Capitulo 6

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¡Lo odio! ¿Qué tan estúpida me creía como para que creyera que yo no iba a recordar nunca? ¿Yo su novia? ¡si claro! Ya quisiera él que fuera su novia.
No dudó en mentirme tan pronto tuvo oportunidad, seguro que quería vengarse de mí. Pero, ¿no era más fácil que me hubiera dejado sola en la estación de policía y hubiera dicho que no me conocía? Que me dejara abandonada hubiera sido suficiente venganza. No hay peor castigo que la soledad.
Pero no, tenía que traerme aquí, a su casa, a que me tratara como de la servidumbre y se burlara de mí.
Sólo estuve una semana sin poder recordar nada, luego de aquél día en donde escuché esa canción y logré acordarme de ella, mis memorias poco a poco fueron viniendo a mí. Recordé mi apellido un día que Simón se encontraba en el supermercado. Me alegré pensando que era un gran avance, y quería contárselo pero no recordaba nada más, y mientras lo esperaba decidí buscar información sobre mí en internet. Mi quijada tuvo complicaciones al quedarse en su sitio cuando al ingresar mi nombre en el navegador encontré que nada de lo que yo había creído que era, fue cierto.
Era una persona influyente y muy famosa. ¿Entonces qué me había pasado? ¿Quién era Simón? No lograba recordar pero esas preguntas se fueron aclarando con el paso de la semana ya que mis recuerdos fueron regresando poco a poco.
Al principio quise aventarle la televisión encima y agarrarlo a palazos. ¿Por qué no me fui de ahí tan pronto recordé todo? Bueno, quería descubrir por qué era que me tenía ahí, porque me hizo pasar por su novia, aunque si debo sincerarme, sé que yo quería escapar de todo y ese lugar era el único que me traía paz.
Era cierto que lo odiaba, me había engañado. Pero la verdad es que Simón no me había dejado sola. Todos los que en algún tiempo dijeron ser mis amigos, o aquellos que me juraron amor eterno no tardaron en dejarme nadie quería siquiera quedarse a mi lado, pero él, que sólo quería vengarse ¿Por qué fue más atento incluso que todos los demás que decían quererme y sacar provecho de mi?
Porque, aunque él trató de hacerme el peor daño posible, la verdad es que me dio algo que sentí más sincero que todo lo que había vivido. Su preocupación, su amabilidad, todo en él era real. Por eso mis dudas crecían. ¿En verdad quería hacerme daño?
Desde la casa de Simón me puse en contacto con mi gente, mi secretaria Delfina se alegró al saber que estaba viva, todos habían estado buscándome. Tenía que regresar.
Pero yo quería seguir viviendo esa fantasía, donde Simón todas las noches veía las estrellas a mi lado y me contaba historias acerca de él o historias inventadas de cómo fue que nos enamoramos. Era lindo ver sonrojos cuando me acercaba a él y besaba sus mejillas.
Me fui enamorando con el tiempo y no quería irme lejos de ahí, no era posible que siguiera manejando las cosas de la oficina desde esa casa. Delfina ya no podría ir a escondidas a entregarme contratos ni yo podía seguir teniendo llamadas importantes y decisivas para la empresa escondida en el baño.
Simón iba a enterarse algún día, y Luna empezaba a notar que algo raro iba conmigo era cuestión de tiempo que se descubriera.
Lo había decidido, me iba a ir de ahí tan pronto terminara el fin de semana, quería disfrutar un poco más de esa vida tan tranquila que llevaba. Dónde no importaba si era una CEO, hacía labores domésticas y aunque al principio lo detestaba, me hizo sentir que realmente pertenecía a una familia, donde todos tenían responsabilidades. Y eso me traía mucha paz.
Yo era feliz estando con ellos, no recordando nada más, no siendo juzgada por nadie. Pero sabía que Simón sólo fingía, porque quería vengarse de mí, o eso fue hasta que escuché aquella plática:
"Te está gustando ¿verdad? – Luna hablo
- Yo, me arrepiento –
- Te dije que ibas a jugar con fuego y eso no era nada bueno – Luna reprochó.

- Y por jugar con la diabla, me quemaré en el infierno, Soy un idiota
- No te culpes, durante este tiempo yo igual le he cogido cariño, es cierto que es presumida y a veces insoportable y eso que no tiene memoria, pero es buena persona.
- ¡Y lo sé! Y yo me aproveché de ella estando indefensa para poder vengarme, soy una mala persona. Si tan sólo ella tuviera memoria la venganza hubiera sido mejor con la antigua ella."
¿Simón estaba arrepentido? Sus palabras movieron algo en mi corazón, una pequeña luz de esperanza. Mis sentimientos no pudieron controlarse una vez que estuvimos solos. ¿Sospecharía que recuerdo algo? Negué cuando su pregunta fue dirigida a mis recuerdos. Sus ojos enormes me miraban de una manera que hacían que me perdiera en ellos.
¿Cómo me enamoré de él? ¿Cómo fue que el destino nos jugó esta broma? Él me mentía diciendo que eramos novios aprovechándose de mi falta de memoria para vengarse de mí y yo le mentía con una amnesia inexistente sólo para poder vivir más en está fantasía que él había creado.
Lo besé, por primera vez sentí sus labios y él correspondió.
Sus caricias eran tiernas y llenas de cariño. Yo estaba dispuesta a devolverle todo en ese beso, no sabía muy bien cómo hacerlo pero quería hacerlo. Era mi despedida y mi regalo. Porque aunque él me mintió, fue la mentira más real que he vivido. Me dio un regalo que nadie me había dado. Me hizo sentirme en paz.
Por primera vez, no era la heredera de la compañía de mis padres adoptivos. No era la niña que tenía que trabajar duro para ocupar el lugar de un hijo fallecido y que tenía que cumplir con cada uno de los caprichos de sus ahora padres, los que a pesar de todo no me reconocían como tal. Por primera vez era Ámbar, sólo Ámbar, sin títulos que me acompañasen ni gente esperando perfección.
Me sentía protegida entre sus fuertes brazos. No me hizo sentir incómoda, ni siquiera se atrevió a tocarme de más.
Se durmió cansado pero rodeaba mi cintura entre sus brazos aferrándose a mí. Nunca me soltó, como si me protegiera de cierta manera. Su rostro era demasiado tranquilo, y sobre todo muy bello. Él era demasiado atractivo.
- Te amo – pronuncié sin ninguna duda, y con toda mi sinceridad. Simón abrió sus ojos y me sonrió
- También te amo- respondió para luego juntar sus labios a los míos en un lindo y casto beso.
- Ámbar – Delfina interrumpió mis pensamientos – este es el contrato con el hotel para el área de repostería – dejó los papeles sobre el escritorio y volteó a verme - ¿Estás bien? – preguntó preocupada al ver que ciertas lágrimas se escurrían delatando mi tristeza.
- Yo los firmo, no te preocupes en un momento te llamo – limpié las evidencias con mi mano y minimicé la escena.
Habían pasado dos semana desde que había dejado el hogar que compartía con Simón, sólo dejé una carta escribiendo que recordaba todo y que no me buscara. ¿Por qué lo hice? Todavía sigo preguntándomelo, tal vez el miedo de que mi fantasía se desmoronara ante mis ojos, el ver como Simón sólo se burlaba de lo que había pasado. No estaba segura de nuestra historia llena de mentiras. Él me odiaba y yo lo amaba.
- ¡Joven no puede entrar así! – escuché los gritos de Delfina afuera, lo que hicieron que caminara con urgencia a la puerta la que fue abierta por un peligroso mexicano que hizo que mis ojos se abrieran de sorpresa.
- ¿Simón? ¿Qué haces aquí? – Él no me respondió y solo cerró la puerta con seguro mientras con pasos firmes se puso enfrente de mí, puso sus manos en mis mejillas y me aferró a él en un beso que me tomó por sorpresa. No tardé mucho en corresponder cuando puso sus manos en mi cintura, me sentí derretir en esos instantes. Coloqué mis brazos alrededor de su cuello y lo seguí besando. ¡Oh Dios mío que bien besa! Cuanto lo había extrañado, y mis labios lo demostraban pero Simón se alejó.
- Lo sabía – mencionó y lo empuje sonrojada por lo que había hecho. Simón vendría a burlarse.

- ¿Qué haces aquí? – mi voz fue dura
- Hace unos meses, te odiaba con toda mi fuerza. Desde que me levantaba hasta que me dormía pensaba en ti maldiciendo el día en que te conocí, y cuando por fin pude librarme de ti, la policía me llamó para decirme que sólo pudieron contactarme a mí. –Diablos, él venía a burlarse de mi- Pensé que el destino me daba una oportunidad para vengarme de ti. – No, no lo soportaré.
- ¡Lárgate! – grité adolorida por sus palabras acercándome a él y empujándolo pero me sostuvo con fuerza y siguió hablando.
- ¡Y traté de vengarme pero no pude! ¡No pude hacerlo porque me enamoré de ti! Y egoístamente te seguí mintiendo para que no te fueras de mi lado, y pensé que no lo harías porque me correspondías aunque fuera porque estabas engañada. Pero yo realmente me enamoré de ti. Cuando leí tu carta decidí que no te iba a buscar, pero sabía que debía contártelo todo, porque yo daría todo porque me perdonaras. – ambos estábamos llorando. Simón no se vino a burlar, sino que vino a explicarme todo, a contarme la verdad.
- Yo – intenté hablar pero él siguió.
- Sé que debes odiarme y que te debo dar asco, pero juro que fui sincero cuando dije que te amaba, y sé que tú también me amas, me correspondiste el beso y eso me da las fuerzas necesarias para luchar por ti.
- Yo no fui sincera – confesé y él me miró confundido – Yo, supe todo una semana después del accidente
- ¿Una semana después? Eso quiere decir que – quedó pensativa un momento - ¿sabías todo durante dos meses?
- Si – baje la mirada avergonzada
- ¿Por qué no me dijiste nada?- acarició mi mejilla secando mis lágrimas saladas.
- Tenía miedo que nuestra felicidad acabara – mi voz se cortó mientras hablaba.
- Tonta – me besó en los labios mientras pegaba nuestras frentes- Mi felicidad se acabó el momento que decidiste dejarme esa nota
- Perdón
- Perdóname por haber tardado tanto en venir
- ¿Ámbar estás bien? – preguntó Delfina desde la puerta sacándonos una sonrisa a ambos
- Si – respondí y Simón me besó de nuevo – Excelente – susurré sobre sus labios.
- Entonces ¿Quieres empezar desde cero? – Acarició mis labios con sus dedos mientras me miraba a los ojos.
- ¿Sin mentiras ni reencores?
- Sin mentiras ni reencores– Ambos reímos antes de entrelazar nuestras manos y besarnos de nuevo.

FIN

Novia Por Accidente TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora