¿Y SI TE ENCUENTRO?

La Ventana

Siempre en el mismo lugar.

Con la mente en las nubes, esa mirada perdida, esos ojos sin ningún tipo de brillo, esa piel seca, blanda e incolora, sólo está ahí, como si su cuerpo no respondiera a las actividades motoras, quieto.

A veces pienso que algo la sostiene de la parte trasera de sí. Es tenebroso verla ahí, pero a la vez no puedo dejar de hacerlo. Se vé tan irreal, tan débil, tan ¿Atractiva?, - ¡Por Dios santo pero qué estoy pensando! -, ni siquiera sé su nombre, ni su edad, no sé quien es.

¡Elaaaaa!, ¡Elaaaaa!, ¡Elaaaaa!, ¡Elaaaaaaaa!

Mi almohada está empapada, el sudor corre por mi frente como un torrente, mis manos tiemblan como movidas por la vibración de un motor, mi calor corporal no está, me siento ahogado y mi corazón parece querer salir de mi pecho.

¡Corre Elaaaaaaaa! ¡Correeeeee!

Despierto con un movimiento brusco y nervioso, con unas ganas inmensas de llorar, pero mi hombría me lo impide. Ésta vez ha sido raro, cada noche empeora, ya no sé que hacer.

Me levanto de mi cama con los pies descalzos, camino por el piso frío atravesando el largo pasillo, para llegar finalmente a la cocina. Tomo un poco de agua e intento poner mi mente y cuerpo en calma.

¿Por qué esos sueños?, aún no logro ver su rostro, no logro entender que pasa. Quiero saber más, pero cuando pienso en ello el miedo se apodera de mí y al final termino ahogándolos.

Mi ventana deja correr un hilo de viento helado que acaricia mi espalda, y la recuerdo, Ella, pensar en ella me produce escalofríos.

Por fin recobro el sueño y mi noche termina bien.

Despierto con la sosobra, de qué podrá pasar la noche siguiente.

Y sin pensarlo dos veces termino recostado en el marco de ventana a la espera de mi visión matutina, -Poder verla allí de nuevo, con su rostro tenebroso y su miedo evidente-

Espero no seas uno de mis neuróticos espectros sin vida, que visualizo a través de una Ventana...

***

Gracias por leer ésta corta parte de mi historia. Espero les haya gustado.