𝗧𝗥𝗢𝖨𝖲

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WooYoung estaba seguro de que el mayor no regresaría, hace dos días que no aparecía y eso no le daba mejores pensamientos. La puerta se abrió de golpe, haciendo que se sobresaltase y luego sonriera emocionado y se acercará al mayor para abrazarlo.

— Volví, estoy aquí y juro que nunca lo había extrañado tanto —WooYoung sonrió ante las palabras del mayor y se alejó del abrazo, mirándolo en busca de algún golpe o algo.

— ¿Qué sucedió? ¿Por qué demoraste tanto? —San rió y tomó aire

— Me siguieron y tuve que ocultarme, pero mira —Alzo una caja— Tengo comida para el resto del mes —WooYoung rió y golpeó el brazo del mayor— Perdón por preocuparte, yo también temía por lo que te pudiese pasar y no sabía cómo volver más rápido para asegurar que estuvieras bien —WooYoung sonrió nuevamente y volvió a abrazar al mayor

Ambos estaban durmiendo juntos, San cada cierto tiempo se despertaba para oír algún ruido afuera y sobre todo para asegurarse de que WooYoung estuviese llorando en silencio o estuviese despierto. Cerró sus ojos por décima vez e intento dormirse hasta que amaneciera. No había logrado dormir bien durante esos dos días que se había mantenido fuera y eso hacía que su estado de alerta estuviese siendo exagerado en todo sentido. Pero que te persigan e intenten matarte no era una muy buena forma de no estar alerta exageradamente. Vio como a un par de personas les dispararon y es hizo que su miedo aumentase, volvió a ver esas camionetas que tanto odiaba e intento alejarse lo más posible de ella. También vio una camioneta de color blanco dar vueltas por allí en la noche, eso le dio miedo y más inseguridad, pero pudo ocultarse de ella y así poder llegar nuevamente junto al menor.

La puerta sonó, haciendo que San se despertara y se levantara algo asustado. Miró a WooYoung, quien también se había despertado por su forma tan brusca de levantarse, la puerta sonó nuevamente haciendo que WooYoung mirara al mayor y negara con su cabeza. No quería que golpearan al mayor nuevamente.

Parece que no hay nadie —Ambos fruncieron el ceño

Debe haber alguien, vi a un chico entrar aquí en la noche, creo que estaba escapando de nosotros —San se tensó, nunca pensó que lo hubiesen visto.

No somos los malos, no queremos hacerles daño, queremos llevarlos a la zona segura —WooYoung negó, mirando al mayor, quien se había acercado a la puerta para abrirla— No tenemos armas, y si nos quedamos más tiempo aquí estaremos todos en problemas.

San suspiró, no dejarían que vuelvan a tocar a WooYoung. No importaba si eso era una trampa, no quería que encuentren a WooYoung. 

𝗗𝗘́𝗝𝗔𝗠𝗘 𝖠𝖸𝖴𝖣𝖠𝖱 ; SANWOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora