Capítulo 6

912 118 104
                                    

Estoy muerto, muy muerto, demasiado muerto. La escuela me vuelve loco, pero los momentos que paso con Soraru hacen que mis días sean los mejores.

Soraru no dejó de mirarme, ni siquiera cuando estábamos en el descanso, lo disfrute tanto, aunque estaba muerto de la vergüenza. No deja de ser tan lindo.

Estoy acostado en el sillón de la sala, esperando a que mi tío llegue. Mi tío dijo que me tenía una sorpresa y a mí, me encantan las sorpresas. 

Él no se parece nada a mi, ni yo me parezco a mis padres, eso dice mi tío. Es raro que un chico como yo haya nacido de esa forma, nadie en la familia recuerda tener un albino. Pero siempre hay una primera vez.

Hay muchas que no sé sobre mi familia, como por ejemplo, ¿Por qué ya no he visto a abuela? ¿Cuántos primos tengo? ¿Tíos? ¿Por qué mi tío no le gusta hablar de mamá? ¿Qué pasó con mis padres?

Sólo tengo recuerdos borrosos de mi infancia, es como si hubiera perdido todos los recuerdos que llegarían a responder mis preguntas. Todavía tengo el recuerdo de mis padres discutiendo con abuela.

—¿Qué haces aquí? Creí que no volverías a pisar esta casa.

—Vengo por el niño, cálmate, ¿Dónde esta?

—O sea, ¿Hasta ahora recuerdas de tu rol como madre? ¿Después de tantas fiestas y alcohol recuerdas que tienes un hijo? ¡Le hacía creer que tenía a una madre que lo ama! —Nunca había visto a mi abuela tan enojada, parecía que en cualquier momento estallaría de furia y cerraría la puerta frente la cara de mamá—. ¡Él merece una familia de verdad, que lo ame y cuide, no a unos padres como ustedes!

—Cálmate mamá, sólo dame a Mafumafu.

—¡¿Y llegas como si fuera un premio que reclamar!? ¡Mafumafu necesita alguien que le dé una vida digna! ¡No es un juguete!

—Otra vez sigues con lo mismo, viene su padre conmigo, lo criaremos bien —Mamá cruzó los brazos enojada, veo que trata de buscar algo con la mirada. Recuerdo que abuela pidió que no saliera de mi habitación, pero mi curiosidad me había ganado—. ¿Quién es ese niño de allá?

Mi abuela me nota, no me dice nsda y vuelve a ver a mamá —No puedo creer que ni siquiera te acuerdes de tu propio hijo, claro, si lo dejaste aquí cuando tenía 5 meses de nacido.

—¡Ese no puede ser Mafumafu! ¡Mafumafu no puede ser albino! ¡Es imposible!

Recuerdo ver a mamá gritar, también recuerdo ver a papá tratando de tranquilizar a mamá, pero no recuerdo cual fue la razón para que dejaran de amarme, ni cuando terminó toda esta discusión. Solo corrí a mi habitación asustado, no me gustaba escuchar a la gente gritar, no me gustaba mi físico, no me gustaba nada de mi.

¿Todo esto fue porque no tuve los mismos rasgos de mamá o papá? Quiero creer que alguna vez ellos me amaron. Aunque hayan deseado que hubiera muerto, me hubiera encantado pasar un día de felicidad junto a ellos. No pediría más...

Pero, desde que comencé a pasar mi tiempo con tío, mi vida se lleno de felicidad. Él siempre me llenó de regalos, amor, y muchas cosas que debió hacer mi padre. No me llevaba mucho con mis primos, ni con mis otros tíos o tías, para ellos era un bicho raro. No me dejaban jugar cuando era domingo familiar, ni recibía regalos en navidad, ni siquiera me llegaron a dar dinero por ser un buen niño. Jamás me sentí parte de la familia. Por esa razón, mi tío se convirtió en mi tutor, ya que mi abuela no me podía seguir manteniendo.

Cuando entré a primaria, volví a odiar mi cuerpo, mi voz, mi propia existencia. No era muy normal para un niño de mi edad odiarse a sí mismo. Pues, los niños eran crueles. Sólo deseaba que la clase finalizara en cualquier momento y, cuando creí que me libraría del acoso escolar, era porque aún no conocía la secundaria.

Sufrí mucho porque desde luego, me di cuenta de algo importante. No sabía que esto destruiría mi adolescencia. No sabía que esto me condenaría de por vida. No sabía que esto sería una de las principales razones de mis llantos. Yo no había pedido ser así, yo no quería ser gay. Vivía con el miedo de que me molestaran por sentirme atraído a los hombres. Fue muy difícil aceptar esto pero, ahora vivo feliz, en el clóset. Sólo mis amigos más cercanos saben esto.

Soraru es mi primer amor, ningún chico me ha atraído tanto como él. Cuando lo conocí, no me atraía demasiado, Soraru era tan serio que me daba miedo.
Pero, cuando casi caía de las escaleras de la escuela, Soraru fue capaz de salvarme. Nuestros labios casi chocaban en el momento que caí encima de él. Fue demasiado vergonzoso, no me sorprende ser tan torpe. Desde ese momento, me di cuenta que cuando estaba cerca de Soraru, me ponía más nervioso aunque fuera imposible que él sintiera lo que yo siento por él.

—¡Mafumafu, ya llegué! —escucho la puerta principal abrirse, mi tío ha llegado.

Rápidamente me levanto del sillón y camino hacia la puerta, aún recuerdo que mi tío me tiene una sorpresa.

—Mafumafu, te compré tu pastel favorito —dice, me muestra una cajita rosa, me la entrega y me sonríe pero luego, deja de mirarme contento—. Estas usando... ¿Rosita? ¿Un collar? ¿Maquillaje? —Mi tío toma mi mentón y me acerca a su rostro, se ve horrorizado. No entiendo que le pasa, ¿Hice algo malo?

—Compré ropa, no te lo había dicho ayer, por eso llegue tarde.

—Entiendo, espero que mañana... Te vistas un poco más, tú sabes, varonil —lo veo subir las escaleras, no entiendo porque ha dicho eso.

¿Varonil? ¿Qué es varonil para él?

Espero que les haya gustado este capítulo, realmente no me convence mucho. Adiós ❤️

Pay attention to me! [Soramafu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora