El Socio de Tony Stark [Charles Xavier]

Capítulo Único

Nota: ¡Hola a todos! Como ya leyeron en la descripción, esta es una precuela de: "El Asistente de Tony Stark" (Tony/Loki). Los acontecimientos de esta parte, como los de la otra que les acabo de mencionar, no alteran para nada sus versiones individuales. 

En pocas palabras: Pueden disfrutar de esta historia de Charles Xavier & Tony Stark sin inconvenientes.

¡Ahora sí! ¡Comencemos!

.:: Advertencia ::.

⚠️ Contenido Explícito ⚠️

***

El magnate de Industrias Stark vertió en la copa un chorro de Whisky, el cual se mezcló con un par de cubos de hielo en el fondo del cristal. Su invitado le brindó una sonrisa ladina, mientras tomaba asiento sobre el sofá de su elegante oficina personal.

—Cuéntame más sobre ti y Erik Lehnsherr, ¿cómo va tu vida de hombre casado? —inquirió Tony. Luego, le tendió la copa con una mirada caliente.

Charles humedeció sus labios con el líquido, y, posteriormente, bebió un gran trago de golpe. Un silencio sepulcral envolvió a ambos hombres. La mirada del más joven se desvió hacia el gran ventanal de la oficina, mientras su potencial socio lo observaba expectante.

El castaño de ojos azules, y elegante traje café, le dedicó una pequeña sonrisa a Stark. Este la correspondió, comprendiendo toda esa decepción implícita en el rostro de su viejo amigo.

Y es que, Tony conoció a un joven Charles Xavier, aquella vez que fue a dar un seminario al MIT con duración de dos meses. De ese lapso, ambos pasaron un mes entero dedicado a un tórrido romance que terminó en el momento en que Stark le dio su diploma de asistencia.

Por suerte, para ambos, el afecto continuaba intacto.

—No es precisamente como me imaginé que sería —confesó al fin. Su mirada en los hielos tiritando contra el cristal.

Stark se cruzó de brazos. Apoyado contra su escritorio poseía un ángulo privilegiado, ya que, desde ahí, podía ver entre las persianas abiertas de su oficina, a su encantador asistente, quien, respondía llamadas y revisaba papeles con el profesionalismo que lo caracterizaba. Tony, a su vez, también podía ver todo el atractivo del hombre que deseaba comprarle armamento para su nuevo campo de tiro.

El ahora director de un instituto para jóvenes pudientes, era su cliente potencial. Una transacción poco jugosa, pero, quien había llegado a negociar la compra de un par de rifles de caza y revólveres sí lo era.

Charles Xavier era un hombre encantador, joven y pobremente satisfecho en un matrimonio que salió mal.

—El hombre va por su tercer matrimonio —comentó el magnate, con claro conocimiento del sujeto de quien hablaban—. ¿Exactamente qué esperabas de él?