Mi nombre es Stiles, y pertenezco a la tribu Stilinski. John, el líder de nuestra tribu, es mi padre. Claudia, la más sabia y amorosa de todas las mujeres, es mi madre. Esto debería ser genial, o eso es lo que todos por aquí me dicen; en un futuro, cuando mi padre sea muy viejo y no pueda salir más a cazar, alguien deberá guiar a los hombre en busca de alimento... El problema, es que mi padre espera que sea yo.
Desde que era sólo un pequeño crío, mi padre se ha empeñado en enseñarme cómo ser un buen jefe, pero las cosas siempre terminan de la misma forma: conmigo arruinando todo.
Cuando tenía siete años, padre me llevó a ver cómo los obreros fabrican los arcos, casi no tenemos de esos porque son muy difíciles de hacer, pero indispensables para mantener nuestro territorio protegido de tribus enemigas.
Todo iba bastante bien, hasta que padre decidió que sería buena idea enseñarme a lanzar una flecha... A LOS SIETE AÑOS. No hace falta decir que fue un fracaso total; la flecha terminó en la pierna de uno de los amigos de mi padre, Deucalion, creo que a partir de ahí fue que empezó a odiarme tanto.
Esa semana, tuve que ayudar a cubrir el trabajo en el campo que el señor Deucalion no podía realizar, y aunque pasar horas bajo el ardiente sol plantando las semillas que nos dan alimento no es la cosa más divertida del mundo, debo admitir que el resultado final es bastante satisfactorio, ver crecer las plantas y los frutos de lo que tus propias manos sembraron no tiene precio, y créanme cuando les digo que soy bastante bueno cuidando de nuestros huertos.
También me gusta ayudar a mamá cuando prepara la carne que los demás miembros traen para nosotros. Hay algo sobre la manera en que mi madre selecciona las hierbas, en cómo hace los olores y sabores complementarse para que, al ponerlos en la carne, ésta sepa deliciosa. Un pequeño secreto por aquí, es que soy de los pocos que sabe cómo hacerlo tal cual a como ella lo hace, dice que en un futuro, cuando tenga mis propios hijos, puedo decirles también cómo hacerlo.
En fin, otro de mis problemas es en cuanto a mi físico, si vieran a los chicos de nuestra tribu... Vaya, ellos se ejercitan demasiado y sus cuerpos son anchos y fuertes. Por ejemplo, mi amigo Scott; su espalda es ancha y sus brazos son gruesos, recuerdo que ayudó a construir las casas donde dormimos, acarreando las piedras y grandes pieles una por una. También mi amigo Liam, a pesar de ser bajito es muy fuerte y veloz, se la pasa practicando para el momento en el que se le permita ir a casar con el resto de la tribu, y eso a Deucalion le fascina, dice que le recuerda a él cuando era más joven.
Pero esperen, no crean que soy un pésimo integrante de tribu, les prometo que también tengo muchas habilidades. ¿Cómo cuáles? Pues verán, tengo la mejor técnica de todas para crear las puntas de lanza más perfectas que alguien pudiese fabricar, incluso padre ha quedado impresionado cuando en la revisión pasó un dedo sobre el filo, provocándose un corte al instante. Debo admitir que su mirada de orgullo me llenó el alma, amo verlo tan feliz de ser mi padre, quisiera que así fuera siempre.
La revisión ayuda a saber Cúa do un joven integrante de la tribu está listo para dar el siguiente paso y convertirse en cazador... Lamentablemente, mi padre piensa que yo ya lo estoy, lo veo en su sonrisa. Sí, justo ahora odio todas mis malditas habilidades.
—Muy bien, jóvenes.— grita mi padre dándose la vuelta hacia nosotros —Después de la revisión de hoy, ya sabemos quienes deberán acompañarnos en el siguiente viaje de caza. Siéntanse orgullosos y den un paso al frente...— padre se prepara para dar los nombres, y yo rezo porque el mío no salga de su boca.
—Scott...— es el primer nombre que pronuncia, mi amigo alza la mirada, se levanta de donde nos encontrábamos sentados al rededor de la fogata y se para firme delante de los viejos.
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Él es Alfa. ~STEREK
Fiksi PenggemarAdaptación de la película "Alfa" de Daniele Sebastian Wiedenhaupt. Europa, hace 20,000 años. Cuando los seres humanos comenzaron su viaje en la tierra, ésta era un sitio peligroso. Sólo los más fuertes sobrevivían. Los humanos enviaban cazadores por...