«Four»

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"Noche oscura (no estás solo)
Como todas las estrellas (brillamos)
Por favor, no desaparezcas
Dado que eres una gran existencia
Déjanos brillar"

Al día siguiente, desperté por la dulce voz de mi madre. Mi mirada se paseó por mi habitación, sobresaltado, recordando lo ocurrido la pasada noche. Encima de la mesa mi dibujo del niño de ojos rasgados y cabellos azabaches yacía, tal y como lo dejé el día anterior. Suspiré de decepción. Solamente fue un sueño, un bonito e imposible sueño. En mi mente aún se repetía lo ocurrido, repasando cada movimiento.

-Tae, cariño, se te hace tarde-exclamó mi madre, golpeando suavemente la puerta.

-¡Ya voy!-pronuncié, levantándome de la cama y comenzando a prepararme.

Parecía que me había quedado demasiado tiempo en la cama, ya que casi era hora de irme y aún me quedaba prepararme. Lo hice a la velocidad de la luz y me salté el desayuno debido a falta de tiempo. Me despedí de mi madre y caminé al instituto, auriculares puestos.

-¡Taehyung!-escuché a alguien gritar en cuanto pisé el recinto.

Me giré, aterrado de que fueran Yoongi y su séquito. No ansiaba toparme nada más comenzar el día con una situación tan desagradable. Pude respirar tranquilo al observar a Jennie correr hacia mí. La saludé y caminamos hacia el aula que nos correspondía.

Durante un momento; dudé sobre si contarle lo ocurrido la noche anterior, mas, convencido de que había sido un sueño, decidí dejarlo como mi pequeño secreto. Sonreí sin darme cuenta al recordar aquel momento. Parecía tan real y se sintió tan bien saber que tenía a alguien plenamente de mi lado.

Al sentarme en mi pupitre, saqué mi cuaderno y allí se encontraba. El precioso rostro del niño de cabellos azabaches y ojos rasgados me sonreía desde el papel. Sonreí ampliamente al verlo.

-Vaya, vaya, si la nenaza es feliz-escuché murmurar a una voz que conocería en cualquier parte.

Levanté la vista, comenzando a temblar. Frente a mí Yoongi, Hoseok y Namjoon me observaban intimidantes. Tragué saliva, preparándome para lo peor.

-Pero ¿qué tenemos aquí?-preguntó, tomando mi dibujo entre sus dedos.

Traté de recuperarlo, mas únicamente me gané una carcajada por su parte y un golpe en la mejilla. Sostuvo el dibujo fuera de mi alcance.

-¿El niño quiere su dibujo? Cógelo si tanto lo quieres-exclamó, tomándolo por encima de su cabeza para que no pudiera alcanzarlo.

Yoongi no era una persona de gran altura; no obstante, al ser más mayor que yo, me sacaba media cabeza con facilidad. Media cabeza que convirtió aquel suceso como decisivo, impidiéndome alcanzar el dibujo que tanto significaba para mí.

-¿Tanto significa para ti un simple dibujo?-preguntó él, con una sonrisa maligna.

Mantuvo el dibujo frente a su rostro, mientras Hoseok me sujetaba. Sus dedos se aproximaron a la parte superior del papel, decidido a rasgarlo. Algo increíble ocurrió en aquel momento. El papel, por mucho que Yoongi tratara de rasgarlo, no se rompía. Este pareció volverse de hormigón por un fragmento de segundo, convirtiendo el proceso de ser destrozado en imposible.

Mis ojos brillaron al ocurrir aquello. ¿Podía ser posible? ¿Podía ser posible que lo que imaginé como algo irreal ocurriera realmente? ¿Podía ser que Jungkook fuera el responsable de aquel suceso casi mágico?

Lo ocurrido tras aquello no hace falta contarlo. La paliza diaria tuvo lugar y cargada de más odio, ya que pensaban que aquel "truco" lo había hecho yo para ridiculizarlos. Solo deseaba que todo aquello finalizara lo antes posible, armarme de valor y plantarles cara. Lo que me mantuvo esperanzado fue la posible existencia real del más pequeño. Anhelaba que el reloj marcara las 11:11 PM ya. Necesitaba comprobar si mis teorías eran ciertas.

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¡Hola!
Prometo actualizar este fanfic más de seguido ❤️
Espero que disfrutéis de este ^^

Kookie🙈

Un JungKook viene a verme → VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora