Los gritos resuenan en aquella habitación de cristal,
poco a poco las paredes se vuelven mas altas,
y los vidrios comienzan a chocar entre sí.
Mi mente no quiere aceptarlo,
o quizás es mi corazón,
pero en aquel reflejo ya no te encuentro,
y me siento triste sin vos.
Poco a poco las paredes se juntan,
y siento que me ahogo,
acercarme a ver tu rostro pálido me ha roto,
por dentro, tengo un agujero oscuro y siniestro...
Verte partir, me ha partido el alma,
no volver a verte sonreír, me ha dejado sin calma.
Miró a mi alrededor,
y el dolor se expande, se comparte,
se vuelve bruma,
la lluvia cae de nuestras pupilas,
y el sonido de tu guitarra tras la pantalla,
intenta sanarnos las heridas.
Veo los últimos fragmentos de mi niñes inocente,
marcharse por la puerta trasera y dejarme sola con la bruma,
el peso de la realidad abruma,
y me inunda la angustia, me inunda el dolor,
pero aún así suspiro y abrazo tu recuerdo, canto tu canción.
los gritos resuenan en aquella habitación de cristal,
poco a poco las paredes se vuelven más altas,
y comienzan a chocar entre si.
Mi mente entiende que debe aceptarlo
para que luego lo haga mi corazón,
Comprendo, que en sus miradas te encuentro,
y que en nuestros recuerdos te veo.
Miro a mi alrededor,
y la comprensión se expande,
se vuelve aprendizaje,
el apoyo se trasluce en nuestras pupilas,
y el sonido de tu guitarra tras la pantalla,
intenta sanarnos las heridas.
Por vos, por cada uno de nosotros,
Solo queda intentar hacer de él mundo algo mejor,
cambiar las cintas, acomodar el retrovisor.
Respirar profundamente y transformar este dolor,
para convertirlo en crecimiento y canción.
Como decías vos, poder decir adiós... es crecer.