one shots [bohrap cast / queen]

you're my best friend [joe mazzello]

La amistad era algo tan, pero tan, hermoso e importante para Joe Mazzello, él casi no tenia amigos debido a su bajo estatus social en la unversidad. Todos lo conocían como el nerd o el bocho de su carrera. Usaba grandes gafas, su suéter, abajo se ponía una camisa blanca, su muy bien planchado pantalón de vestir y sus impecables zapatos.

Todos cuchicheaban cuando él pasaba, pero Joe los ignoraba, porque al final del trayecto que hacía desde la cafetería hasta su mesa, lo esperaba su mejor y única amiga, Anne.

Ella era, tal vez, la única persona que quería y aceptaba a Joe tal y como era, y eso para él, era lo bastantemente especial como para no darle importancia a nadie más.

Llegó hasta Anne y ella le sonrió ampliamente.

—Joe, que bueno que llegas —saludó emocionada—. Ya podemos irnos, he hablado con mi hermano Ben y nos esperan en casa para almorzar.

Joe la observó y sonrió. No podía apartar la mirada de ella, mientras que Anne tomaba sus cosas para que se pudieran marchar ya.

—Anne —habló.

Ella detuvo lo que hacía y lo observó, sus ojos le transmitían siempre ese calor y esa sensación de bienestar.

—Eres increíble —finalizó.

Anne sonrió y sus mejillas se sonrosaron. Joe, aunque no lo parecía, tenía excelentes comentarios de halagos siempre. Ella adoraba escucharlo.

Caminaron rápidamente, y luego de media hora, finalmente llegaron hasta la casa de los Hardy. Anne invitó a Joe a que lo espere en el patio. Habían planeado pasar esa tarde de verano juntos en la piscina.

Joe la esperaba mientras miraba algunos cuadros que yacían en las paredes, había uno de Anne bebé. Inevitablemente sonrió.

—Tenía ocho años —su voz lo exaltó—. Ben tenía once, y ese era su balón favorito. Pero accidentalmente lo exploté.

Ambos carcajearon. Joe dejó de ver la tierna fotografía y se giró hacia su amiga. Sus labios se formaron en una o, sus cejas se elevaron y de su boca escapó un leve gemido de sorpresa. Anne sonrió y puso sus manos en sus caderas, dando una media vuelta.

—¿Qué tan lamentable me veo? —cuestionó.

Joe apenas podía hablar. Jamás de los jamaces había visto a Anne solo en ropa inerior, o en biquini, en todo caso. Sus piernas eran preciosas, y sus caderas hacían que el biquini le luciera increíble, su abdomen no era perfectamente plano, pero ella lucía realmente hermosa en aquel conjunto.

—Creo que muy lamentable —volvió a decir ella.

—¡No! —interrunpió Joe—. Digo... Eh...

Anne hizo un mohín.

—Luces realmente hermosa —dijo en un susurro.

Anne lo miró y sonrió, Joe hizo lo mismo, y se mantuvieron así unos instantes.

—¡Es tu turno! Vamos, Mazzello, deshazte de todo eso —dijo riendo.

Joe negó. No acostumbraba a estar sin nada. Se había quedado solo con su camisa blanca y sus pantalones. Se miró y arrugó la nariz.
Anne caminó hacia la alberca y fingió que se lastimó el pie. Joe se alarmó y se acercó a ella rápidamente, y apenas lo hizo, Anne lo empujó al agua y se tiró tras él.

Joe sacó la cabeza del agua y sacudió la misma, sus gafas flotaban a unos metros de él. Su camisa se había transparentado y se le pegaba a su torso, el cual ella vió que no estaba nada mal. Él tomó aire y abrió sus ojos encontrandose con los de su mejor amiga. Su cabello mojado goteba, estaba despeinado y su camisa se habia desacomodado.
Ella no podia dejar de mirarlo, era una completa maravilla la que Joe escondía bajo ese traje de nerd.

Él la miró, el color rojizo se apoderó de sus mejillas. Anne sonrió y, temerosa, se acercó a él. Joe la miraba, sus manos temblaban, pero se animó a ponerlas en su cintura. Ella cerró sus ojos y él la imitó, sus frentes chocaron levemente, luego sus narices, y finalmente, sus labios se unieron en un lento y suave beso, que a medida que pasaba el tiempo, aumentaba de velocidad e intensidad.

Joe la tenía pegado a su cuerpo, abrazada a él, ella rodeó sus brazos contra su cuello. Cuando les faltó el aire, se separaron, y Joe habló.

—No tienes idea, cariño, de cuanto me gustas...

Anne se quedó perpleja, sonrió y tras darle otro beso, respondió.

—Y tú a mi, como no te imaginas.

Y se volvieron a fundir en otro gran e intenso beso. Anne descubrió cuán enamorada estaba de su mejor amigo.