Para mi sorpresa, todo salió a la perfección. Y estaba tan agradecida de que hubiera sido así. No podía imaginar la opción de algo más que no fuéramos ella y yo. En destino estaba que fueras para mi...
Siempre creí que yo sabía quien era yo. Es decir, he vivido 24 años conmigo misma, debería conocerme ya bien. Pero esa frase de Abril. Había lastimado algo muy pero muy profundo de mi. Yo no era perfecta. Pero nunca llegué a imaginar mi nivel de imperfección hasta que ella me hizo entender.
Yo era yo... y eso no era demasiado cool que digamos. Pero con Abril todo cambia.
Me encanta la romántica idea de que hay una persona destinada a llegar a nuestra vida para mejorarla y ayudarnos a descubrir lo que éramos, lo que podíamos llegar a ser y al mismo tiempo, amarnos como nunca nadie lo había hecho.
Abril, era esa persona. Abril era mi persona. Ella me elevaba, me motivaba, llenaba de fe mi corazón y ahogaba mis miedos
No podía darme el lujo de perderla. No podía arriesgarme a que alguien se diera cuenta de lo que ella valía y la quitaran de mi lado.
Así que si, volvíamos a estar las dos. Contra el miedo y la incertidumbre y decidimos que aprovechariamos al máximo el tiempo que aún teníamos juntas y cerca.
Quizás podría vivir otros 10 años conmigo misma y no podría llegar a conocerme tan bien como me conocía cuando estaba cerca de Abril. Y me encantaba eso.
Tenía solo un mes.
Implicaría un montón de películas, de mirar nuestra serie favorita juntas y un montón de noches en las que tendría que dormir muy cerquita de ella para sentir que era real.
Y así comenzó esa primer semana. Quería compensar todo el mal sabor de boca que le había causado.
Mucha comida rica, mucho café y muchos besos. Era increíble.
Y mientras más nos concentramos en nosotras, iba olvidando más el tema de Colombia.
¿Estaba tomando la decisión correcta?
Eso era algo que yo definitivamente no podía contestar.
Escuchaba tantas canciones de amor, veía tantas películas que llegue a creérmelo. El amor existía y también podía ser para mi. Lo seria a lado de Abril.
Y... así nos llegó el amor.
A