Solo una opción

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-Hace poco decidí escribirle a mi subconsciente una carta reclamándole todo lo que me hacía hacer...

Caminaba aquí y allá esperando su respuesta, su respuesta del porqué me intentaba confundir con pensamientos que claramente no eran míos. Pensamientos, que me helaban la sangre de solo recordar.

Impactante fue su primer gesto... Una risa malévola y un suspiro de burla. No entendía que pasaba - Por qué ríes?- grite desesperada. -Acaso no puedo reír? Tanto te molesta que me ría de lo que me causa gracia?- respondió...

Me miré al espejo del baño - Todo está bien, no es nada- me repetía sin cesar.

De repente... Mis palabras de ayuda se vieron destruidas por un estruendo y un dolor insoportable... Mi rostro había golpeado el lavabo... Me desangraba debido a lo contundente del golpe... Ya cerraba mis ojos...

- Aquí están tus medicinas de hoy... Arriba!- una voz se hizo presente.

Desperté, miré a mí alrededor, sudaba y no podía hablar, ni moverme...

- Otra vez la pesadilla?- asentí- Calma aquí estarás bien, nada te hará daño, ni siquiera tú misma. Me miré. Atrapada en una camisa de fuerza, sin escapatoria alguna... Sin posibilidad de mover mis brazos... Me calmé y sonreí...

Pero... Una voz se hizo presente... En mi cabeza... -Crees que te salvas? - rie- Aquí estoy... Y siempre lo haré... Hasta que mueras... Así no quieras...

No apto para cardiacosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora