DESEOS EXTREMOS

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No busques
lo que no tiene definición.
Sólo siéntelo!

Un asalto de besos
que te secuestran la piel.
Besarte donde tus ojos
no miren de frente.
Astro que te guíe
cuando la niebla,
te oculta.

Bello tu día
que acaricia tu mirada.
Tu alma se desnuda
y quiero que tus deseos
se conviertan en realidad.

Tus labios,
ayudan a llenarlos
de palabras sabias.
A la medida y forma
que tu cuerpo
va comenzando a sentir.

Ahora mismo,
te siento húmeda.
Estando en tu auto,
besándote y haciéndote vibrar,
mientras manejas.

Desde ahora
hasta más tarde, me sentirás
y al llegar a casa,
me pedirás que te bañe.
Me meteré en tu ducha
sólo para sentirte, muy rico.

Luego te pondré
frente a la pared del baño.
Primero, mi lengua
recorriendo tu espalda y
absorbiendo tu sudor.
Posaré mis manos
sobre tus hombros.
Te daré besitos en el cuello
y lentamente me acercaré
a la par de tu oreja, besándola
haciendo de peregrino
sobre su borde.
Con un suave movimiento
le iré dando mordiscos.

Segundo, te daré vuelta
quedando frente a mí
y me perderé en tu oído
con mucha delicadeza.
Ahora mi lengua será
navegante en tu cuello
hasta el borde del muelle
soportado por tus hombros.

Tercero, ese momento
de enjabonarte, ha llegado.
Luego, ser tu cascada,
besándote de nuevo el cuello.
Iré bajando y entre tus pechos
lameré con sensualidad,
acariciando la punta de tus senos.
Hago parada obligatoria en ellos
para contemplarlos;
mientras los lleno de jabón.
Una suave esponja,
hace de limpia parabrisas
sobre tu piel,
llevando mi lengua
encallar en tu ombligo.
Y sigo bajando...

He dejado de contar.
Es cuestión de milímetros
cuando de rodillas me clavo.
Te lleno de besos y caricias
entre jabón y agua fresca.
Momento de aferrarme
con fuerza a tus nalgas.
Nace el artista manual
entre ellas, ya mojadas.

Mi boca posada en tu vientre
y mis manos te aprietan.
Tu sudor, sigue siendo
el mensajero de tu piel
bebiéndolo de ti.

Mis manos se deslizan
sobre tus muslos.
Me pego de tu clítoris
mientras tus manos
acarician mi cabello.
Tu pierna derecha
se sube sobre mi hombro.
Me pierdo sin remedio...
Siento tu quejido
dulce y sonoro,
profundo y ardiente.
Sigue la cascada
sobre nosotros...

Afino mi lengua
para sentirte mejor.
Pero tu mano derecha
se vuelve celosa
queriendo estimularte sola
mientras la izquierda trata
de hallar una letra pedida
dentro de tu piel.
Me pides más!
Tus manos, desde mi cabeza
pegan un salto a la pared
buscando cómo sostenerse.
Te agito más rápido
y dices mi nombre,
exclamando: ¡Tócame!
¡Hazme sentir, dale Amor!

Estás temblando y
tus piernas también.
Sentimos caer el
agua fuertemente.
Tu cabeza, en movimiento
de un lado al otro.
Bajas una mano
y aprietas la mía
buscando un apoyo
porque tiemblas demasiado.

Mientras te quejas,
te volteas rápidamente
quedando tu cara
contra la pared.
Aún de rodillas,
tus nalgas son mi paladar.
Me quedo en el precipicio
y te excitas de tal modo,
sin pasado escrito.

Tus caderas se vuelven
acordeón entre mis manos
y me voy poniendo de pies
acercándome más a ti.
Con mi miembro fuerte
te rozo entre las nalgas.
Me sientes y mi lengua
recorre tu espalda.
Te doy besos en la nuca
y ocultándome en tu canal,
rozándolo y meneándolo.

Te volteo abruptamente
te acaricio la cara,
besándola toda.
Mi miembro,
se pega a tu vientre.
Roces y besos
pasiones en tu cuello
gritos de placer
y la manecilla, marcándote.

Te llevo bajo la regadera.
Tu húmedo cabello
me cubre el rostro
y vas bajando por mi pecho
mordiéndome todo.
Te arrodillas y me besas,
me acaricias como fiera.

Llevo mis manos a tu cabeza
mientras me haces
mil maravillas eróticas.
Siento que me provocas
queriéndome venir en tu boca.
Tiemblan mis piernas,
mientras me acaricias más fuerte.
Grito tu nombre y me vengo en ti!
Sigues tocándome,
Te paras lentamente.
Me lames poco a poco
rasgándome el pecho.

Al llegar a mi labios
te pierdes en ellos.
Tu lengua juega con la mía
y mis fluidos pasean
de boca a boca.
Me sigues besando con pasión.
Tus manos acarician mi miembro
agitándome tanto,
que me provocas
viniéndome de nuevo.
Aprietas la cabeza
y la zurras por tu vientre
al roce del campanario
en la puerta de tu clítoris.

Ahora mis nalgas,
medidas bajo la presión
de tus delicadas manos.
Que placer siento
al estar contigo.
Porque somos uno
en ese momento.

Me agacho y
me siento en el baño
y tú sobre mí.
Órganos acomodados
a la natural perfección.
Tus gritos de excitación
hacen eco entre los dos.
Tus piernas recogidas
y tus manos estiradas
hacia atrás.

Un meneo fuerte y duro
y bajo la cascada, tu rostro.
La misma que rebota
en tus senos.
Movimiento circular,
besos aleatorios.
Tu nombre suena como canto,
teniéndote y viniéndome dentro.

He yo allí, mientras te paras.
Te volteas y te vuelves
a sentar sobre mí.
Te inclinas sobre mi vértice,
excitándonos mas.
Mis manos acarician tus senos
apretando con ternura,
tus pezones.
Te beso los oídos, los muerdo.
Sentimos en ese momento
nuestros fluidos
verterse más fuerte
y sentimos como nos venimos
entre gritos de placer
y el agua recorriendo
nuestros cuerpos enlazados.

Estiro mi mano
buscando tu clítoris
dándome cuenta
lo hinchado que está.
Te sigo besando
queriendo sentirlo
en mi boca
y que me mojes.
No me satisface una sola vez.
Quiero sentirte todo el tiempo.
Porque tu arte de amar
es el que me llena
diseñando en mí
espléndidas formas de sentirte.

El sonido ensordecedor
de los autos, nos interrumpe.
Hace inclinar tu atención
hacia el volante.
Sólo miro sobre tu ropa
manifestaciones pronunciadas
de un deseo que no espera.
Un cruce de piernas
de movimiento suave a rápido
prohibido en este momento.
Sin poder evitar
que un hilo húmedo
sea confidente testigo
de tus fluidos, correr.

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