Babysitters?!
08
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.Akashi había quedado estático en su lugar sin despegar los ojos de los de Mayuzumi. Por el calorcito en sus mejillas, imaginaba que se había sonrojado al pensar en aquel deseo, en aquella noche estrellada junto a sus amigos... los cuales tres de ellos eran niños ahora, por lo que parecía. ¿Tendría acaso algo que ver?
--¿Q..qué? ¿P..por qué..?
--Apuesto a que sonará tonto pero siento que el hechizo de la maldita estrella fugaz sí funcionó --respondió apagando la cocina y sacando unos platos para servir la comida.
--Bueno, no cualquiera lo consideraría --murmuró el pelirrojo intentando sacarse la incomodidad de encima --. H..hablemos luego, ¿sí?
El mayor asintió y Seijūrõ se volteó a preparar la mesa mientras su corazón latía desenfrenado pensando en qué pasaría si le decía a Chihiro lo que deseó. Era vergonzoso.
--¡Niños, a comer!
Los pequeños aparecieron de inmediato exclamando de felicidad y elogiando lo bien que olía haciendo al mayor de todos sonreír levemente. Sentados en la mesa, los infantes comían con entusiasmo, hablaban sobre el día con la boca llena siendo regañados por Akashi y riendo sin parar llenando el departamento con ese dulce sonido tan hogareño y agradable que producía sensaciones relajantes para sorpresa de ambos jóvenes.
--Bien, Reo lava tus dientes mientras los demás ayudan a Hiro-nii a lavar los platos ¿sí? --habló el pelirrojo sonriendo ante la respuesta positiva.
Eikichi y Kotaro se subieron a unas sillas para alcanzar el lavado y ayudar al peliplata. Salpicaban agua y el peliplata hacía burbujas con el detergente para que rían tratando de alcanzarlas. Seijūrõ limpiaba la mesa riendo de vez en cuando junto a los pequeños pensando que era divertido a pesar del cansancio. Una vez todo listo, los tres con sus dientes cepillados y sin parar de bostezar fueron llevados por los mayores a la cama de Mibuchi donde los arroparon colocandose uno a cada lado del mueble.
--Ha sido un día largo ¿eh? --dijo Seijūrõ acariciando los cabellos de Reo tiernamente.
--Fue... divertido... jugar con... Sei-nii y Hiro-nii... --susurró Kotaro cerrando sus ojitos completamente adormilado.
--¿A pesar de no conocernos? --preguntó Mayuzumi tocando la frente de Eikichi.
--No tuvimos miedo... --murmuró Eikichi --, hay algo en ustedes... --enterró la carita en la almohada y tan sólo se oyó su pausada respiración.
Akashi y Mayuzumi se miraron extrañados pero conmovidos de alguna manera. Reo rió bajito llamando su atención.
--Sei-nii debe quedarse con Hiro-nii por siempre --dijo --. Hiro-nii sonríe mucho cuando está con Sei-nii. Y Sei-nii protege a Hiro-nii de chicas extrañas y perros grandes.
Seijūrõ se sonrojó sin atreverse a apartar sus ojos del pequeño que comenzaba a cerrar sus ojitos vencido por el sueño. Por su parte, Chihiro apretaba los labios manteniendo una expresión de sorpresa y algo de pena.
Un niño se había dado cuenta, maldición, ¿por qué ellos no?
Minutos después, los niños dormían y ellos se encaminaron a la sala. Tomaron asiento en el sofá de dos plazas sin atreverse a mirarse a los ojos luego de las palabras del pequeño. Mayuzumi se aclaró la garganta y habló.
--¿Estás bien? --preguntó.
Akashi lo miró de reojo. --Uh, sí. Me he acostumbrado a ellos, supongo --respondió.
--¿Te gustan los niños?
--Hasta esta mañana creía que no tanto como me gustan ahora --sonrió recordando la diversión de ese día --. ¿Qué hay de ti?
--Nunca han sido precisamente de mi agrado, son ruidosos, sucios y torpes, sin mencionar que debes vigilarlos todo el tiempo --dijo volteando hacia su menor que tenía el ceño fruncido --. No obstante, las risas y la felicidad que expresan la mayor parte del tiempo es asombrosa.
El pelirrojo sonrió entendiendo a qué se refería. Esos pequeños momentos en que algo en tu interior se removía y pensabas que todo valía la pena con tal de verlos sonreír y divertirse.
--Akashi... --le llamó y supo lo que pasaría ahora --. Quiero saber qué deseaste.
--¿Por qué es importante? ¿Qué probará?
--Que todo esto no es más que un deseo cumplido --dijo acercándose más a él --. También te diré el mío.
Seijūrõ lo miró a los ojos tímidamente con su corazón latiendole a mil y debatiendose internamente sobre si decirlo o no. Sabía que a estas alturas cualquier cosa era posible, quizás esos niños sí son sus amigos y algo extraño les sucedió a causa de un hechizo. Pero era algo tan loco.
--...n..no te vayas a reír... --murmuró tomando entre sus brazos un cojín y apretandolo con fuerza. El mayor asintió y respiró profundo --. Mi deseo fue... --¿y si mentía? No, él lo notaría --...fue... --¿enserio lo iba a decir? Que vergonzoso --...t..tener el valor.. de.. decir... que yo.. yo... --retorció el cojín inmisericordiosamente --...estoy enamorado de ti.
Cerró sus ojos con fuerza. Su corazón estaba como loco y se hallaba muy nervioso pero a la vez con un peso menos en su interior. Lo había dicho, se había confesado por fin a su amigo. ¿Estaba bien tener esperanza luego de lo ocurrido ese día? Él tomó su mano un par de veces, lo observó más de lo normal, le sonrió y confortó tiernamente. Además de ser interrumpido tantas veces al intentar decirle algo...
--¿L..lo estás? --le oyó murmurar. Asintió y entonces, sintió al mayor acercarse más a su cuerpo rodeandolo en un abrazo cálido y hermoso que lo sorprendió --. Akashi yo... deseé poder estar un día a solas contigo para poder decirte mis sentimientos. También estoy enamorado de ti, locamente.
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babysitters?!
FanfictionDonde de un día para otro Reo, Kotaro y Eikichi se convierten en niños sin razón lógica. [MayuAka] [Rakuzan family]