XXXVII.

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Louis inhala, el fresco y acogedor olor de Harry rodeándolo. Siente un par de cálidos labios contra su frente y frunce, forzando sus ojos a abrirse.

"Vuelve a dormir, amor," él escucha. Louis cierra sus ojos y los frota para quitar el sueño de ellos, para después gruñir.

"Shh, está bien," Harry le murmura, quitando el cabello de su cara, "haré el desayuno para todos."

Louis lame sus labios entreabiertos, y abre sus ojos para ver a su chico, soñoliento y muy, muy tierno. "¿Puedo ayudar?" Él pregunta, voz tosca.

"Puedes dormir, amor, está bien," Harry tranquiliza. Él se coloca unos pantalones de chándal para cubrir su trasero, amarrando el cordón.

"No, no," Louis murmura, aclarando su garganta, "yo quiero ayudar," él bosteza, "si eso está bien."

Harry sonríe, "Por supuesto que sí."

Harry busca por la cocina como si fuera un mapa que sabe de memoria. Él saca harina, leche, aceite y otros polvos diferentes. Harry agarra un tazón y un batidor, y Louis simplemente mira tontamente como él mezcla la cantidad correcta de ingredientes en el recipiente.

"¿Quieres batirlo por mí bebé?"

Louis asiente en respuesta, tomando el mango y haciéndose cargo por su novio, revolviendo la mezcla mientras Harry saca un sartén junto a los platos y cubiertos. Cuando Harry se voltea hacia él, se ríe.

"¿Qué?" Louis pregunta en defensa.

"Eres terrible," Harry ríe, "¿cómo no sabes batir correctamente?"

"¿Batir correctamente?" Louis dice ofendido, sin embargo sonriendo, "creo que estoy batiendo bastante bien, ¿sí?"

"Absolutamente no," Harry sacude su cabeza, "todo está mal, ven, dame eso."

La boca de Louis cae, y él aprieta el recipiente a su cuerpo, "No, yo quiero batirlo."

"Al menos déjame ayudarte," Harry murmura, "por el bien de los pancakes."

Louis lo mira, soltando un respiro pesado. "Bien. Muéstrame cómo hacerlo, Gordon Ramsay."

Harry se ríe de nuevo, sacudiendo su cabeza y simplemente envolviendo sus brazos alrededor de Louis y presionando su pecho a su espalda. Él rodea su mano alrededor de la de Louis, la otra sosteniendo el otro lado del tazón.

"Primero que todo," él murmura contra el cuello de Louis, "tú lo bates, no lo revuelves."

Louis rueda sus ojos, inclinándose contra el pecho de Harry. Él ladea su cabeza hacia atrás, girándola para dejar suaves besos en la mandíbula de Harry.

"Ni siquiera estás mirando," Harry ríe, volteando su cabeza para mirar los ojos de Louis.

Louis solo sonríe, presionando sus labios en los de Harry. Su sonrisa crece cuando la mano de Harry deja de moverse, y elige concentrarse en besarlo a él en lugar.

Anne mira con cariño desde el marco de la puerta, teniendo que entrar para prepararse su té y rompiendo la burbuja de los chicos.

La mañana está llena con mantequilla, miel y sollozos acumulados. Harry no quiere tener que dejar a su mamá, no quiere decir adiós de nuevo. Los ojos de Anne están llenos con lágrimas, sus labios presionando suaves besos en la cara de Harry, suaves susurros de, "te veré en unas semanas," y "no te preocupes cariño," y "también te amo, mucho."

Tener que irse es la parte difícil, la parte que duele más que cualquier otra. En un minuto están disfrutando sus pancakes y después están empacando en la van, y ninguno en realidad recuerda la transición.

Strawberry Milk.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora