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Segundo acto; Ten había dejado de frecuentar el bar. Lisa había estado hablando con sus superiores durante un tiempo y finalmente, ¡Finalmente tenía su trabajo de nuevo! Podría besarla durante horas y horas para agradecerle, Ten agradeció que su amiga lo repugnara de manera sexual. Ese día en específico él salió desnudo de la ducha porque había olvidado la toalla en su habitación. Lisa se encontraba desayunando frente a la televisión y cuando se percató de Ten hizo una mueca de asco y le grito que era un cerdo. Parecía una buena mañana, después de presentarse a la central de policías fue bien recibido por la mayoría de sus colegas, su jefe lo asignó a un caso al instante y Ten estaba desbordante de energía listo para lo que sea.

El problema llegó cuando comenzó a revisar todo el expediente y vio la fotografía del principal sospechoso.



Lee Taeyong, 32-36, sospechoso uno y el más importante.

Posibles cómplices; 

Na Jaemin, huérfano de 15- 18 años.

Chico moreno de ojos claros y 174 cm con 16-19 años, chico rubio de piel pálida y ojos oscuros, 174 cm (aproximado) y 13-15 años.

Listado de víctimas.

Bae Joohyun, mujer, 28.

Park Sooyoung, mujer, 22.

Jung Jaehyun, hombre, 31.

Nakamoto Yuta, hombre, 25.


—¿Qué significa esto? —Mustió para si mismo, aún así fue oído.


—No hay pistas, sólo son especulaciones.


Ten no dijo nada más.

Mientras leía una y otra vez el perfil de Taeyong escrito en la carpeta en sus manos pensó que debería tener muy mala suerte o simplemente era un tipo de imán de psicópatas con cara de inocentes. Maldijo la foto de Taeyong impresa en el papel y cuando nadie lo miraba la acarició con sus dedos.

Él podría decir que lo conoce, inventar una graciosa historia de cómo lo encontró casualmente en un bar que visitaba por casualidad y de como una charla amena sobre el medio ambiente terminó en lo que fue quizás el mejor sexo de su vida. De pronto la corbata en su cuello comenzó a apretarle demasiado. Se la aflojó un poco y pasó de hoja hacia los otros sospechosos que lucían verdaderos criminales, sin embargo la evidencia contra ellos era menor, incluso Ten pensaba que eran simples coincidencias absurdas.

Estaba a tiempo aún, podría nunca más verse con Taeyong y hacer su trabajo para que sus compañeros vuelvan a confiar en él, o podría involucrarse más con Taeyong y repetir lo que sucedió en Chicago para que vuelva a ser despedido.

Sea como sea él termina perdiendo.

Cerró los ojos meditando unos momentos. Aún era temprano así que no podía fingir un malestar y volver a casa, no estaba en el colegio. Volvió a leer todo por quinta vez tratando de parecer desinteresado y antes de cerrar la carpeta fijo su vista en la dirección del pelirrojo.

Después cerró el documento con aparente furia y se levantó llamando un poco la atención. Tomó su saco después de dejar la carpeta en el escritorio y comenzó a caminar.


—¿A dónde vas?


—Tengo que visitar a alguien.

Mime || ᵗᵃᵉᵗᵉᶰDonde viven las historias. Descúbrelo ahora