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La noticia de que DoHyon celebraría su cumpleaños en la residencia de los Lee llegó a oídos del mayor totalmente por sorpresa, pues su madre le pidió que se hiciese cargo de vigilar que la casa no quedase hecha un desastre a manos del menor de la familia y sus amigos. HanGyul por supuesto, no se negó en lo absoluto. Lo único que añadió fue la petición de buscar un compañero que le ayudase a lidiar con la manada de adolescentes de catorce años que se presentaría en la casa, y su madre casi puso el grito en el cielo un par de días después cuando informó que quién le acompañaría en el cumpleaños sería su amigo SeungYoun.

— No sé si prefiero dejar a DoHyon y los demás solos antes de que seáis vosotros los que estáis a cargo —Dijo la mujer en un tono que guardaba cierta diversión, aunque fácilmente podría estar hablando en serio.

Y lejos de sentirse ofendido, HanGyul rió por las palabras de su madre. Cualquiera que conociese a los dos chicos por separado estaría aterrado por el hecho de imaginarlos juntos, pues aparte de asimilarse a un dueto cómico debido a la cantidad de estupideces que decían por minuto, se les dificultaba la actividad de estarse quietos y no sería raro que les comparasen con un tornado que destroza todo lo que se encuentra en su camino. Mucho peor era la idea de meter a ambos en una misma casa con el cumpleañero, ya que de por si, este último solía ser un desastre con piernas.

Pasada casi una semana por fin llegó el día que habían fijado en el calendario como el de la "fiesta", y aunque solo fuese a consistir en dejar que DoHyon y sus amigos se entretuviesen con cualquier cosa, el más pequeño estaba completamente emocionado. HanGyul por su parte se había limitado durante todo el día a preparar junto a su madre la comida necesaria para que no arrasasen con todo en la cocina al final de la tarde; y una vez la mujer se marchó de la casa, no pudo hacer otra cosa que esperar a que su amigo decidiese llegar, puesto que no le había dicho una hora en concreto.

No tardó más de cuarenta minutos en presentarse, habiendo llegado muy poco antes de que los amigos de DoHyon comenzasen a entrar a la casa. Los dos mayores se dedicaron a llevar a la mesa todos los platos mientras el cumpleañero era abordado con felicitaciones, y una vez todos estuvieron sentados, decidieron escabullirse hasta que alguien los necesitara; aunque realmente dudaban que fuesen a pedir su ayuda.
Llegaron a la habitación de HanGyul y sin pensarlo dos veces, el moreno se dejó caer en el colchón ajeno, dejando al dueño de este sin apenas espacio.

— ¿Y ahora qué? —Cuestionó el castaño, tomando asiento en el borde del colchón.

Cuando estaban juntos jamás planeaban nada, puesto que podían hablar sin parar durante horas y entre conversación y conversación, sacar alguna que otra actividad que realizar y mantenerlos entretenidos.
Ese día no fue la excepción. Como de costumbre SeungYoun tomó la iniciativa y HanGyul adoptó el papel de oyente hasta unirse a la conversación que en ocasiones, tomaba caminos de lo más absurdos. Y así pasaron casi treinta minutos hasta que el mayor, presentando una de sus muchas y para nada coherentes ocurrencias, se levantó de la cama y propuso una idea que como era de esperar, carecía completamente de sentido.
Competirían por ver quién era capaz de despegar una cantidad mayor de las pequeñas pegatinas con forma de estrellas que un HanGyul de diez años pidió a sus padres que pusiesen en el techo, y aunque a otra persona cualquiera aquello pudiese parecerle una completa pérdida de tiempo -que en cierto modo lo era, pero ellos no tenían absolutamente nada que hacer-, para ambos resultó ser la mejor opción para entretenerse.

— Entonces quien despegue más en cinco minutos gana —Repitió el más alto estableciendo las reglas—. Y quien pierda invita al otro a cenar lo que él quiera —Concluyó con una amplia sonrisa que solo dejaba ver las ganas que tenía de conseguir esa cena.

SeungYoun era un tanto competitivo y no se daría por vencido bajo ningún concepto si había algún beneficio en juego. Y en ocasiones, aunque no lo hubiese; el orgullo de ganar le era suficiente.

Birthday present; SeunGyulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora