La Maravilla De Conocerte

120 10 1
                                    


Con el pasar de las semanas comencé a convivir más con Alfred, el hombre me daba mensajes para que yo se los diera a mi madre, mensajes sobre el cuidado de la casa y su limpieza. Como: que le dijera a mi mamá que dejara el jabón orgánico para limpiar el piso y en cambio usara vinagre.

En esas semanas me la pasé de lo más genial con Alfred, ya que nos trataba como si fuéramos sus patrones y al cabo de unas semanas mis padres también convivían con él, pero creo que yo era el único que sabía que Alfred no era humano.

Pensé que Alfi (como comencé a decirle) era el único inquilino extra en aquella mansión. Que equivocado estaba.

...

Fue una noche cuando sucedió, mis padres habían salido porque tenían que ir a recoger a Conner, pues mi hermanastro estaría unos días con nosotros.

Esa misma noche que salieron, yo me puse a ver televisión en mi cuarto, era viernes por lo cual decidí desvelarme, estaba viendo una maratón de películas de terror. Aunque, mejor dicho yo las veía como comedias por lo absurdo que lograban ser. Bueno, eso pensé hasta que recordé que en mi nueva casa teníamos a un mayordomo fantasma.

Al finalizar la película me quedé pensado en la nada, hasta que un fuerte ruido, proveniente de la planta baja, se hace presente. Yo no le di mucha importancia, tal vez era Alfred queriendo mover algo, pero salí de todos modos para ver si necesitaba de mi ayuda.

Me quedo congelado en el cercado de la escalera, pues aquel ruido no lo provocó Alfred, eran otras personas. Todas ellas usaban túnicas de color vino.

Podía ver que uno de ellos portaba un bate de béisbol, y tal vez con eso fue con lo que rompió la ventana. Estaba congelado ante aquello, pues un fantasma no me dio miedo, pero hombres extraños que ingresan a tu casa era otro asunto más serio.

Mi mano por fortuna es sujetada por otra que me aleja de las escaleras antes de que aquellos hombres me vieran. La persona que me sacó de ahí fue otro chico desconocido, pero sin temer lo sigo hasta encerrarme en el ático.

Ya estando ahí, ese chico me pregunta por mi bienestar, yo le respondo que estoy bien. Un sepulcral silencio se forma, hasta incomodarme y decidí en salir de aquel ático. Pero aquel chico me detiene.

-Si bajas y te ven, es muy probable que te rompan el cráneo a batazos.

Trago saliva por lo que me dice el chico, por unos momentos recordé que éramos desconocidos.

-¿Cuál es tu nombre?

-Me llamo Damian.

-Un placer, soy Jon... dime ¿Cómo entraste a mi casa?

-¿Tu casa? Yo vivo aquí.

Era más que obvio que Damian era un fantasma como lo es Alfred, por lo cual no me confundí como lo harían en una película, pues los cabos ya los había unido.

-Entonces eres como Alfred, un fantasma.

-¿Qué? No... yo soy otra cosa más complicada de explicar.

-Pues tenemos un buen rato para esperar a que esos tipos se vallan.

Y después de que el tal Damian diera un extraño sonido con su lengua, el comenzó a narrarme todo lo que tenía que ver con la mansión y con él.

En resumen, en el mundo hay las llamadas "Bocas del infierno" que son lugares místicos que antiguas civilizaciones usaban para diferentes beneficios, en todo caso, la mansión Wayne (mi actual hogar) está construida sobre una de estas "Bocas del infierno" lo cual provoca que las almas no pasen al más allá y como consecuencia dejándolas atrapadas en la mansión para siempre.

El Parque De Juegos Del DiabloWhere stories live. Discover now