Caminábamos por un estrecho pasillo que estaba entre habitaciones de pacientes. Los gritos aterradores que escuchaba de esas habitaciones me causaban escalofríos. Tomé fuertemente la mano de Baekhyun mientras estábamos siendo seguidos por una enfermera; mantuve mi mirada fija en el suelo, pero un estruendo me hizo levantarla. Grité ahogadamente y la doctora se detuvo junto con mi novio. Una persona se pegó bruscamente en la pequeña ventana de vidrio en la puerta.
—Viene… viene por él… -sonrió maléficamente señalando a Baekhyun, de nuevo el pánico invadió mi pecho.
—Por favor, no le hagan caso -sugirió la doctora y siguió guiándonos.
Miré a Baekhyun aterrada y el solo se encogió de hombros triste. Su actitud me estaba preocupando demasiado.
Al fin llegamos a una habitación más grande, con una puerta más ancha y del mismo color blanco opaco que todas las demás.
—Si necesitan ayuda, adentro hay un botón rojo situado debajo de la cama. Es cuando los pacientes se sienten aludidos y aterrados -dijo la muchacha y abrió la puerta.
— ¿Por qué la tienen aquí? -pregunté antes de que se fuera.
—Su comportamiento se ha salido de control últimamente -dijo seria y se fue dejándonos encerrados con la que era mi amiga.
Tenía una camisa de fuerza puesta del mismo color que la habitación, ella estaba acurrucada en una esquina con el rostro entre sus brazos tratando de cubrir sus oídos, su cabello suelto y dañado, tenía tres cortes en sus mejillas. La habitación estaba tan solitaria como mi propia alma; solo había una cama y nada más.
Que horrible lugar.
—Yoo… -me atreví hablar acercándome a ella, pero ni en cuenta me tuvo.
—Venimos para que nos ayudes -dijo Baekhyun acercándose también conmigo.
Ella levantó su mirada y abrió los ojos como monedas. Luego se levantó como pudo y empezó a retroceder como si fuéramos una especie nunca antes vista.
—Váyanse… -dijo aterrada.
—No te haremos daño –dijo Baekhyun acercándose a ella lentamente.
Su rostro estaba serio; tenía unas ojeras muy marcadas, se veía realmente mal. Al verla así mis lágrimas no se pudieron quedar en su lugar. Baekhyun me abrazó.
—Vámonos… -dijo con un hilo de voz. También se sentía asustado.
—No –negué varias veces.
Habíamos llegado muy lejos como para no hacer nada. Solo dependíamos de ella para poder saber qué era lo que quería.
Me acerque a Ara a pasos cortos.
—Él no quiere que hable con ustedes, por favor váyanse de aquí. Se los suplico –pidió.
— ¿Quién es él? –me atreví a preguntar escondiendo mi pánico.
—Váyanse… -escondió su cabeza entre sus brazos juntos tratando de tapar sus oídos y se acurruco en la misma esquina. No me estaba hablando a mí, le estaba hablando a ellos.
Me arrodille a su altura y le acaricié el cabello, ella subió su mirada encontrándose de nuevo con la mía. Le sonreí débilmente diciéndole que entendía por lo que estaba pasando.
—Él se alimenta de tu miedo… -me dijo mirándome fijamente.
Fruncí el ceño pero deje que siguiera.
—No le temas… el solo está en tu mente. Como tu miedo está en tu imaginación –murmuró y empezó a reírse.
Por años había creído que ella no se había vuelto loca en realidad, que lo que había visto solo había sido producto del miedo. Pero ahora estaba segura de que estaba mal.
Me levanté y fui con Baekhyun que había estado cayado todo el tiempo. Agarré su mano y nos dispusimos a salir de la habitación, pero su voz nos detuvo.
—No vuelvas a buscarme, vuelve averiguar sobre el mundo de los muertos y la próxima vez que nos encontremos; te llevaré… -repitió las mimas palabras que escuchaba siempre en mis sueños.
Se carcajeó horriblemente y yo me di la vuelta. Ella se levantó del piso con algo de dificultad por sus brazos; se acercó a mí y me murmuró:
— ¿Quién se sentó antes de ti? –sonrió mostrando su dentadura.
Volví a fruncir el entrecejo y me alejé, le jalé la mano a Baekhyun y salimos de ese infierno.
‘¿Quién se sentó antes de ti?’
¿A qué se refería con eso? ¿Se suponía que tenía que responder?
En definitiva me acordaba; fue Baekhyun. ¿Pero a que se refería?