La Indicada

IV

-Buen día Julio –me dice María con una sonrisa en su rostro, creo que no debe haber esperado mucho, de lo contrario el recibimiento no sería el mismo, Maria es un mujer de 42 años, bajita de 1.65 metros de estatura más o menos, muy atractiva para ser sincero y encantadora, claro cuando ella quiere, su cabello es marrón claro y tienes unos grandes ojos marrones, a pesar de su tamaño tiene un carácter bastante fuerte no en balde Adrián le tiene medio, ya en varias ocasiones se lo ha puesto como lazo de cochino por sus aventuras, pero él pues no aprende; La conocí cuando estaba en mi primer año como estudiante de medicina hace aproximadamente 16 años, recuerdo que era mi maestra de anatomía, ella en ese entonces está terminando su especialidad en neurocirugía, también recuerdo que por su estatura era muy estricta pues al ser pequeña y frágil la mayoría de mis compañeros intento hacer su voluntad en su clase, pero desde el primer día demostró que a pesar de su baja estatura tenía un carácter increíblemente fuerte, rápidamente se ganó el respeto de toda la clase, no está bien que yo lo diga pero a pesar que era el más joven, esa materia se me dio bastante bien y fue ella quien me propuso el puesto de tutor de mis compañeros incluido Adrián quien la verdad era todo menos un estudiante modelo. Cuando paso, bueno lo que paso, ella me dio su apoyo incondicional, así como el Dr. Armando, en parte gracias a ella continúe mi carrera y logre ser el medico que soy hoy, fue parte importante en mi decisión de especializarme en esta área, al ser un ejemplo para mí, siempre conté con su apoyo y consejos. Cuando empecé mi residencia aquí en el hospital me la tope como jefa de residentes en esta área y desde entonces más que una maestra se convirtió en una amiga total en la que sé que puedo confiar igual que para Adrián, ella es para mí es como una hermana mayor, bueno para los dos, siempre me escucha y tiene un consejo, a veces no acertado pero siempre ha estado allí.

Se acerca y me da un abrazo, no suelo tener un contacto tan cercano con la gente, pero ella no es cualquier persona, al menos no para mí, así que le correspondo el abrazo,

-Hola Maria, buen día – le contesto respondiendo a su amabilidad

-Se puede saber ¡¿dónde demonios has estado metido?!– ok... esta mujer creo que es bipolar primero me saluda con cariño y ahora me regaña.

-Lamento si te hice esperar mucho tiempo, el trafico estaba horrible – le contesto, es la verdad.

-No me refiero a eso tarado – me contesta, ella y su ternura- te hice 10 llamadas esta mañana, ¡¡¡10!!! – y muestra sus 10 dedos- y todas me mandaron a buzón.- saca su teléfono celular del bolsillo de la bata, lo desbloquea y en efecto 10 llamadas, demonios, ni siquiera recordé prender ese aparato esta mañana, es más no recuerdo donde lo deje anoche que llegue a casa, o si siquiera lo tenía, "inventa algo o te vas a meter en un problema"-pienso- no me gusta mentir pero creo que no tengo otra opción.

-Lo siento olvide prender el celular esta mañana-le contesto, si se entera que no sé dónde quedo no quiero ni pensar el drama que se va a armar - anoche lo apague para estudiar el caso del paciente de hoy, ya sabes quería estar concentrado- veo su cara y sé que ya sabe que le estoy mintiendo, no se para que me esforcé en inventar eso si ella me conoce muy bien, casi como Adrián, ¡¡¡ me lleva!!

-Huy si, necesitabas estar concentrado – me dice con tono sarcástico, no me creyó nada, maldita sea- , como si fueras el ser humano más solicitado del planeta, a otro perro con ese hueso Julio, no me creas tan idiota como para creerme eso- me contesta, tiene razón es la excusa más estúpida que se me pudo ocurrir-¿siquiera recuerdas donde lo tiraste cuando llegaste a tu casa? no se para que tienes celular si nunca lo utilizas –Me dice frustrada.

-¿Sera porque tú me lo regalaste? – le respondo, es cierto, si no fuera un regalo suyo hace mucho que lo hubiera tirado, no es que me apasionen los celulares.