Capítulo IIII.

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Niall suspiró, desilusionado. Al final había resultado que Zayn no estaba allí para atenderle. Que fastidio, y pensar que se había pasado los últimos cinco días ansioso y sin poder pensar en otra cosa que no fuera su visita de revisión de tattoo. Bueno, al menos le quedaba eso. El precioso trazado sobre su piel le recordaba todos los días que el chico de mirada de chocolate no había sido solo un sueño. Pero le parecía triste que la historia se hubiera acabado ahí. Su mente había volado, imaginando lo que pasaría en la siguiente vez que se vieran las caras. Y todo para nada. Un sonido le sacó de sus ensoñaciones. Ya volvía Juliette de su turno, acompañada de Louis y Max, armando jaleo, por supuesto. Mona llevaba una ropa genial ese día. La tatuadora se había subido a unas plataformas enormes y llevaba un minivestido verde del mismo color de las paredes. Cuando les habló a sus amigas de su historietilla con Zayn habían querido apuntarse en seguida. No fue el único que se quedó decepcionada con la desaparición del chico. Se despidieron de Mona y empezaron a bajar las escalerillas que daban a Candem Town. Niall se arrebujó en su abrigo rojo y contempló como el vaho se formaba en torno a su boca.

- Que putada – dijo Max poniéndole el brazo sobre los hombros.

- Ya ves – respondió Louis sonriente -. Queríamos conocer al tatuador-sexy.

- La putada es para mí – puntualizó Niall -. Seguramente ni vuelva a verlo.

-Yo puedo inventarme una infección en el tobillo, denunciarles por la mala calidad de la tinta y hacer que os veáis de nuevo – señaló Juliette, entre risas.

Niall sonrió, aunque no tenía ninguna gana de reírse. La verdad es que estaba muy chafado. Incluso notó los ojos húmedos y se maldijo a sí mismo por la dureza de la que carecía. Pero no iba a llorar por esa tontería. De repente, su móvil empezó a sonar, haciendo que su corazón latiera más fuerte. Sus amigas también se habían parado y cruzaban miraditas entre ellas. <<Relájate>>, se dijo a sí mismo cuando vio que el número que la llamaba era un contacto oculto. Pulsó el botón de descolgar con dedos temblorosos por el frío y se acercó el teléfono a la oreja.

- ¿Sí?

- Let it be, let it be… - cantó la voz de John Lennon al otro lado de la línea, haciendo que los labios de Niall se curvaran en una sonrisa enorme.

- ¿Cómo has conseguido mi número? – preguntó, mientras sus amigas y Louis se pegaban a ella intentando escuchar algo de la conversación.

- Registramos los números de los clientes en el libro de visitas – le respondió la voz que tanto había añorado esos días, acelerándole el pulso.

- Debí suponerlo

- ¿Haces algo esta tarde? – Zayn parecía contento.

Las tardes de paseo al perro son sagradas – dijo Niall, divertido.

- ¿Perro? ¿Por donde sueles sacarlo?

- Hay un parquecillo en mi calle que…

- Entendido. Nos vemos, bebé.

No sabía si estaba más acelerado antes o después de la conversación. Se quedó mirando el teléfono que, en su mano, seguía emitiendo los pitidos que te avisan de que la otra persona ha colgado. Estaba confuso, sentía el corazón en la boca del estómago. ¿Qué había significado eso? ¿Acaso él iba a…? ¡Ni si quiera sabía dónde estaba su casa!

- ¡Vamos, no te quedes ahí parada, cuéntanos qué ha pasado! – le apremió Louis.

- ¡Pero con todos los detalles, duende! – le amenazó Max, llamándole por su mote.

- Creo que lo veré… - empezó Niall, lentamente – muy pronto.

Entonce sus amigas empezaron a gritar, mientras que Louis palmeaba suavemente su espalda, y no pudo evitar una carcajada al ver como la gente del la calle se giraba para mirarlas, con caras de odio. Pero no podía enfadarse con ellas. No sabía muy bien lo que acababa de pasar, pero lo que sí sabía era que esa tarde iba a ser muy especial.

Let It Be. (Ziall FanFic) Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora