Déjalo.

958 122 20
                                    

TaeHyung quería cerrar sus ojos para no ver la escena, esa triste escena que quizá no hubiera visto si se hubiera quedado en casa esperando por una mentira. Los "hubiera" estaban estampados en su cabeza viendo como su pareja se encontraba entre los brazos de otra persona y dolía, dolía como el infierno pero su orgullo no lo dejaba llorar aunque estuviera herido.

-. Min YoonGi.- el nombrado se dio una vuelta y quedó sorprendido, no faltaban las ganas de que la tierra lo tragara.- vamos a casa, ahora.-

-. ¡Hey! ¿Quién te crees que eres para llevarte a mi novio?.- el menor de los presentes sintió unas ganas inmensas de llorar pero no lo hizo, por primera YoonGi pudo ver una faceta que jamás conoció de su pareja.

-. ¿Novio? No seas iluso cariño.- las pupilas del castaño eran más negras de lo normal y se notaba su sarcasmo.- tu... Lo que eres es el sucio amante.- JiMin bajo la mirada unos segundos, no le importaba que estaban en público cuando trato de golpear a Tae pero su mano fue sujetada con demasiada fuerza.

-. Sueltame, me lastimas.- los ojos del rubio se llenaron de lágrimas pero falsas.- YoonGi...- el mayor estaba congelado.

-. Vamos.- el mayor se levantó de aquella mesa e iba a dejar dinero pero Tae le ganó, tiró unos billetes en la mesa aunque posiblemente eran más de lo que la cuenta realmente costaba.- quedate con lo que sobra, date por pagado por darle un día de placer a un hombre comprometido.-

(...)

Mientras el menor manejaba el auto no podía creer lo que dijo y hizo por el simple hecho de que él no era así, nunca menosprecio a alguien, como tampoco lo hacía sentir mal.

-. Tae... ¡Joder TaeHyung te haz pasados dos malditos rojos!.- freno de golpe haciendo que sus cuerpos se impulsarán hacia delante, cerró los ojos por unos segundos dejando salir al fin las lágrimas acumuladas.

Cuando estuvo listo y cuando las bocinas de los autos comenzaron a ponerse irritantes avanzó, quería llegar a su casa y llorar por horas. Al llegar soltó un largo suspiro y corrió a su habitación, necesitaba meditar todo lo que había pasado.

YoonGi estaba nervioso y quizá listo para cuando su pareja le pidiera que se fuera de la casa, de la empresa y de su vida. Por muchos años pensó en que Tae era la persona correcta para él, con el tiempo lo corroboró porque sentía que eran uno para el otro. Su amor era como el de los cuentos de hadas mejorados porque jamás tuvieron demasiadas diferencias haciendo de su relación una de las mejores entre sus conocidos, muchos pensaron que estarían toda la vida e incluso cuando las cosas se ponían feas con su amor y resistencia lograban superar sus problemas de la mejor manera.

-. Me engañaste.- susurro el menor detrás de su pareja haciendo que volviera a la realidad, una que quizá no quería enfrentar.

-. No.-

-. Me mentiste...- la voz del menor denotaba que pronto lloraría, le costaba formar palabra con el nudo en su garganta.

-. No, Tae... Escucha.- la mano de TaeHyung fue a parar a la mejilla del manor justo después sus lágrimas bajaron.

-. Lo vas a dejar, no quedaré como un estúpido y quiero saber que no lo volverás a ver porque si me entero que siquiera miraste en el radar de ese pequeño idiota te juro que me voy y te vas olvidando de todos y cada uno de nuestros planes.- el menor salió de la casa molesto consigo mismo por darle una segunda oportunidad, molesto con la vida por arrebatarle la confianza que había construido con YoonGi, molesto con su pareja por dañarlo y no pensó, no lo hizo con suficiente claridad porque al momento de entrar a ese bar, el chico de la barra llamo su atención.

-. Dame un whisky a las rocas, por favor.- se notaba menor que él, un chico de cabello azabache y ojos encantadores.

-. ¿Algo más?.- dijo el chico sonriéndole al mayor dejando ver sus tiernos dientes de conejo, Tae sintió calidez.

-. ¿Crees... Poder escucharme?.- pregunto luego de beber su trago a la totalidad, el menor asintió con la cabeza y lleno el vaso nuevamente. Si algo le gustaba de su trabajo de tiempo completo era poder escuchar a los ebrios contar sus penas como si él fuera un codiciado psicólogo cuando todo lo que era es ser un chico recién salido de la escolaridad que trabajaba para pagar sus cuentas y poder comer.

(...)

Dos horas después, tres botellas de whisky Johnnie Walker black después, media hora de llanto y una hora con media hora de entendimiento el menor llegó a la conclusión de que aquel chico debía dejar aquella relación.

-. Miré Hyung a veces es mejor soltar que seguir sosteniendo algo que daña.- TaeHyung ladeó la cabeza, estaba demasiado ebrio o realmente no entendía.- espere aquí.-

-. ¿A dónde iría de todos modos?.- viendo hacia todos lados con su cabeza dando vueltas no se percató que el menor volvió con una cuerda.- JungKook ¿De dónde sacaste eso?.- risueño el nombrado se encogió de hombros y enrollo la cuerda en su mano mostrándole a TaeHyung.

-. Haga lo mismo.- >bien ¿Qué más puedo perder?< Hizo lo que el menor le decía sintiendo su mano derecha apretada por las fuerza ejercida.- tiraré de ella y usted también lo hará, vea lo que sucede.- cuando JungKook tiro de la cuerda con fuerza contraria a TaeHyung este chillo de dolor y soltó la cuerda con rapidez soltando un suspiro de alivio, miró su mano roja más no lastimada.- esa cuerda es su novio y cuanto más tira de él para mantenerlo a su lado más se lástima. Este mundo está lleno de chicos que podría tener comiendo de su mano, dejé esa relación tóxica.-

-. Yo... Uhm... Lo dejaré cuando pueda.- mencionó Tae levantándose pero tuvo que sostenerse de la barra, no podía mantenerse en pie.

-. Lo llevaré a su casa, no se manejar así que iremos a pie... Así tiene tiempo de meditar y ver que es lo que realmente quiere de aquella relación.-

_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/

Lo más divertido de esto es que lo estoy escribiendo en una micro, a las 8:30 de la mañana, sin voz porque me enferme después de que me mandaran a la casa del trabajo por llegar sin poder hablar. :)

Manden fuerzas porque muero.

Un Estúpido Más. (YoonTae/YoonMin) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora