«Three»

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"Al final de mi desesperación
No olvides que finalmente te encontré
Estabas parado en el borde del acantilado.
Mi último motivo
En vivo".

Todo mi cuerpo quedó petrificado ante aquella confesión. Abrí la boca para tratar de pronunciar palabra, mas esta no era capaz de producir ningún sonido. Corrí hacia mi escritorio y tomé el dibujo en mano, comparándolo con el pequeño niño de dientes de conejito que se encontraba frente a mí.

-No lo compares más, soy yo-dijo él, con una sonrisa en la cara.

-¿C-C-Cómo es posible? T-Tú eres un dibujo-tartamudeé sin poder creerlo.

-Solo he seguido órdenes, deseaste que este se tornara real y aquí me tienes. ¿Qué ocurre? ¿No soy como esperabas?

-N-No, eres exactamente igual que lo que esperaba.

Mantuve mi boca abierta de la sorpresa durante un largo rato, hasta que me percaté de que esta seguía abierta, por lo que presioné mi mentón hacia mis dientes superiores y la cerré.

-Taehyung, ¿qué te ha pasado en la cara? ¿Ha sido Yoongi otra vez?-preguntó en tono melancólico a la par que señalaba mis heridas.

¿Cómo sabía él aquella información? Yo no recordaba habérselo comentado a nadie, básicamente porque Yoongi me dijo que si se enteraba de que yo se lo había contado a alguien, procedería a darme tal paliza que me dejaría sin vida.

-Taehyung, tienes que ser fuerte y enfrentarte a él, lo sabes, ¿no?

-No es tan fácil... Él es más alto y corpulento que yo, sus secuaces que matarían y ni me daría tiempo a escapar.

-¿Y qué hay de contárselo a tu madre?-sugirió.

-No es tan fácil... Mi madre tiene suficientes problemas con los que lidiar como para convertirme yo en un problema más-comenté, triste.

-¿Te refieres a lo de tu padre?

Asentí a la par que dos lágrimas se deslizaron por mis mejillas. Él me abrazó rápidamente y yo lloré desconsolamente en su hombro. Nunca había tenido un amigo al que contarle lo que me ocurría ni con el que poder hablar de cosas triviales sin recibir un golpe si me pasaba de la raya. Nunca había tenido un amigo que me abrazara cuando me viniera abajo y me dedicara palabras bonitas cuando mi mente me decía todo lo contrario. Siempre ansíe ser como aquellos chicos de las películas, sin ninguna preocupación, con varios amigos leales, atrayendo tanto a chicos como a chicas, divirtiéndose, yendo al cine con su familia y sus amigos... Siempre anhelé tener a alguien con quien hacer todo aquello, por lo que hice un boceto del amigo perfecto y lo apodé como Jungkook. Creé a un chico demasiado perfecto para ser real y ahora este se encontraba frente a mí.

-Deseaste tener un amigo, ¿no?-exclamó Jungkook, aferrándome más a él y recibiendo una respuesta afirmativa por mi parte-. Pues aquí me tienes. Ya nunca estarás solo, Taehyung, ¿vale?

-Muchas gracias-respondí, acurrucándome en él y cerrando mis ojos suavemente.

Él, con su melodiosa y profunda voz, comenzó a cantarme suavemente en el oído. La canción se titulaba Spring Day y la recordaba perfectamente. Recordaba aquella tarde en aquel parque con Jimin. Recordaba estar ambos tumbados bajo las estrellas mientras aquella canción se colaba por nuestro panel auditivo. Recordaba haberme estirado suavemente para besar sus carnosos labios. Recordaba su tierna sonrisa. Recordaba que él se había acurrucado en mi pecho y recordaba aquella sensación de euforia, me sentía invencible, me sentía protegido, alejado de los problemas, solo Jimin, la música y yo. Aquella misma sensación se estaba haciendo presente en aquel momento, con Jungkook a mi lado; mas temía mostrarle mi lado de débil y recibir otro rechazo.

Entre tanto pensamiento y tanto recuerdo, mis ojos se cerraron al completo y caí profundamente dormido en sus brazos. Deseaba que esto no acabara nunca. Gracias, Jungkook.

***

Puff, qué abandonada tenía esta historia, ¿No?😅
Lamento la tardanza, casi ni recordaba que había de actualizarla. No os preocupéis que pronto tendréis la siguiente actualización. No tengo pensado que esta novela sea muy larga, así que contará con unos 10 capítulos o así.
🙉Kookie🙈

Un JungKook viene a verme → VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora