☁ TRES

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— ¡Doyoung! Por fin te encuentro. — Demonios. — Oh, lo siento profesor Seo.

Sin embargo el profesor me gusta que me miren no dejó de observarlo fijamente, mientras que Doyoung había roto el contacto visual.

— Puede retirarse, Doyoung. — Exclamó John sin dejar de mirarlo, Doyoung se sintió nervioso, solo se inclinó antes de huir despavoridamente junto a su mejor amigo, pero claro, con toda la seguridad que lo caracterizaba.

Como era de esperarse, Doyoung estuvo a tiempo todas las clases de esa semana.

El joven pelinegro siempre se hallaba en el primer asiento de la primer fila, con una presencia impecable que gritaba Pruebame, Seo, soy increíble, aunque eso sonaba muy mal, olvidenlo, el solo quería enseñarle a John quien era realmente y ni siquiera el con su actitud de soy el profesor más increíble del mundo iba a lograr derrotar a Doyoung del primer puesto como estudiante de honor, eso jamás pasaría y no importaba lo ridículamente caliente y sexy que John...— Bien, suficiente, ese imbécil no era para nada deseable, no desde que arruinó su récord de asistencias.

Ahora, allí, sentado en espera de que llegara el profesor maravilla, sonreía con superioridad mientras jugueteaba con sus dedos. A diferencia de sus demás compañeros a él no le preocupaba para nada el primer examen de John gran imbécil Seo iba a presentar; había mantenido un perfil bajo toda la semana, tan solo atendiendo a la magistral clase que John dictaba, ni siquiera hablar con sus compañeros, únicamente escribiendo lo que le parecía relativamente importante y escuchaba atentamente la voz grave que se cargaba ese estirado idiota. Claro, no había pasado por desaparecido las miradas profundas que este le lanzaba, incluso sin mirarlo directamente, Doyoung sentía como que lo retaba, mientras caminaba lentamente por el salón, con sus manos en sus bolsillos con una actitud tan confiada y fría, Doyoung lo odiaba.

Todos parecían hasta comerse los dedos de los dedos debido a los nervios mientras revisaban con efusión sus apuntes, Doyoung observaba la puerta esperando, quería que John el profesor todo lo logro y nunca me equivoco lo observara con sus escaneadores ojos en el primer puesto, frente el escritorio, sin ni una pizca de desesperación, y más bien con una actitud relajada, porque Doyoung iba a lograr un maldito 10 en ese examen y John no tenía idea.

Después de estar un tiempo sumido en sus pensamientos y con una sonrisa en su rostro, la puerta se abrió y todos detuvieron sus movimientos, John pasó su fría mirada por el salón, frunció el ceño como buscando algo y justo al posar su mirada en él sonrió de lado, Doyoung sintió su mandíbula tensarse. Ahí estaba una vez más, retándolo, el profesor Seo caminó hacia su escritorio y con rapidez y bruscos movimientos sacó de su maletín una pila de hojas, Doyoung pudo escuchar los lloriqueos y quejas de sus compañeros, sin embargo sonrió, se sentía tan confiado que pudo incluso mantener su mirada sobre el profesor que sonrió sosteniendo los exámenes en sus manos.

En menos de un instante el salón se había convertido en una cárcel, John había tomado las pertenencias de cada alumno que no fueran lápiz, borrador o sacapuntas, y bajo sus palabras y mirada amenazadora, nadie parecía tener la valentía de hacer trampas o copiarse.

— Simple. — Habló John empezando a repartir las hojas, comenzando por la parte adversa a Doyoung. — Tienen cuarenta minutos para contestar las preguntas y dar el porqué de sus respuestas. — Continuaba entregando cada papel rápidamente, Doyoung se impacientó cuando lo vio cerca. — Nada de preguntas. — cada vez más cerca. — Y les recomiendo emplear bien su tiempo. — La mano de John se había puesto en su pupitre junto con su examen, este le miro profundamente con una sonrisa; se había quedado unos segundos, segundos en los que pudo mantener a duras penas esa mirada tan abrasadora. Doyoung sintió su cuerpo tensarse y calentarse en esos escasos segundos, pero casi perdió la compostura cuando el mayor pasó la lengua por sus labios antes de irse. Ese jodido imbécil.

he, him & his © JOHNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora