𝗗𝗘𝖴𝖷

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WooYoung salió de allí luego de unos minutos en completo silencio, no oía nada más fuera y lo único que esperaba era que el mayor siguiera allí. Abrió con cuidado y miró algo temeroso hacia afuera, viendo a San en el suelo, intentando levantarse. Salió de allí por completo y ayudo al mayor, adentrándolo al interior y cerrando todo nuevamente. Lo miró y sintió como su corazón se rompía ante eso, el mayor había intentado que no entraran, que no lo encontraran y había recibido golpes por ello. WooYoung odiaba todo eso, odiaba a esos hombres y sobre todo el no poder encontrar un lugar que realmente fuese seguro. Esa noche fue la primera vez en la que el mayor no se quejó en que el menor intentara curarlo, cuidarlo, y WooYoung se sintió mal por ello.

— Al menos no entraron —Rió el mayor, haciendo que WooYoung lo mire serio— Woo, sigo vivo, ¿No cree que esa es suficiente perdida para ellos? —WooYoung suspiró

— ¿Y cuánto más perderás tú? ¿Cuánto más perderemos nosotros? —Sus ojos se llenaron de lágrimas, haciendo que el mayor a pesar de sentir su cuerpo doler se levantara de su lugar y abrazara al menor

— Seguiremos ganando si seguimos con vida, seguir juntos es el premio mayor —Acarició la cabeza del menor, haciendo que WooYoung sonriera y asintiera

La historia de WooYoung no había sido muy diferente a la de la mayoría de personas allí, todo iba bien hasta que en un momento todo eso se derribó y tuvo que salir por su cuenta y cuidarse solo. Sus recuerdos no eran de ayuda en momentos de dolor, odiaba la forma en la que había conocido al mahor, odiaba recordar eso como el peor día de su vida. Esos hombres habían hecho demasiadas cosas malas allí, no les importaba absolutamente nada, no les importaba la vida de nadie y mucho menos la pureza en ellos. Su cuerpo dolía ante los recuerdos y lo único que hacía que siguiera allí era el mayor, le agradecería el resto de su vida por ello. Sólo deseaba un día despertar y que todo eso hubiese acabado y poder vivir bien, sin tener que temer por lo que pudiese pasar, ni lo que sucedería si lo encontraban nuevamente.

San nuevamente estaba arrastrándolo hasta un nuevo lugar, uno más seguro y temporal. Aún habían moretones en el mayor y eso no funcionaba para que se sintiera mejor, desearía lograr que todo esos moretones y dolor desaparecieran del mayor, pero no podía hacerlo y lo sabía.

— Por favor, quédate aquí, no dejes que te vean —San miró al menor— Volveré pronto.

WooYoung asintió, para luego ver como el mayor salía de allí. No sabía en cuanto tiempo volvería a ver a San, ni si volvería. El dolor en su pecho y el temor de no volver a ver al mayor aumentaban siempre que se iba y eso hacía que sus lágrimas salieran y odiaba llorar por ello. Debía entender que si San no volvía, debía cuidarse por su cuenta, ocultarse y seguir en busca de ese lugar seguro. Del cual cada vez tenía menos esperanza que existiera. .

𝗗𝗘́𝗝𝗔𝗠𝗘 𝖠𝖸𝖴𝖣𝖠𝖱 ; SANWOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora