Fluff

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Advertencia: Fluff hasta que duela.

🧡Les hice un Modboard rosita para este one shot 🧡

Tony sonrió, se encontraban ambos sobre la pequeña cama, comían helado como si la vida se les fuera en ello. El menor se encontraba entre las piernas de Stark, aprisionado, protegido de todo lo feo del mundo.

—Te amo— susurró Tony al oído del chico.

—Te amo— respondió Peter acurrucandose más a su pecho.

Veían películas clásicas de Disney. El mayor se había sorprendido al encontrarse a sí mismo junto a Peter cantando todas las canciones a coro.

—Tony, no me tapes los ojos— pidió en un puchero, intentando levantar el gorro de lana color salmón que Stark había estirado hasta taparlo.

—Se están besando, eres muy pequeño para verlo, son cosas de adultos— justificó el mayor repartiendo besos en la nuca del chico.

—Que graciosito Stark— murmuró Peter antes de ser atacado con cosquillas por las manos de Tony.

—Creo que cada día brilla más — mencionó sorprendido Peter observando fijamente su dedo anular sobre el que se posaba un anillo con un diamante —¿Me repites tus votos? — pidió cubriéndose más con la manta, siendo invadido repentinamente por el frío.

—Te voy a amar, como el mar ama a la luna; con ferocidad cuando estés cerca y con anhelo cuando te alejes. Me encargaré que nada te falte; un amigo con el cual poder reír, un hombro en el cual llorar, unos brazos que funjan como hogar, para que siempre tengas un lugar a dónde regresar. Voy a amar tus errores y tus imperfecciones más que tus virtudes, porque son aquellos que te hacen humano, aquellos que te vuelven mi niño, aquellos por los que te amo. Voy a tenerte en cada célula de mi cuerpo hasta la muerte y aún después de ella te seguiré amando, porque la eternidad es poca para quererte, para amarte.— susurró Tony, recordando aquellos votos que había hecho el día de su matrimonio.

—¿Es cierto Tony? — preguntó Peter entrelazando su mano con la del mayor.

—¿Qué cosa?

—¿Me vas a amar después de la muerte?— Tony sonrió y besó el gorro del chico

—Te voy a amar aún después de la muerte — afirmó — En todos los universos que existan.

—¿Cuántos crees que existan Tony?

Anthony sonrió— Millones

—¿En cuantos universos alternos estaremos amandonos justo ahora?— Peter besó el anillo de su esposo

—En todos— afirmó con seguridad Anthony, abrazando a su chico envuelto en opacas telas. Su corazón daba un vuelco al estar junto a Peter, conocía el paraíso, lo conocía a la perfección porque justo ahora se encontraba en él.

—¿Y crees en el cielo?

—Sí — susurró atrapando la piel del cuello de su chico —Lo conocí la noche de nuestra boda, no me interesa otro cielo que no sea ese.

Peter permaneció aquella tarde atrapado entre los fuertes brazos de Anthony, en aquella habitación blanquecina.

—Ya trajeron el cargamento de retrovirales — había mencionado la enfermera a Anthony —Está progresando de maravilla— informó rellenando la caja de plástico de Peter con diferentes pastillas.

Para ese entonces Peter ya estaba dormido, Anthony lo contempló con devoción, como si un ángel si hubiera posado sobre él.

—Vamos a estar bien— afirmó Tony, acariciando el rostro de su niño —¿Y qué hay de su salud?

—Señor Stark, ya le dije que Peter no está enfermo, ustedes ni siquiera deberían estar aquí.

—Pero estornudó

—Como si no supiera que su esposo es alérgico al polen— la enfermera sonrió al verlos, eran una pareja magnífica, Peter había respondido muy bien a los medicamentos, y después de tantos años su carga viral era mínima, ahora estaba por debajo del nivel de detección en los examenes.

—Enfermera ¿Me puede dejar nuevamente la llave de la habitación? La colocaré en su escritorio al salir.

La enfermera puso los ojos en blanco

—Pero usted va a cambiar las sábanas, y las llevará a lavandería— ordenó dejando la llave sobre la mesita y saliendo de la habitación ocultando su diversión.

—Cosita, despierta— murmuró Anthony moviendo levemente a Peter

—¿Qué pasó esposito? — Preguntó Peter adormilado

—La enfermera me dejó la llave

—No empieces Tony, aún me duele de la última vez

—Justo por eso, si lo hiciéramos más seguido te acostumbrarías con facilidad.

—Bueno— sonrió Peter levantándose un poco para girarse y ver de frente a Anthony. Se abalanzó sobre él, besandolo, sosteniendo su cuello con suavidad —¿Me amas?

—Te amo — confirmó, rodeandolo con sus brazos, entrelazando sus almas cada vez más, dispuestos a no separarse hasta que fueran uno solo. —Espera, te traje algo

Tony se contorcionó hasta asomarse bajo la cama y sacar una caja de regalo.

—¿Para mí?

—Sí, para ti, no tienes que hacer esos ojos de nutria

Peter sonrió y le quitó el regalo para abrirlo, encontrando un rinoceronte de peluche.

—¡Me encanta!— obasionó abrazando a su muñeco— Nunca hay rinocerontes de peluche, no puedo creer que lo hayas encontrado.

—Mira una vez más dentro de la caja

Peter obedeció y encontró una pequeña caja de metal, parecía antigua.

—¿Qué es Tony?

—Abrela— animó

El joven lo abrió y encontró un anillo con un diamante de colores oscilantes entre el lila y el azul cielo con tintes rosados. Peter observó a Anthony con una interrogante implícita en su rostro.

—¿Te vuelves a casar conmigo?— preguntó con una sonrisa

—Sí quiero Tony, todas las veces sí— Peter se abalanzó sobre Tony haciendolo caer sobre la cama —Que esta vez sea en París

—Y después en Roma

El resto del día Tony se la pasó besando y acariciando a su chico. Iban a tener una muy larga y feliz vida, llena de amor. Se iban a amar, hasta el último suspiro, y aún después de éste.









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Utopía (STARKER) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora