CRISTINA

3. Plan 2

Todo va bien, empezamos por ir a comprar ropa primero.

Se supone que es lo que debemos hacer para pasar después con la estilista que arreglara nuestro cabello.

Pamela esta muy emocionada, ella quiere que todo salga bien y claro, va a salir perfecto ya que ella ingenio el plan.

Yo la verdad no tengo idea de como sentirme, ya no sé si quiero hacer esto, lo unico que sé que quiero hacer es, huir, si, huir para que no corten mi cabello porque yo sé que me arrepentire.

No puedo creer que ya este sentada en la silla giratoria.

Mi cerebro nada más piensa el oh mi Dios, deja que la señora haga bien su trabajo te lo pido.

-Muy bien cariño, ¿que es lo que quieres hacer con tu cabello?- pregunta la señora sonriente.

Claro como ella no es la que se lo va a cortar, ella no esta en un plan malévolo.

Volteo a ver a Pamela que ella ya esta encantada con lo que le hacen a su cabello.

-Hee, n-no lo sé, nunca lo he cortado ni nada- digo un poco nerviosa.

-Perfecto- ¿que? Como puede decir perfecto.- Te parece bien si cortamos a los hombros y lo pintamos de un negro?- pregunta mirando mi cara esperando respuesta.

Como yo no sé absolutamente nada solo opto por asentir con una sonrisa.

Dos horas.

Dos malditas horas han pasado y por fin han terminado.

Miro a Pamela que se mira hermosa.

A ella le dejaron su rubio y solamente lo cortaron un poco más abajo de sus hombros, se miraba muy hermosa con  ese look.

Traía el cabello ondulado y un flequillo que podía quitar cuando ella quisiera.

-Vamos Cris- me animaba Pamela y la estilista que ahora sé que se llama Patricia.

-No quiero, no me animo y ¿si quede como mounstro?- digo nerviosa escondiendome de los espejos.

Aún que no lo crean tengo miedo al igual que me carcome la ansiedad de saber como quedé y si sera mejor regresar el tiempo, aún que no se pueda.

-Hay que abortar misión Pamela- dije tapandome la cara al momento que ella me jala del brazo.

Me puso en frente de un espejo grande, yo aún seguía con los ojos tapados gracias a mis manos.

-A la cuenta de tres Cristina- dijo Pamela un poco fastidiada.

-Unoooooooooo- empezó a decir mientras yo iba despegando un dedo de mi cara.

-Dooooooooos- dijo riendose.
-Doooooos y mediaaaaaa- empezo a decir mientras yo tenía los nervios que me comían.

-Doos y tres cuartos- dijo acercándose a mi y tratando de quitar un brazo de mi cara.

-Treeeeeeeeeeees- dijo quitando mis dos brazos.

Yo no podía creer.

Era algo que, wow, wow y más wow.

Esto es increible.
Mi cabello es increible.

Negro y corto.
Con ondas que iban sin forma de la parte de arriba hasta formar un pequeño tunel en mis puntas.

Era maravilloso.

Ahora si parecía una mujer, ya nadie se burlaria de mi aspecto.

No me parecía a la Cristina de hace dos horas.