Extracto: De los Nombres del Saber y del Entender

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(relativo a las Notas Andantes que van siendo encontradas)

(nota aún incompleta, pues falta el apartado que versa sobre "La incompatibilidad entre Saber y Entender)

En los escritos de los Cuentos de la Blanca Orilla(1) se hace patente una diferencia básica entre dos verbos que muchos no distinguían. Esta diferencia hace referencia a los verbos "Saber" y "Entender".

Ambos son ampliamente usados y tratados en todas las ramas de la comunicación(2), y básicamente se usan, si no como sinónimos, sí como similares.

Sin embargo, los Habitantes de estos Cuentos y sus Alrededores claramente establecen una fisura que separa abisalmente estos dos conceptos. Explicado de forma básica, Saber era, para ellos(3), "conocer la esencia de las cosas". Pero una vez arribó nada bien recibido el verbo Entender en las Costas de sus Mundos, tuvieron que actualizar la acepción de Saber por "conocer la esencia de las cosas sin destruir/desollar/mancillar/arrasar/consumir(4) su acendrada esencia. Los Álguienes más pacíficos(5) de estos Mundos simplemente definieron Saber tras Entender(6) como "conocer de verdad las cosas".

La acepción del verbo Entender queda, pues, como "malconocer las cosas a través de la destrucción y violación impune de su esencia".

Para Ellos (los de la Blanca Orilla), algo tan simple y necesario para los Humanos como es "estudiar" y "analizar" los Hechos, les produce el mayor repudio existente jamás(7). Aunque este repudio se dispara principalmente ante los experimentos que efectúan estos tales humanos para "conocer" y poder entender el funcionamiento y los mecanismos del mundo.

Un ejemplo burdo pero aclaratorio es que, con el fin de conocer la anatomía de los Sapos(8) se diseccione y se abra su interior, dejando al descubierto sus vísceras y entrañas.

Un ejemplo más selecto sería el caso de que los Humanos, para conocer los fenómenos de las Tierras han tenido que crear un sistema mediante símbolos exactos. Este sistema les permite hallar ciertos datos de su interés, que para los de la Blanca Orilla no hacen otra cosa que mostrar de una forma que ellos consideran como muerta e inerte los fenómenos y hechos del mundo(9).

Una analogía ideada para los humanos que no comprenden(10) esto de "la Esencia Mancillada mediante los Análisis y Experimentos" sería la siguiente:

"Está un humano paseando apaciblemente cuando ve una casa que le llama imperiosamente la atención "¿Qué es eso? ¿Qué hay allí?" Entonces decide acercarse. Una vez está en la puerta opta por llamar (cosa que normalmente no suele hacer), pero nadie abre. Así, toma la iniciativa(11) de forzar la puerta. Esta no cede, y sin pensarlo ni una sola vez, controlado por el impulso de "lo lograré, de una forma u otra"(12), de un golpe rompe la cerradura y entra en su interior. Maravillado por lo que allí encuentra, empieza a manosear las pertenencias de los dueños; las descoloca, coge las que más desea y una vez se ha satisfecho (o mejor dicho, ha consumado su ambiciosa curiosidad) se marcha de la casa, dejándola desordenada, saqueada y con la puerta abierta. En fin, devastada.

Así ven los de la Blanca Orilla cómo los Humanos tratan a las Cosas: descolocando, saqueando y devastando sus Esencias. Muchos de los humanos a quienes se les narra esto ven con impecable claridad la metáfora de la Violación (13).

En verdad, no todos los humanos son iguales (mejor pronunciado: sí son iguales, pero no todos deciden explotar su necedad e ignorancia). Por lo que, siguiendo con la analogía expuesta, hay algunos que al acercarse a la casa, llamarían, y al ver que no son contestados, o bien se marcharían o bien sencillamente esperarían a ser atendidos. Y una vez invitados, su espíritu continuaría calmo, y no prestaría armar al desorden ni al latrocinio.

Otros, los que saben lo que el Mundo les ofrece y se han dedicado a perfeccionar y afilar su visión, no les sería necesario entrar en la casa, pues su vista atraviesa barreras, y no cede a la ocultación. Ven las Esencias, sin más. Y esto no se considera un acto grosero por parte de los de la Blanca Orilla, pues saben que las almas de estos álguienes tienden por igual a la pureza, a la humildad, a la protección y a la sabiduría (Espíritus Armoniosos en fin).

Cuando los Humanos entran en los Otros Mundos (ya sean niños, jóvenes o ancianos; y ya sea porque hayan sido invitados o sin pretenderlo hayan caído allí), al interaccionar con los Habitantes suelen cometer la insensatez de hacer su más añeja y ordinaria pregunta: "¿Quién eres tú?" Lo que desencadena diferentes reacciones dependiendo del lugareño.

Por un lado, podremos encontrarnos al típico que se mostrará muy ofendido, como si fuese víctima de tamaña ignominia, por lo que se mostrará de carácter grosero y dolido.

Por otro lado, nos podremos encontrar a los que toleran esta falta humana porque saben que el origen de la intención de tal pregunta es la Curiosidad, y no la de ofender ni imprecar a nadie.

Lo que conviene en el momento de tratar con los de la Blanca Orilla y sus Alrededores es no hacer preguntas demasiado personales.

El Camino de la Confianza lo abre todo, y la Perseverancia es su Guía.

Desde el punto de vista que atiende al significado intrínseco de estas palabras, es decir, que carece de cualquier otra connotación, se puede pronunciar que del Saber deriva la Sabiduría, y del Entender la Inteligencia(14), por lo que "quien más sabe es más sabio", y "quien más entiende es más inteligente".

En la palabra Entender, los de la Blanca Orilla no hacen alusión a la acepción variante o derivada del Saber que hace referencia a "captar algo" (una idea, un pensamiento). Desprovista esta acepción de cualquier connotación que tenga que ver con los sentidos físicos (captar un sonido; un olor, etc.), se sitúa en el círculo o circuito de la Intuición(15). Entender algo, captar algo, es Saber ese Algo (conocerlo en su profundidad íntegra), dar el Salto desde el Desconocimiento al Saber(16).

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(1) y la demás colección

(2) oral y escrita, principalmente

(3) antes de toparse con el verbo Entender

(4) & etcéteras

(5) y por ello sabios y humildes

(6) Definición del verbo Saber tras la Llegada del verbo Entender

(7) parafraseando el apartado de El Mar Azul de la Montaña en brumas

(8) seres que por cierto, son considerados entre los más sabios en los mundos de la Blanca Orilla y sus Alrededores

(9) a través de métodos malogrados

(10) el verbo "Comprender" merece mención aparte. Un concepto rápido y veloz sería que se sitúa entre Saber y Entender, más tirando al primero.

(11) ya que la ambición de su curiosidad es muy intranquila

(12) así le dominaba la Reina Codicia

(13) la violación integral hacia las personas, tanto física como mental y espiritual

(14) entendida como "la capacidad de resolución de problemas"

(15) Intuición como Saber no Consciente, el "Dejarse Llevar"

(16) de ahí que a los Oscuros que se mentan en el Cuento de El Mar Azul de la Montaña en brumas se les nombre como "los que saben sin entender", los que Saltan.

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