02. Los caballeros de Atenea

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La "Mitología" es la propia sistematización de la cultura y de sus ramificaciones desde el surgimiento de la humanidad. Es por definición, algo tan vasto que ni el más dedicado poeta épico podría narrar cada una de sus historias, y con certeza sería imposible reunir todos los relatos en un mismo libro.

Por estar en evolución constante, en ella coexisten teorías dispares y hasta contradictorias, y cualquier esfuerzo en discutir o alinear las diferentes versiones no sería más que un divertido pasatiempo. En la Antigüedad, los griegos eran llamados "Helenos", o "Pueblo de Helas", forma como se referían a su tierra natal. Hasta los días de hoy, Grecia se intitula "República Helénica" cada vez que su delegación de atletas lidera el desfile de apertura de los Juegos Olímpicos.

El nombre que usamos tiene origen latino y fue adoptado inicialmente por extranjeros. Verdaderamente, la palabra "Grecia" solo existe en el idioma español, siendo "traducida" de diferentes formas en otros idiomas como "Greece", en inglés. Esa confusión es más común de lo que se puede imaginar. Los japoneses, por ejemplo, llaman a su tierra Nipón, o Nihon, y no Japón (y sus variaciones, dependiendo del idioma), como el país es conocido en el resto del planeta.

Cuenta la Mitología que el mundo como lo conocemos tuvo inicio cuando Zeus provocó un diluvio para destruir a la humanidad. Él era el más poderoso de los dioses griegos, y consideraba a la especie humana cruel y mediocre.

Apenas una pareja consiguió escapar de esa catástrofe: Deucalión, hijo del sabio titán Prometeo - aquel que diera a los hombres el fuego, hasta entonces un don exclusivo de los seres inmortales - y Pirra, hija de Pandora - la primera mujer, que recibiera de los dioses innumerosos presentes.

El primogénito de esos sobrevivientes recibió el nombre de Heleno, y se volvió el legendario padre del pueblo griego.

El Santuario.

La morada de la diosa Athena no queda muy lejos de Atenas, la más grande ciudad de Grecia, pero no aparece en ningún mapa conocido de los hombres. Es una montaña sagrada, completamente aislada del resto del universo, separada de nuestro mundo por estrellas y gruesos conjuntos de nubes. Ni siquiera los más avanzados y precisos satélites de espionaje serían capaces de encontrar ese lugar, enteramente cubierto por la Voluntad Superior de los Dioses y protegido por barreras divinas que repelen cualquier tipo de interferencia externa. Ese es el Santuario, cuya existencia está más allá de la lógica y de la comprensión humana. Buscarlo es lo mismo que buscar a Dios, y dudar de su existencia algo tan peligroso como cuestionar al Creador.

Anochece.

- ¿Por qué las estrellas están tan agitadas? - susurra Yulij, balanceando levemente sus cabellos plateados. Su pregunta queda sin respuesta: ella está sola en el observatorio astronómico, un espacio circular al aire libre localizado en la cumbre de la montaña.

El cielo nocturno recuerda a un planetario, limpio y poblado de estrellas, como si la terrible polución urbana de Atenas no existiese. En el piso bajo sus pies, hay un mosaico delicadísimo de un mapa duodecimal indicando los cuatro puntos cardinales. Aries, Tauro, Géminis, Cáncer...

-¡Es como si las estrellas estuviesen cayendo de la Vía Láctea... -Yulij está en el puesto de observadora estelar. Su traje recuerda a los usados por los antiguos griegos: un vestido blanco sobre el cual descansa una túnica escarlata, sujetada por un broche a la altura del hombro derecho. Sobre su rostro hay una máscara, pero muy diferente de aquellas que vemos en festivales o en el teatro. Es una máscara de silencio, hecha únicamente para esconder cualquier expresión de sentimiento humano. - ... de nuevo! - otra estrella "cae" rumbo al oeste.

Todos los seres humanos nacen, mueren y reencarnan de acuerdo con los designios de las estrellas.

Observarlas es una forma de percibir mejor nuestro mundo. En ningún momento Yulij desvía su mirada atenta del cielo. - El maestro Nicole bien podría estar aquí, pero fue al teatro con ese muchacho tan guapo... -

Saint Seiya: Gigantomachia I, La historia de MeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora