ʾ ִֶָ ꒰ 🕸 ʚ disease ⨟ markson.

One.

La primera vez que te ví, fue en aquella terapia general. Al principio no quería ver a mi lado. Tenía miedo de lo que encontraría. Cuando te levantaste de tu asiento, y volteé mi vista hacia tí, tus ojos me enamoraron.

En tu placa, impecable sin duda, se podía leer tu nombre. Oh, ¡tu bello nombre!, Jackson...

Las brisas de primavera lo susurran cada vez que pasas por mi mente.

Como cada tarde, Mark se sentó debajo de aquel cerezo para dibujar. Aunque no dibujaría cualquier cosa. Aquel rostro se aparecía en los sueño de Mark.

Suspiró, mientras sonreía tras ver como una de las hojas color cálido del cerezo caía en su dibujo.

El dibujo, sin duda era precioso. Jackson se encontraba entre los cerezos, mientras en su cabello quedaban rastros de hojas de estos.

Mark, como cada tarde, escribió con su letra curvisa "Jackson" en el marco, mientras, al lado de el dichoso nombre, dibujaba un corazón.

Mark no sólo estaba enamorado. Mark estaba completamente flechado de Jackson.

Y por otro lado, un curioso Jackson se asomaba por la ventana. Claro, como cada tarde, se encontró con aquel rubio dibujando. Las hojas del cerezo quedaban en su cabello, y Jackson sólo sonrió de lado.

¿Cuándo fue la primera vez que lo vio?, no mentiría, no lo recordaba.

Sin embargo, algo había en ese rubio, algo más allá de su apariencia.

Jackson pasó su dedo por el barandal del balcón, volviendo a adentrarse en su habitación para nuevamente abrir su libro.

Quizás leyó horas. Quizás minutos.

Sin embargo, los ojos de Wang se vinieron a negro, y más temprano que tarde, cayó en los brazos de morfeo.

Y quizás su sueño fue amargo.

O quizás, sólo quizás, su sueño fue lo más dulce que había visto en los últimos años.