Capítulo 1

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Quién me hubiera dicho que acabaría así.

Sueños que duran toda la vida, pueden ser pisoteados en un solo instante.

Pulse el botón con poca presión y el café empezó a caer en la taza, rellenándola. Suspiré harta de repetir lo mismo todos los días, sin avanzar.

Desde que entré en la compañía de héroes, ese había sido uno de mis distintos trabajos, servir el café a todo el que le apeteciera. Pero, no creáis que hacer actos de heroicidad entraba en esos trabajos, nunca había asistido a ninguna de las misiones, decían que mi particularidad no era apta para la misión; nunca lo era.

Si mi abuelo se enterase de esto, se levantaría de la tumba, los machacaría a todos. Ese era el motivo por el que me mantenían en la empresa, por ser la nieta del fundador. Hubieran quedado muy mal sino me hubieran ofrecido un puesto. Era una compañía pequeña, con los pasos de los años había ido decayendo. Y bueno sigo aquí por dos razones, se lo prometí a mi abuelo, que en paz descanse y tengo algún que otro delito menor.

No es culpa mía que me intenten timar en las tiendas.

—Aquí tiene. —dejé la taza cerca de donde se encontraban hablando mis "compañeros". No más me di la vuelta para marcharme de ahí lo escuché quejarse, como siempre.

—Esto, está asqueroso, dame otro. Si no sabes hacer un café como vas a ir a una misión —las ganas de estamparle la taza en la cabeza fueron reprimidas con mucho esfuerzo. Le dediqué una sonrisa falsa antes de volver a coger la taza.

— ¡Hey, mirad! —un hombre me empujó derramando así un poco del café. Este, encendió la televisión y subió el volumen al máximo. Sin poder resistirme fijé mi mirada en la pantalla. Estaban dando las noticias.

Habían rescatado al alumno de la U.A que había sido secuestrado. Esos pobres chicos tenían muy mala suerte. Entre los distintos ataques y el secuestro, me daban pena, pero ya habían luchado más que yo habiéndome graduado.

Fui de nuevo a la cafetera para preparar un nuevo café.

—Es una oportunidad perfecta. Si logramos atrapar a uno de esos villanos, conseguiremos el reconocimiento que nos merecemos —una pequeña sonrisa asomó en mis labios al escuchar lo último.

Parece que lo importante ya no es ayudar a la gente; sino conseguir fama y dinero.

Llevé de nuevo el café dejándolo en la mesa. Me crucé de brazos y me lancé.

—Y bueno... ¿Me dejareis participar? —todos pararon de hablar y me miraron. Sabía lo que se venía así que me di la vuelta.

—Pero qué dices anda, tú, a hacer cafés o mejor, a tu casa —todos empezaron a reír como idiotas, lo que eran. Dios, estaba deseando que mi contrato terminara, ya quedaba poco, mandaría al diablo a esos primitivos y quien sabía podría emprender y crear una empresa sin gente odiosa como esa. Amaba a mi abuelo pero no podía cumplir la promesa por más tiempo.

Aguanté la jornada laboral entre comentarios y menosprecios, ya pasaba de ellos. Miré al cielo ya empezando a oscurecerse. Era un día perfecto para beber, al día siguiente no trabajaba y había que celebrar que no vería la cara a mis compañeros.

Me alejé de la agencia de héroes para ir al bar al que iba de vez en cuando, el barista me conocía por lo que hablaba con él bastante. Sinceramente, era muy buena bebedora, aguantaba muy bien el alcohol.

El bar no estaba muy lleno cosa que agradecía, los lugares muy llenos me sofocaban y agobiaban, y los vacíos me ponían nerviosa. Me senté frente a la barra y pedí una cerveza. La bebí de un trago y pedí otra, amaba como aquel líquido recorría mi garganta. El barista me contaba mientras algunas anécdotas de clientes extraños, era muy divertido ver todos los tipos de personas que se encontraba.

Miré mi reloj sorprendiéndome de la hora que era y como había pasado el tiempo. Me despedí de mi amigo y salí, ya estaba totalmente oscuro. No había luces en aquel callejón, solo podías observar a los fondos la tenue luz de la calle principal.

—Hola, preciosidad —chasquee la lengua. Ignoré a aquel borracho y continué andando — ¡Aaaah! ¡Discúlpate! ¡Me has pisado!

Ante tal alboroto me giré para ver qué había ocurrido con el señor. Debido a la poca luz no pude ver al otro sujeto, solo que era delgado.

—Si no quiere morir calla la boca. Que molestia —me quedé observando la figura un buen rato, hasta que de repente perdí un poco el equilibrio. Al parecer no estaba tan sobria como pensaba —. Quita de mi camino.

Levanté la mirada encontrándome con la del extraño. Aún sin haber mucha luz, se podía apreciar el color de esta, un azul precioso casi hipnotizante.

—Hay más calle para pasar, no me pienso quitar porque tú me lo digas. —mantuvimos los ojos fijos el uno en el otro, desafiándonos. Si pensaba que me iba a rendir, estaba muy equivocado.

—Tendré que incinerarte —levantó los hombros con aire despreocupado.

— ¿Sabes? Pertenezco a una agencia de héroes. Acabas de amenazar a una heroína —una sonrisa asomó en su cara, al parecer escuchar eso le gustó.

—Mejor me lo pones, heroína —cuando vi que empezaba a levantar la mano activé mi Quirk. Soltó un quejido del dolor y me miró interrogante — ¿Qué es esto?

—Solo he visto un movimiento sospechoso y he actuado. —Sonreí — ¿Sabes? El dolor es tan fuerte que la gente no es capaz de activar su Quirk. Tus músculos se montan y sientes como si estos fueran a explotar. Siempre he estado muy orgullosa de mi Quirk, aunque la gente no sepa apreciarlo.

Me di cuenta de lo que estaba haciendo y me detuve.

Entre el alcohol y la ira de mi interior estaba siendo irracional. Contándole mis problemas a un desconocido.

—Vaya... Te quería matar. Pero, será la próxima vez—masajeaba el antebrazo para aliviarse el dolor —. Espero que calles la puta boca a los que no aprecian tu poder.

Dicho lo último, se fue alejando hasta desaparecer. Apreté los puños al recordar lo que había dicho. Tenía toda la razón del mundo, tenía que demostrar de lo que estaba hecha; que era heroína y que puedo capturar villanos. Me convertí en héroe para eso, capturar a los villanos y ayudar a la gente.

Por culpa de esa personas me había oprimido a mí misma, tenía mi licencia e iba a hacer uso de ella.

Aquellos que me depreciaron, tendrían mi venganza.

Capturaría a alguien de la Liga de Villanos yo sola, lo llevaría a la estación de policía y les mostraría que yo también soy un héroe.

Con paso decidido regresé a casa.

Esa noche no dormí, investigué sobre los villanos en Internet. Al parecer gracias al testimonio del estudiante ya tenían todas las identidades aún más claras que en el campamento. Conseguí los retratos de todos los villanos.

Pasé los retratos observando el rostro de cada uno de ellos, hasta detenerme en el último.

—Pero que tenemos aquí —observé su facciones con mayor detenimiento. —Puede que nos veamos más pronto de lo esperado, villano.



Aquí el primer capítulo, espero que os haya gustado ^^.

Obviamente la historia no sigue el mismo camino que la historia original, pero quería aclararlo por si acaso.

Tened un buen día, hasta la próxima.


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