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Primer acto; Chittaphon fue arrastrado por su compañera Lisa por casi todo Corea. ¿Por qué? Chittaphon había sido despedido, claro que había una razón pero no justificaba su traición, al menos no para Chittaphon. Después de pasar setenta y dos horas encerrado en una celda como si fuese un animal él necesitaba tres cosas con urgencia.

1. Una ducha.

2. Algo de comer.

3. Un buen trago de licor.

Después de conseguir los primeros dos en casa de Lalisa ella lo llevó por los mejores bares de mala muerte de su barrio, lugares que ten nunca había pisado pero que conocía muy bien, no por ser alguien frecuente en lugares así, los conocía porque usualmente ahí es donde terminan todas las víctimas de trata de blancas o narcotraficantes que guardan la ley en sus bolsillos.

Chittaphon adoraba su trabajo a comparación de otros de sus compañeros pero desde hace tres días ya no sería llamado "Detective", "oficial" o "comandante" por nadie, era tan frustrante pero aún así no se arrepentía de nada.



—Hiciste lo correcto —Lisa tomó una de sus manos sobre la barra, él no la miró—. ¿Te digo la verdad? Yo también lo hubiera hecho.

Ella trataba de entablar una conversación con él, trataba de animarlo y Chittaphon lo hubiera apreciado si no se estuviese sintiendo tan miserable. Lisa lo entendió y lo dejó embriagarse hasta que sus piernas comenzaron a desvanecerse ante sus ojos y hasta que sus manos quemaron tanto como su pecho.

Estaba acabado, terminado. Chittaphon había aceptado su final con la frente en alto y había decidido terminas sus días ebrio porque de esa manera no se sentía tan perdido.

Ese día en específico Lisa había desaparecido tras unas chicas hermosas, Chittaphon se sintió inmune al alcohol y después de charlar un rato con Kun, el tipo que atendía el bar, fue cautivado por un hombre en la pista de baile, no cualquiera. Habían muchos rostros hermosos en el mundo pero ese hombre en particular, no parecía cohibido al bailar con esa mujer. 

El chico pelirrojo que observaba le pasaba sus grandes manos por la cintura, por el trasero cuando la besaba le tocaba los pechos. No se sorprendió mucho cuando otro hombre se unió a ellos y entre los tres compartieron manoseos a diestra y siniestra, era realmente calienta, o Chittaphon estaba muy ebrio. Ni siquiera se percató cuando desaparecieron, tuvo el impulso de salir a buscarlos pero su visión no daba para más en ese instante.

Por suerte, o desgracia, el atractivo chico chico sigue apareciendo en el mismo bar a la misma hora, él lo comenzó a observar sin disimulo e incluso Lisa lo nota, cuando están ambos en la barra jugando con sus vasos vacíos Lisa lo ve aparecer.



—Mira, tu galán está aquí —Ella bromea y lo codea—. Deberías hablarle, es la tercera noche que aparece aquí, después puede que no lo veas más.

—Quizás lo haga esta vez, parece joven, ¿No crees?

—Sí, pero no creo que un "joven" sea capaz de verse tan caliente como él —Ambos se ríen y cuando Lisa se percata de que el pelirrojo se acerca a la barra también, ella le da una mirada sugerente a su amigo—. Suerte, hoy podría ser tu gran noche.

Ella se aleja lanzándole un beso a su amigo. Chittaphon se siente un poco más confiado ya que recientemente se tintó el cabello y se compró un saco nuevo. El pelirrojo se coloca a su lado, dándole la espalda y comienza a hablar con Kun como si fuesen los mejores amigos del mundo, parece alguien extrovertido, Kun le sirve un par de tragos que el pelirrojo debora con prisa y cuando tiene que irse, su chico caliente se echa un par de miradas con un grupo de chicos y chicas que parecen interesados en él.

Es mi turno.



—Vienes con todo al parecer.

Habló cerca de su oído, no pasó mucho tiempo para que el pelirrojo lo mirara, Chittaphon no sabe si es por mero instinto o lo hace a propósito, pero el pelirrojo se reclina hacia él con sus ojos mirándolo intensamente. La música repentinamente se siente lejana y el alcohol en su sistema parece agua.



—¿Cómo te llamas? —Su voz no es fuerte, pero puede oírla a la perfección, parece incluso que le está susurrando al oído.

—No creo que estés lo suficientemente sobrio como para recordar mi nombre.

—Sólo he bebido dos —El pelirrojo habla inocentemente, Ten quiere reír.

—Llámame Ten.

—Ten —El hombre frente a él parece ridículamente interesado en él, Ten sonrió y ladeó el rostro y se pasó las llemas de los dedos por el piercing de su oído, el pelirrojo pareció notarlo rápidamente, él también llevaba piercings.

—¿Tú cómo te llamas?

—Adivina.

El chico se acercó más a él, Ten estaba más que satisfecho ante su respuesta positiva. Ambos se quedaron en silencio unos momentos, los suficientes como para que el chico caliente pudiera pedir algo para beber. Ten aceptó sin réplicas y despues de beber un trago el pelirrojo volvió a hablar.



—¿Tienes buen aguante ante el alcohol?

—Me considero buen bebedor.

—¿Seguro? —Ten lo miró fingiendo sentirse ofendido—, me gustaría acostarme con una persona un poco sobria esta vez.

—Vaya, ¿Esa es la frase que usas para conseguir conquistas?

—Usualmente funcionma cuando estamos bailando.

—No me has sacado a bailar.

—¿Debería?

Ten sonrió.

—No, sólo quiero que me llenes la boca de saliva como sueles hacerlo en la pista de baile.

El pelirrojo parecía divertido.

—Alguien me ha estado observando.

—Digamos que llamas mucho la atención.

Ten no se negó cuando el chico colocó sus manos en su cintura, tampoco cuando lo besó  cuando comenzó a acariciar su cuerpo como si lo hubiese hecho cientos de veces antes.

Fue la noche de ese Domingo que la mente de Ten hizo click por segunda vez en su vida.

Para Ten, conocer a Taeyong fue algo que valía la pena recordar.

Mime || ᵗᵃᵉᵗᵉᶰDonde viven las historias. Descúbrelo ahora