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La manera en que ChanYeol tocaba la punta de su hombro con suavidad para llamar su atención, es algo que le parece adorable a JongDae. Aunque el más alto no lo demostrara, en el fondo resulta ser alguien cálido y bastante débil, tan débil que fácilmente podía romperse en mil pedazos como un cristal si se le manipulaba de una manera cruel.

Eso es algo que no podía comprender JongDae.

De un momento a otro ese algo que ambos chicos tenían, cambió radicalmente por parte de JongDae. Ahora ya no lo saludaba por las mañanas, rara era la vez que intercambiaban palabras. ChanYeol creyó que esto se debía a que posiblemente el otro estuviese pasando por malos momentos, porque por más perfecto que fuera, es una persona y todas las personas tienen problemas. Tristemente aunque fuera él quien lo buscaba y trataba de hablarle, se notaba el incómodo ambiente que se formaba entre los dos como si todos los momentos gratos que ambos compartieron hubiese valido una mierda, como si el tiempo se hubiese reiniciado a cuando eran unos completos desconocidos.

ChanYeol no sabía si JongDae se daba cuenta del evidente daño que le estaba provocando al portarse de esa manera, pero suponía que no. Este se alejaba cada vez más.

Si lo pensaba bien, era como si todo hubiese vuelto a como era su vida antes. Aburrida, solitaria y monótona. Una vida monótona que se había llenado de bonitos colores, mismos que JongDae se había encargado de pintar con su presencia, siendo como el arcoiris que aparece después de la tormenta.

–Jun. —murmura, captando la atención de su amigo.

–¿Uhm? —levanta su cabeza de las piernas ajenas y se reincorpora en el asiento para verlo directamente—. ¿Qué sucede, ChanYeol?

El mencionando desvía la mirada a un punto muerto de aquel parque, como si ahí pudiese encontrar la manera de formular lo que quiere decir, porque todo ese tiempo se lo había estado ocultando a JunMyeon y técnicamente él es la única persona que lo podría comprender.

–Yo.. —se detiene un par de segundos, pero sabe que todo estará bien o eso espera—. Creo que me gusta alguien. —dice y JunMyeon lo único que hace es mirarlo con gracia.

–¿Es en serio? creí que era algo más preocupante. —responde recibiendo un gruñido como respuesta—. Como sea, eso es normal. A todos nos llega a gustar alguien, ¿Quién es la chica?

Y ahí está el problema, que aparte de haberle ocultado todo ese tiempo a JunMyeon por lo que estaba pasando, también le ocultó que la persona que le gustaba era un chico.

–Ese es el problema, que no es una chica.

–¿No? —cuestiona y ChanYeol niega.

–Es un chico. —responde, viendo como con el pasar de los segundos el rostro de JunMyeon se deforma a uno lleno de preocupación.

En un principio creyó que ChanYeol estaba jugando con él, porque su amigo siempre había sido algo así como Park Heterosexual ChanYeol, el chico que en cada oportunidad aprovechaba para hablar del crush que llegaba a tener con alguna chica bonita que se le cruzara por el camino. Pero supo que no se trataba de eso al ver como su mirada reflejaba no sólo sinceridad, también tristeza y dolor. Mucho dolor.

Aunque JunMyeon no fuera homosexual y su familia fuera muy conservada ante ese tipo de temas, pensaba que todos eran libres de amar a quienes quisieran si eso los hacía feliz.

–No pongas esa cara, como dije.. es normal que te guste una persona sin importar su género. —dice en un tono de voz suave, intentando animar un poco a su amigo—. Y como sea, somos amigos ¿No? eso nunca va a cambiar, siempre podrás contar conmigo.

Las palabras de JunMyeon son como esa medicina que alivian un poco todos los malestares que había estado sintiendo todo ese tiempo. Inevitablemente una sonrisa se dibuja en su rostro y rodea entre sus brazos al contrario como muestra de cariño.

Definitivamente no sabe que sería de su vida sin JunMyeon.

–Gracias, en verdad muchas gracias JunMyeon.

–No tienes porque agradecerme, Idiota. –ríe picando con su índice la mejilla ajena–. Y bien, ¿Quién es el afortunado? ¿O comienzo a preocuparme al pensar que se trata de mí? –bromea, recibiendo un par de risas y un débil golpe en su hombro.

–JongDae. —confiesa, pero la sonrisa de JunMyeon se desvanece al escuchar dicho nombre.

–Oh, ya veo. —frunce ligeramente su entrecejo, evitando que su enojo se haga más presente—. Así que te gusta aquel chico que después de alejarte de mi lado, también fue el mismo que de la nada dejó de hablarte.

ChanYeol no se sorprende al recibir tal regaño por parte de su amigo, porque si él no era tonto, JunMyeon mucho menos lo era y este muchas veces fue testigo del como JongDae actuaba como si ChanYeol fuera un incordio en su vida.

–Perdón. —responde y la pesadumbre comienza a apoderarse de su cuerpo—. Pero realmente lo amo, lo amo demasiado.

JunMyeon pone los ojos en blanco y lo deja pasar. Si a su amigo le gustaba aquel chico que tanto le disgustaba por muchos aspectos, no era la persona indicada para decirle que dejara de lado aquellos sentimientos así como si nada, porque él sabe lo que es estar enamorado tan intensamente de alguien y peor es que nunca te corresponderá por estar casada con tu hermano mayor.

–Está bien, sólo espero que después tenga una buena razón del por qué dejó de hablarte. —dice, ahora más tranquilo—. Aparte yo creo que también le gustas, cada vez que lo veía cerca de ti.. sus ojos se iluminaban como si estuviera enfrente del ser más bonito de la tierra, pero nunca te lo dije porque no sabía que este asunto acabaría gay. —y nuevamente recibe otro golpe en su hombro—. Auch.

“Sus ojos se iluminaban como si estuviera enfrente del ser más bonito de la tierra” eso es algo que feliz a ChanYeol. Tan feliz que se siente morir suavemente.

–Te odio. —bromea de igual forma ChanYeol.

–Yo también te odio.

The storm and the lightning. [ChanChen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora