Birthday present; SeunGyul

III

Sin duda HanGyul se había repetido a si mismo cientos de veces el consejo que su amigo le había dado.
Había tenido el chat con SeungYoun abierto en miles de ocasiones, y en más de una había tenido ya escrita la propuesta de quedar para hablar del tema. Pero cada vez que estaban juntos, por mucho que se quisiese obligar a si mismo a decir todo lo que pretendía confesarle, no lograba hacer demasiado.
Esos mensajes jamás llegaron al mayor y la declaración mucho menos.

Y por supuesto que pasados todos esos días, HanGyul continuaba ocultándole lo que sentía y se había dedicado a hacer lo que él consideraba como su especialidad: alejarse cada vez que estaba asustado.

La cantidad de veces que se habían visto en la última semana se correspondía fácilmente con la pequeñísima cantidad de dos, y no era por otro motivo que no fuese el de tener amigos en común que prácticamente le obligaban a salir de su casa, puesto que si por HanGyul fuera, esa cantidad se habría reducido a cero.
Era consciente de la preocupación que había despertado en sus amigos y no había día que no recibiese más de un mensaje preguntando por la razón que escondía tal comportamiento. Sin embargo él no respondía con nada diferente a un simple "es que últimamente estoy bastante ocupado".
Desde luego la mayoría de ellos no se quedaban contentos con tal contestación, pero sabiendo cómo era HanGyul, la mejor opción sería dejarle algo de tiempo antes de que fuese él a pedir ayuda. Solo que esta vez, no lo era.

—  YoHan está en la puerta — El más pequeño de la familia avisó habiendo interrumpido el intento de hibernación de su hermano mayor en pleno verano—. Dice que si no sales va a entrar y te va a sacar a la fuerza.

Una vez habiendo informado a HanGyul, DoHyon corrió fuera de la habitación dispuesto a continuar con su banquete diario previo a la cena.
Y con notoria pereza, el castaño se levantó de la cama y sin importarle demasiado el aspecto que presentaba, se acercó a la entrada donde su amigo se encontraba esperándole.

—  Iba a empezar a pensar que habías muerto — Pronunció YoHan nada más verle aparecer.

—  Estoy bien, dije que estaba ocupado y no podía salir mucho —Contestó fingiendo creer sus propias palabras—. ¿Has venido por algo en especial o solo para asegurarte de que aún respiro?

—  Por supuesto venía por algo —El moreno se tomó la libertad de dirigirse al interior de la vivienda.

Realmente su plan era solo llevarse a su amigo fuera, pero visto que parecía seguir en pijama, no creyó que fuese buena idea hacerlo a no ser que quisiese llevarse un golpe y un par de gritos que le tratasen de secuestrador.

—  En primer lugar, a decirte que no mientas, porque todos sabemos lo que estás haciendo pero de paso, DoHyon me ha asegurado que estos días lo único que haces es dormir y bailar —Justo pasando por la cocina, le sonrió al menor de la familia a modo de agradecimiento.

— Traidor —HanGyul murmuró sin siquiera mirar a su hermano mientras seguía a su amigo hasta su propia habitación—. ¿Y en segundo lugar?

— Que te cambies, vamos a salir.

Mil preguntas le golpearon ante la reciente afirmación, sabiendo que aunque tratara de negarse, YoHan siempre se salía con la suya y no podría quitarle la idea de sacarlo de su casa.

— ¿A dónde vamos? —Interrogó.

Su amigo únicamente pudo responderle encogiendo sus hombros, otorgándole a la situación aun más misterio del que ya tenía.
Aunque claro que Kim sabía de sobra a qué lugar se dirigían, y esperaba que a medida que se acercaran a su destino HanGyul se hiciese una idea de cuál era el plan, o por lo menos, recordase que día sería el siguiente y qué era lo que parecía estar olvidando.