XXXVIII.

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La mañana comienza con húmedos labios decorando sus muslos desnudos. Louis suspira contra su almohada, girando su cabeza en la suave felpa de esta, e inhala el delicioso aroma de Harry mientras sonríe perezosamente pero oh, tan feliz. Él voltea su cabeza de nuevo, sintiendo los labios del chico subiendo y subiendo, manos masajeando su trasero, y él deja escapar un pequeño gemido, arqueando su espalda al sentir una caliente boca presionada en donde su trasero y muslo superior se encuentran.

Los rayos de sol se filtran por las rosas cortinas, creando una cálida iluminación alrededor de los bordes de la habitación. Es todo tan difuso pero Louis se siente contento; su mente vagando través de suaves roces de pieles, y pequeños suspiros; la intencional presión de manos en la piel, en las sábanas, en los escalofríos que son tan intangibles que los sienten, hundiéndose en ellos.

Todo es delicado, los pequeños toques que Harry esparce alrededor de él, haciendo que su corazón se hinche al igual que su pene. Louis está tan enamorado, y Harry lo intoxica como ningún otro, hace su mundo alegre y perfecto, especialmente en estos momentos. Estos momentos en las mañanas en las que solo tocan, besan y aman al otro, tan deliciosamente, tan suave, como si finalmente hubieran reducido la rotación de la tierra simplemente por existir tan cerca del otro.

La lengua de Harry hace círculos en su entrada, trazando húmedas lamidas entre sus nalgas y la parte baja de su columna. Louis arquea su espalda, sintiendo las cálidas manos de Harry recorrer desde su trasero hasta sus caderas y cintura, palmas delicadas contra su piel, besando cada vez más arriba hasta que está en el cuello de Louis y las puntas de su cabello hacen cosquilla en la nariz de Harry. Él besa húmedamente su oreja, respirando sobre su cuello y mejilla, la cabeza de Louis presionada contra la almohada, su rostro relajado y sus labios entreabiertos.

Harry se sienta a horcajadas en el trasero de Louis, sus caderas frotándose hacia abajo, haciendo que Louis se estremezca en las sábanas, haciéndolo realmente sentirlo y gemir. Harry muerde su oreja, succionando su lóbulo suavemente antes de soltarlo.

"Buenos días," él susurra, mano apretando la cintura de Louis.

"Mhm, puedes continuar."

Lo hace, comienza a succionar marcas oscuras en la dorada piel, pequeños mordiscos hasta llegar de nuevo a su oreja, mordiendo suavemente una última vez antes de respirar pesadamente, "Lo siento, tengo que ir al trabajo," y Louis siente esa estúpida sonrisa presionada contra su piel, "y tú tienes que lavar la ropa de vacaciones."

"Harry," Louis se queja, escondiendo su rostro en su almohada y gruñiendo fuertemente.

Harry se ríe encima de él, deslizando su pierna para salir de Louis y de la cama, "Siempre dices que es tu manera favorita de levantarte."

"Sí," Louis dice en la almohada, "cuando conlleva a los dos a corrernos."

"Yo sí lo hice," Harry bromea, levantando las cejas, "tú eres el que todavía está ahí acostado."

Louis gira su cabeza para ver a Harry, ya vestido para la biblioteca en sus apretados jeans y camisa de botones, una adición especial al vestuario escondido entre sus pantalones, y dios, Louis como desea poder hacerse cargo de eso. Él mira a Harry con un puchero en los labios, "Sal de aquí y lleva tu descarada actitud contigo."

Harry se ríe.

La noche anterior la pasaron en la cama, cansados murmuros de, "Bebé, solo falta mañana," y "Literalmente acabamos de llegar, necesitas descansar," y la más convincente, "Te daré mamadas todo el día."

Y a pesar de Harry amando la idea de ser succionado por los lindos labios de Louis y de sus finas manos trabajando en su pene, él presiona un beso al puchero de Louis y deja el departamento, diciendo detrás de él un "por favor lava la ropa sucia."

Strawberry Milk.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora