El apartamento de Zayn era el típico lugar en el que Niall se sintió cómodo desde el primer momento. Las paredes del salón, pintadas de naranja, estaban decoradas con un montón de pósters de distintos grupos.
Se podía ver que sus gustos musicales abracaban desde Green Day hasta ABBA, pasando por Bon Jovi y Queen. En medio de la sala había un sofá cubierto por mantas que miraba al pequeño televisor. Y detrás una mesilla con cajones llenos de cómics y revistas. Las estanterías estaban a rebosar de libros sobre técnicas de tatuaje o arte urbano. Era el modelo estándar de apartamento de un chico de veinte años.
- Puedes dejar la chaqueta ahí – dijo él cuando le abrigó la puerta.
Niall hizo lo que le dijo. En la casa había buena temperatura así que también se sacó el jersey y se estiró su camiseta de manga corta de El Resplandor, su película de terror favorita de todos los tiempos. Cuando dejó la chaqueta en el taburete le temblaba la mano. <<Relájate, solo vais a ver una película>>, se decía a sí mismo una y otra vez. Pero aún así sus nervios seguían a flor de piel. Suspiró un par de veces para intentar serenarse. Además, el hecho de que Zayn llevara una ceñida camiseta de tirantes negra no ayudaba a aminorar la tensión. Empezó a pasearse por la sala a mirar fotografías. Él había desaparecido en la cocina seguramente para preparar palomitas.
- ¿Qué tenías pensado ver? – preguntó en voz alta para que el chico le oyera.
- ¿Qué te apetece más: zombies, hombre-lobo o vampiros? – le respondió.
- Claramente zombies – añadió con una sonrisa.
- Pues elige tú mismo Niall, en el armario bajo la tele tengo la mayor colección de terror del mundo.
Se encaminó hacia allí y se agachó para empezar a rebuscar entre las miles de carátulas. No podía decidirse entre Soy Leyenda o Bienvenidos a Zombieland. Al final escogió la segunda, el terror cómico era su favorito. No sabía qué hacer así que siguió ojeando cajas hasta que vio algo que le llamó la atención.
Era una fotografía, una hecha con esas cámaras antiguas que imprimían nada más pulsar el botón. Agarró el fino papel y la miró mejor. Salía Zayn, besando en la mejilla a una chica rubia que había a su lado. Ella sonreía, parecía feliz. Era guapísima, rubia con mechitas rosas en las puntas del cabello. Y aunque casi no iba maquillada, no le habría extrañado verla en la portada de alguna revista de moda. Estaba tan absorto que casi no se dio cuenta de cuando Zayn se arrodilló a su lado.
- Se llama Perrie – dijo con voz neutra – cortamos hace más un año.
- Es preciosa – Niall se mordió el labio y lo miró -. ¿Cómo se puede competir con esto?
- Tu no tienes que competir con nadie – Zayn sonrió y le besó en la mejilla.
Niall se sonrojó. Desde la noche anterior no había pensado en otra cos que no fuera volver a sentir el contacto de los labios del chico sobre su piel.
Un escalofrío le recorrió la espalda y su cuerpo entero le pidió más.
<<¡Relájate!>>. En silencio, se levantaron y se dejaron caer en el sofá. Estaba atardeciendo así que pronto no entraría ninguna luz por las ventanas. Niall se acomodó y el chico pulsó el play.
- Oh, Bienvenidos a Zombieland, cuan apropiada elección – dijo él, sonriendo
- Dime algo que no sepa.
* * * * *
Los títulos de crédito se sucedían en la pantalla, mostrando los nombres de todas las personas que habían contribuido en la película. Por las ventanas ya no entraba más luz que la de la luna, dejando la estancia sumida en la semipenumbra. A Niall le sobrecogía esa sensación tan habitual después de ver una peli que le gustaba. En algún momento de la historia, se había deshecho de sus zapatos y había estirado las piernas, apoyándolas en el regazo de Zayn, quien le acariciaba los gemelos distraídamente. Se había relajado demasiado, pero en ese momento se encontraba terriblemente a gusto. Y de repente calló en la cuenta.
- ¿Dónde está princesa? – preguntó, rememorando a la pastora alemana de pelaje blanco.
- Pasando unos días con mi hermana a las afueras – Zayn le miró sin dejar de acariciarle suavemente por encima de sus vaqueros – la he llevado esta mañana.
- A las afueras – repitió Niall para sí. Frunció el ceño, eso quedaba muy lejos -. ¿Y tus padres?
- Mi padre vive con mi hermana – tragó saliva -. Mi madre murió hace cinco años –terminó con una triste sonrisa.
Niall odiaba esos momentos. Normalmente no habría tenido idea de qué decir o qué hacer. Lo de ‘lo siento mucho’ nunca le había gustado. Era como decir ‘lo siento por ti’ y además le parecía que sonaba demasiado falso. Así que cuando se enfrentaba a alguna situación así solía quedarse callado. Pensaba que el apoyo moral era mejor que cualquier otra típica frase que pudiera decir. Pero, para su sorpresa, en ese momento supo exactamente qué hacer. Cambió de posición, se cruzó de piernas y se acurrucó contra el pecho de Zayn, rodeando su abdomen con el brazo.
- Seguro que era una mujer maravillosa.
- Realmente lo era.
Él lo rodeó con sus fuertes brazos, apretándolo más contra sí, y le besó la cabeza. Niall se permitió cerrar los ojos un momento y disfrutar de esa sensación. Su olor y su calor le rodeaban. Con ese perfume tan característico de colonia y cuero. Escuchaba su corazón latir pausadamente. Era tan bueno estar así. Podría pasar allí el resto de su vida, cobijado en su abrazo, protegido por sus brazos.
- Quédate esta noche.
<<Quédate esta noche>>. El segundo en que Niall estuvo procesando esas palabras fue también el segundo que tardó en levantarse súbitamente, dejando a Zayn sorprendido en el sofá en el que hacía un momento estaban acurrucados. <<No me mires así>>.
- No puedo, mañana tengo… - balbuceó, alejándose hacia donde había dejado su chaqueta.
Zayn se levantó y lo miró con el ceño fruncido.
- Mañana es sábado, Niall, no tienes clase.
- Pero mi padre, él no… - el corazón le latía a una velocidad de vértigo
- Eres mayor de edad, ¿te crees que soy tonto? – el chico hizo una pausa y suspiró para serenarse. Tragó saliva y volvió a mirarla -. ¿Qué es lo que de verdad te da miedo?
Niall lo observó, con los ojos llenos de lágrimas. Estaba confuso y
asustado. No entendía nada. No le daba miedo él. Lo que le daba miedo era
sentir la fuerte necesidad de salir de allí lo antes posible. Agarró su chaqueta. <<¡Cálmate, él no va a hacerte nada!>>. Se le escapó una lágrima de histeria. Zayn se acercaba lentamente. Cuando estaba a unos centímetros, Niall bajó la vista. De repente no podía dejar de llorar.
- Yo no soy como él – dijo el chico, como si le hubiera leído la mente. Le besó la frente, mientras que con la mano acariciaba suavemente sus mejillas. Niall se sorbió, apoyando el rostro contra su hombro, dejando que le envolviera en su abrazo.
- Él nunca escuchaba lo que yo quería – dijo sin pensar, con la voz quebrada.
- ¿Y qué era lo que tú querías? – preguntó suavemente.
- Yo quería tocar el cielo.