chicos —dijo Renato —, vayan a tomar sus asientos.

Todos asintieron y lo siguieron, menos esos dos. Erick estaba también a punto de salir cuando Joel agarró su muñeca y lo llevo de vuelta y cerró la puerta.

—¿Qué sucede? —preguntó Erick con un tono de preocupación —,¿Te pasa algo? No tienes que estar nervioso...

—No —niega relamiendo sus labios —. Sólo es que, te tengo un regalo... —de su bolsillo sacó una pequeña bolsita de tela y de allí le mostró dos anillos similares —. Desde que te vi aquella noche muy dentro de mí supe que te quería cuidar y esa hermosa sonrisa procurar, no quiero que nadie te dañe. En este tiempo todo esto se ha vuelto demasiado fuerte, tan fuerte como estos anillos.

cuando se apagan los reflectores || joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora