Capítulo II

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"Básicamente el chakra es la energía vital del cuerpo, la cual es esencial para cualquier Jutsu, incluso hasta para el más básico, es una mezcla de la energía física presente en cada célula del cuerpo de los seres vivo y la energía espiritual adquirida con el ejercicio y la experiencia. Una vez mezclado, se puede canalizar a través del sistema circulatorio del chakra, que es como el sistema circulatorio de la sangre pero con chakra, a cualquiera de los 361 puntos de presión  en el cuerpo." comenzó a explicar Kurama mientras Natsumi anotaba todo en su libreta. Siguieron una rutina al pie de la letra, cuando comenzaba el entrenamiento, Kurama le enseñaba teoría y después práctica, la práctica casi siempre consistía en ejercicios físicos, mentales y en ejercicios con Kunais y Shurikens. Después de unos meses, la niña Uzumaki ya dominaba el Kage Bunshin no Jutsu y el Henge, el cuál le fue de suma utilidad a la hora de conseguir armas, pergaminos de Taijutsu y Ninjutsu, comida y otras cosas necesarias, ya que podía engañar fácilmente a los civiles que no estaban entrenados para reconocer un simple Jutsu de transformación. 

Los días siguieron pasando hasta que se transformaron en meses, y cuando Natsumi se quiso acordar, ya estaba por ingresar a la academia ninja. Según su inquilino, su nivel de Taijutsu, Ninjutsu y teoría era demasiado bueno para esa estúpida academia, pero Natsumi no le dio importancia a sus comentarios negativos, ella estaba emocionada por el hecho de que podría conocer gente nueva y quien sabe, quizás alguno de ellos querrían ser sus amigos. Ese pensamiento le sacó una sonrisita mientras se acercaba al edificio que alojaba a la institución. Pudo ver a varias familias llevar a sus hijos hacia la entrada de la academia después de abrazarlos y de decirles que tan orgullosos estaban de ellos, Natsumi sonrió con pena ante eso, pero otro chico le llamó la atención, era un niño de pelo negro azabache, piel blanquecina como la suya y una mirada que denotaba soledad y fastidio ante las miradas de pena que le daban la gente que lo rodeaba. 

'Tiene que ser Sasuke Uchiha, el niño que perdió a su clan a manos de su hermano' pensó mientras lo observaba entrar, toda la aldea seguía hablando y murmurando acerca de lo que había pasado hacia no mucho tiempo, el prodigio del clan Uchiha había asesinado a la mayoría de miembros de su clan, incluso a sus padres, pero había dejado con vida a su pequeño hermano, la pelirroja pensó que, como los 2 eran huérfanos, quizás podrían llevarse bien y ser amigos. Con una sonrisa en el rostro, se dirigió hasta la puerta de la academia y entró. Una vez dentro, caminó por los pasillos hasta llegar al salón de clases del 1er año, tocó la puerta y  esperó pacientemente hasta que un hombre alto con cabello castaño atado en una cola de caballo y una cicatriz en el puente de la nariz le abrió.

"Hola, ¿Que necesitas pequeña?" preguntó el hombre amablemente.

"H-Hola, mi nombre es Natsumi Uzumaki, vengo para tomar las clases de adiestramiento Shinobi señor" le respondió tímidamente mientras el profesor buscaba su nombre en la lista, no estaba acostumbrada a hablar directamente con personas que no fueran el Hokage, Teuchi y Ayame Ichiraku, los dueños del puesto de ramen favorito de Natsumi. Solo esperaba que el profesor no fuera como los demás aldeanos.

Los ojos del adulto se abrieron un poco por la sorpresa al escuchar ese nombre, pero rápidamente su mirada se suavizó al ver a la niña que tenía frente a el "Ah si, tu nombre está en la lista , Natsumi Uzumaki, puedes pasar. Por cierto mi nombre es Iruka Umino y seré tu Sensei mientras estés en la academia"

"Mucho gusto Sensei" dijo Natsumi haciendo una reverencia antes de entrar al salón y ver nerviosamente como todos tenían sus ojos clavados en ella, parecía que era la última en llegar.

"Siéntate en uno de los lugares libres, Natsumi" dijo Iruka mientras se dirigía al frente de la clase y empezaba a anotar algunas cosas en el pizarrón.

La Uzumaki observó el salón con la mirada y el único lugar disponible se encontraban en medio de Sasuke Uchiha, quien tenía la mirada perdida y de una niña de ojos blancos, la pelirroja se dirigió hasta ahí y se sentó.

"Hola mucho gusto, soy Natsumi Uzumaki" dijo Natsumi tímidamente saludando a la niña a su lado, ya que Sasuke parecía muy inmerso en sus pensamientos para siquiera notar que habían más humanos en el salón de clase además de el.

"Yo soy Hinata Hyūga, y el gusto es mío Natsumi-san" respondió Hinata con una sonrisa, la mayoría de los niños de su edad sentían miedo por sus ojos, la molestaban, se alejaban o solo se acercaban a ella influenciados por sus padres para poder relacionarse con un clan tan poderoso e influyente como el Hyūga, pero no pudo percibir malas intenciones de parte de la niña a su lado, así que está se sintió a gusto con su compañía. 

Las clases transcurrieron de manera tranquila, no había mucho que se pueda enseñar en la primera clase, así que más que nada, esta se utilizó para que los alumnos conocieran a su Sensei a cargo y se conocieran entre si. Cuando la clase terminó, todos los niños hicieron una fila para marcharse a sus casas, Natsumi estaba por irse cuando escuchó un quejido en el patio de la academia, cuando fue a ver que pasaba, pudo ver a unas niñas de años más altos molestando a Hinata porque envidiaban al clan Hyūga.

"Argh, que ojos más feos tienes, parecen los de un muerto" dijo la que parecía ser la jefa de la pandilla, siendo vitoreada por sus dos "subordinadas".

Hinata solo podía llorar, según ella no tenía la fortaleza para defenderse, siguió escuchando diversos insultos tratando de mantener su mente en blanco hasta que sintió un empujón en su hombro que hizo que cayera al suelo dando un quejido de dolor que solo aumentó su llanto.

"D-Déjenme, por favor" pidió la Hyūga.

"Te enseñaré a callarte" dijo la chica abusiva dándole una bofetada a Hinata quien trataba de recomponerse, haciendo que esta cayera al piso nuevamente.

Cuando la niña le iba a dar un segundo golpe, sintió una presencia oscura que liberaba un instinto asesino tan pesado que ella y sus subordinadas apenas podían estar de pie. Cuando se giraron pudieron ver a una niña pelirroja con el seño fruncido y el flequillo tapándole los ojos.
La jefa de las idiotas reuniendo el poco "valor" que le quedaba pudo decir...

"Mira que tenemos aquí, un pequeño tomate que está podrido"

Listo, estaba más que muerta, solo había tres cosas que molestaban a Natsumi de sobremanera, que se burlaran de su altura, que se burlen de su pelo y que molesten a la gente que había sido amable con ella, como había sido Hinata, y esta había hecho 2 cosas al mismo tiempo. El ambiente se volvió frio y el aura oscura se intensificó por dos, antes de que alguien pudiera decir o hacer algo las 3 niñas mayores estaban tiradas en el piso inconscientes y con múltiples moretones en su cuerpo y rostro.

"Hinata, ¿Estás bien? ¿Te lastimaron?" preguntó Natsumi mientras acariciaba la marca de la bofetada que recibió Hinata en su mejilla.

"N-No te preocupes N-Natsumi-san estoy bien" respondió Hinata con pequeñas lagrimitas en sus ojos, pero ya no eran debido a que se sintiera triste por el abuso que recibió, sino por la felicidad que sentía al ver que alguien se preocupó por ella a tal punto, que llegó a defenderla.

"Está bien" respondió Natsumi "Te acompaño a tu casa" le ofreció amablemente a lo que la Hyūga aceptó con una linda sonrisa.

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Continuará...

1287 palabras.
K1TSUNE48

[Editado]

Natsumi Uzumaki [FemNaruto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora