-¡Hola profesora! -la saludé de forma entusiasta.
Después del almuerzo me tocaba ir al taller de danza a ayudar a la profesora con mis compañeras.
-¡Al fin te dignas a aparecerte por aquí, muchachito! -me reprendió.
-No es mi culpa que me hayan dado vacaciones en medio del semestre -le dije con una sonrisa inocente.
-Ya no busques más problemas, hijo -me dijo maternalmente -¿Cómo se te ocurre andar con esa maquina infernal por los jardines? -me preguntó.
-Solo me divertía un poco -me justifiqué y cambié de tema antes de que siguiera con un discurso acerca de sus tiempos -¿Qué es lo que esta enseñando esta vez, Olga?
-¡Vals! -dijo con emoción. Yo torcí el gesto.
-¿Qué tal un poco de tango? -le pedí.
-¡No! -me chilló -No te dejare seducir a mis alumnas en medio de mi clase.
-Igual con el vals, se vuelven locas -le aseguré bromeando.
-Creo que aquí el problema eres tú, y no el baile -aseguró.
-Soy irresistible -dije pegado de mi mismo y bromeando con ella.
Interrumpieron todas las chicas y chicos en sus calzas o shorts cómodos para bailar. Cuando entraron... entonces la vi entrar al salón en un short cortito y una musculosa. Sonreí al verla al fondo de la clase siendo rezagada por sus compañeras. Seguro todas ellas estaban resentidas con ella por haberse sentado con los chicos y conmigo en el descanso. Decidí ser amable, si las huecas de esta Universidad no querían ser sus amigas por mi culpa, yo seria su amigo.
-Lo que me faltaba -dijo al verme.
-No seas atípica, ya me conoces. Además te mueres por mí -le dije. Rió irónicamente.
-Claro -dijo asintiendo.
-Bueno, bueno -habló Olga -Comencemos con la clase. Zayn me ayudara como siempre.
Mostró los pasos y yo la ayudé, ya que esto no era nada complicado para mí. Olga estaba haciéndoles unas indicaciones a una pareja y ahí aproveché.
-¿Me permites? -le pedí a Richard y él me dio la mano de _____ -Lo haces todo, pero todo mal -la reprendí -No estas escuchando la música.
-Discúlpame, si las miradas de odio me distraen -me soltó de repente.
-No es mi culpa que te afecten tanto, algunas chicas resentidas -le dije mientras la hacía girar y la traía de nuevo a mí -Tendrías que acostumbrarte -le aseguré -Planeo seguir... hablándote -le dije con una sonrisa y dimos unos giros por la pista.
-No tengo por que responderte -me contestó y la hice girar sobre si misma. Perdió el equilibrio por un momento y la sujeté por la cintura. La coloqué más cerca de mí. Quitó mi mano, apenas recobró el balance -Haces cualquier cosa por tocarme.
-No es mi culpa que tú me des el pretexto -dije inocente.
-Narcisista -me acusó y yo sonreí.
¿Qué chica conocía esa palabra? Esta era una chica inteligente y vivaz.
-______ estamos bailando -dije cansado de sus acusaciones -Es obvio que tengo que tocarte -hizo una mueca y volvió a poner su mano sobre mi hombro y la otra en mi mano.
-Bailas bien -dijo después de un rato de silencio en el que yo la miraba fijamente a los ojos y ella trataba de evitar mi mirada.
-Y tú estas mejorando -aseguré sonriente -Soy un buen profesor -dije orgulloso de mi mismo.
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