Hace más de dos semanas llevaba en el penal de San Onofre, esperando a que me vengan a buscar para que pueda ser trasladada a uno de mujeres. Pero no venían, el director me había dicho que tenía que tener paciencia y que los papeleos de translado iban a tardar un poco, pero ya llevaba más de una semana acá adentro.
No aguantaba estar acá entre tantos pelotudos, estaba incomoda, pero no por los trabas, sino por los pajeros que estaban acá. Que por ser la única piba metida en este lugar, cada vez que pasaba al lado de ellos me decían una banda de cosas que lo único que me provocaba era asco.
Cuando llegué Antin me mandó al patio, ahí conocí a César y su banda. Y ayer entraron los hermanos Borges junto con dos más que no me acuerdo de sus nombres. Patricio, el doctor. Ellos me trataron bien y con cada pelotudo que intentaba hacerme algo me protegían. Al igual que la Sub21 los pibes me caían bien y en especial Pedrito. Yo dormía en la covacha que me había conseguido, con Patricio. era chico pero ambos cabiamos bien. A los días me sacaron de ahí cuando intentaron violarme y accidentalmente maté al que lo intentó. En ese momento fue en el que Antin me puso con los trabas, resulta que me habían puesto en el patio porque el director había mandado a poner una cama más en el pabellón de los trabas.
Al principio no me hablaba con ninguna, hasta que me empezaron a hablar con más confianza y Gina hacía que me integre a las conversaciones. Prácticamente me hice amiga de todas ellas y en especial de la anteriormente nombrada.
Al patio solo iba para visitar a los Borges y a la Sub21. Diosito era el que más atención me prestaba y mejor me llevaba, en especial porque me hablaba de la mecha y le aconsejaba, y el parecía estar contento y atento de que yo hablara con él. Prácticamente era su psicóloga ahi dentro, aunque Marito le decía que me deje de joder y que no me meta mambos suyos en la cabeza, Diosito lo ignoraba y lo seguía haciendo.
Si había algo que me causaba miedo, pero que no lo demostraba, era el Sapo. No me lo cruce nunca a él pero a los que sí me crucé fueron a su banda de pelotudos, y bueno a Pantera. A él raramente no le tenía miedo, cada vez que lo veía lo miraba fijamente y él parecía querer huir de mí mirada, hablamos solo una vez. Cuando me alejó a uno que quería abusar de mí en los baños, se quedó conmigo hasta que termine de bañarme y cambiarme. Desde ese entonces siempre que lo veo le sonrio y lo saludo. El solo me da media sonrisa y asiente hacia mí.
Cinco días bastó para que me hiciera conocida ahí dentro, y no de la mejor manera. Rita con cada sesión que teníamos me convenció a prostituirme, yo no quería... pero necesitaba la plata y acepté. Por que me di cuenta que en este penal, todo se manejaba con guita. Y yo no tenía a nadie afuera que me pasara plata. Lamentablemente estaba sola ¿Familiares? no tenía ¿amigos? tampoco ¿conocidos? mucho menos. No tengo nada de eso, me quedé totalmente sola sin nadie que me visitara. ¿Y que podría esperar a este paso? venía escapando de la yuta por meses. Era buscada por cometer un delito que yo nunca cometí, y no quería tener que estar encerrada el resto de mí vida, nunca me atraparon y venía tan bien escondiéndome. Pero un día decidí confiar en alguien, hasta que ese alguien me vendió a los ratis y a la prensa, al público en sí.
Por que sí, era tanto el escándalo que se había armado con mi caso que todo el mundo parecía saber quién era yo, pero eso no lo sabía, en todos esos meses que estuve escapando no había visto una puta tele. Y que cagada, por qué mi caso y mi imagen estaba en todos lados, y si tan solo hubiera visto las noticias, hubiera tenido más cuidado y en especial en la confianza que le brinde a aquel desconocido. Pero lo hecho, hecho estaba. Y ahora no me quedaba otra que pudrirme en la cárcel, sino es que antes me terminan violando y matando.
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Prostituta - [ César ]
Fiksi Penggemar𝙱𝚛𝚎𝚗𝚍𝚊 𝚎𝚜 𝚖𝚎𝚝𝚒𝚍𝚊 𝚙𝚘𝚛 𝚌𝚘𝚗𝚏𝚞𝚜𝚒ó𝚗 𝚊𝚕 𝚙𝚎𝚗𝚊𝚕 𝚍𝚎 𝚂𝚊𝚗 𝙾𝚗𝚘𝚏𝚛𝚎, 𝚢 𝚌ó𝚖𝚘 𝚎𝚜 𝚕𝚊 ú𝚗𝚒𝚌𝚊 𝚙𝚒𝚋𝚊 𝚖𝚎𝚝𝚒𝚍𝚊 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚙𝚎𝚗𝚊𝚕 𝚕𝚎 𝚊𝚜𝚒𝚐𝚗𝚊𝚗 𝚊𝚕 𝚙𝚊𝚋𝚎𝚕𝚕ó𝚗 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝚝𝚛𝚊𝚋𝚊𝚜. 𝙿𝚘𝚌𝚘 �...