Observando tu silueta,
reflejando en una sonrisa
y en el inmenso cielo.
Ya sea de día o su Némesis,
no recuerdo, pues mi mente
navega naufragante
por todo tu ser
tan solo con una mirada.
Interrumpiendo aquel bello
panorama como es tu perfil,
una tierna oración mencionaste,
haciéndome imaginar un futuro
lleno de dulces verbos;
solo dos sujetos
y un sinfín de complementos.
En medio de un millar de pensamientos,
con un beso me creaste una sonrisa,
una ilusión, un cáncer cerebral,
y un problema de respiración.
Después de haber dejado
mis impulsos atrás,
Me abrazaste y con
el más gentil susurro me dijiste “contigo siemprequiero estar”.
Si la amas no se lo digas bésala, abrázalay calla mientras que la miras. Ella entenderá.
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Las hojas... entre verano y otoño
RastgeleY esto lo escribí cada noche, cada madruga sin ella. La necesidad que tengo de su presencia es infinita. Ella es más que mi realidad, ella es mi universo.