Enséñame

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Todo esto empieza con un salón de clases, lleno de alumnos muy ruidosos. Algunos rayando el pizarrón blanco, otros escuchando música a lo alto y algunos sentados en las mesas y jugando con consolas portátiles, entre ese pequeño grupo se encontraba un joven admirado por muchas mujeres. Su nombre era Anthony Edward Stark, 17 años, bastante bajito, su padre es rico, así que lo metió en la mejor escuela de paga.
Todas las mujeres se derretían por el, siempre llevaba estilo, un cabello negro hermoso hacia atrás, lo último en tecnología y para rematar el más listo de todos, pero saber que tenía todo eso a su favor le daba un defecto. Era todo un malcriado. Desafiante ante la autoridad y con una obsesión por humillar a las personas adultas, en especial a los hombres.
Ese día de clases era como el anterior, todos los días a esa hora, el grupo 157 tenía una hora libre, puesto a que no tenían profesor de historia. El anterior fue despedido por acusaciones de violación a menores.
Todos en aquel salón disfrutaban de tener tiempo libre, tanto que no notaron que había alguien sentado en el escritorio del profesor. Y de repente, dejo caer un pesado bolso de cuero en el escritorio, como reacción casi todos regresaron a sus asientos menos uno que seguía jugando, Anthony. El profesor se fue en dirección al niño -disculpe, pero ya empezó la clase- el profesor le dió la vuelta para que quedarán de cara a cara. -Oye! no me to- se dio cuenta de quién lo había interrumpido.
Un hombre, alto, de cabello rubio, ojos azules como el cielo de verano, y con una chaqueta de cuero, con camisa blanca y jeans azules.
-Siente en la silla, las mesas no son para eso- le pidió el profesor con un tono amable y para Tony eso era una presa interesante, -como quieras- le dijo sentándose correctamente.
-Buenos días, apartir de hoy, seré su profesor de historia, mi nombre es Steven Rogers- escribió su nombre en grande en la pizarra que tenía detrás -pueden llamarme Steve si les parece más cómodo- todos y más que nada las mujeres estaban interesados en el, menos uno -cuántos años tiene profesor?- preguntaba una de las alumnas -32- respondió mientras sacaba unas hojas de su bolso con una sonrisa hermosa -Que vejestorio- se escuchó una voz y Steve actuó de manera inmediata -tú, el joven de hace rato- Tony brinco de la eficiencia del profesor y se levantó de su asiento -tienes algún problema?- le preguntó serio, y todos en silencio -no lo se, lo tengo?- le regreso la pregunta aquel joven rebelde.
Steve entendió que tipo de alumno era, así que decidió probarlo -muy bien, parece no tener interés en esta materia, le pido que me espere afuera del pasillo, si en unos minutos no lo encuentro allí estará dado de baja en mi clase- Tony se vio comprometido así que decidió hacerle caso, tomo su celular y salió al pasillo. -Muy bien todos, en lo mientras quiero que me escriban en una hoja lo último que saben sobre esta materia- dejo sus cosas y salió por la puerta.
-Muy bien mucho, que fue lo que pasó allí dentro?- preguntó el profesor mirando al más pequeño, pero este no levantaba la mirada -no me gustan los profesores como usted- le dijo serio y sin tanta importancia. Steve no sabía tratar con niños como este pero lo intentaría -bueno, solo te pido más respeto, espero ver un buen desempeño conmigo, tus demás profesores me hablan bien de ti- le revolvió el cabello y de dió una linda y amable sonrisa -por favor, entra a clases- el profesor entro al salón y Tony se quedó sorprendido por la paciencia de Steve -esta bien, te voy a dar de que hablar- dijo para si mismo y después entrar al mismo salón.
La clase continuo como cualquier otra solo que esta se robaba la mirada de las más jóvenes, y como no, con tremendo cuerpo y aquellos músculos, parecía que debe ser violento o agresivo, pero su cara decía ser la persona más dulce y pacífica de este mundo, y eso intriga a a todos. Solo que a uno en especial le molestaba, sabes que se siente que toda tu atención sea robada? Que todo lo que era para ti ya no lo es? Solo por una cara bonita y un cuerpo fuerte y definido, a pesar de sus 32 años se conservaba bastante bien ni una sola arruga, o cana, y si la tuviera no se vería con su cabello rubio. Es... Perfecto el pendejo.
Tony sentía celos por la atención, y rabia por su manera de tratare. Pero hay que admitir que la historia se volvio interesante.
-Muy bien, chicos, este es el plan de estudios, alguna duda o inconveniente?- preguntó terminando de escribir en el pizarrón -si, que hace falta para que se vaya?- adivinen quien preguntaba? El mismo chico con los celos a más no poder. El profesor resopló y lo ignoró, sabía que sería una batalla larga. El día transcurrió normal.
El profesor salía de la sala de maestros con sus cosas, papeles en una mano su bolso en la otra, deteniendo exposiciones contra su pecho, el pobre apenas podía ver done pisaba. Ya era tarde, la mayor parte de los profesores se habían ido, eran como las 8:30 de la noche y nuestro profesor Rogers salía por la puerta de enfrente hacia su auto, el cual estaba pegado a las bardas de la escuela.
-Definitivamente hoy no fue mi día para estacionarme, pero me gustó el resto- decía positivo dejando los papeles encima del capote mientras que buscaba sus llaves.
-Podria jurar que aquí estaban- saco plumones, papeles, celular, todo. Pero esas llaves no estaban.
-Buscas algo, anciano?- una vez conocida se escuchó detrás de él que hizo saltar al profesor.
-Ay dios, Anthony, me diste un susto, además ya te he dicho que no me digas así- se puso una mano en el pecho y tratando de respirar más despacio.
-Y yo ya te dije que no me llames así- le dió una mirada de muerte.

-Tony, cuál es el problema? Por qué me odias tanto? Solo soy tu profesor- se apoyó en su auto con una pose despreocupada.
-Por que? Por qué no? Es la pregunta correcta, te llevas toda la atención, piensas ser perfecto, incluso más inteligente, y solo enseñas aburrida historia!- Peter estaba estallando, tenía la confianza de que nadie lo podría pues no restaban más que los conserjes en esa escuela.
-A ver, tranquilo, es mi primer día aquí, como puedo afectarte así?- le preguntó bajando un poco más hasta la altura de Tony, pues las alturas eran notablemente diferentes.
Tony aprovechando que estaban a la altura lo tomo de su camisa hacercandolo a el -Si te digo por qué ya no querrás estar aqui-.
Obviamente la musculatura de Steve era muchísimo más que la de Tony, pero dejo que hiciera lo que quisiera así que siguió -bueno, es un riesgo que quiero correr- le reto sin poner ningún tipo de resistencia al agarre.
De la nada, la distancia entre sus rostros se esfumó, cerrándose en un beso. El profesor estaba en blanco y Tony con los ojos fuertemente cerrados a pesar de sus lentes obscuros. El estudiante puso sus manos en el auto acorralando al profesor ente estás haciendo el beso más fuerte.
Pronto, Tony se separó lentamente viendo la reacción del profesor, pero está estaba en shock, sin decir nada, sin mirar a ningún lado.
Tony se puso muy nervioso, entro en pánico. Saco las llaves de su bolsillo y las tiró al suelo para salir corriendo de allí lo más rápido que pudiera.
Y Steve solo escuchó las pisadas del niño alejándose muy rápido.

Al día siguiente todo transcurrió con normalidad, hasta que llegó la clase de historia, el ambiente era tan pesado que otros alumnos podían notarlo, al pasar lista se escuchaba en sus palabras la incomodidad.
-Agnes-, una niña levantó la mano.
-Duvet- otra joven levantó la mano.
-Anthony...- aquel joven llamado no quería responder, pero lo hizo levantando la mano y con la mirada hacia las ventanas laterales.
Todo fue tan tenso que el tiempo parecía no pasar, pero finalmente el día llego a su fin. Todos salieron temprano y este profesor en particular se quedó por estar atrasando con algunas cosas.
-Vaya es tarde otra vez, mi pequeño perro debe estar extrañándome mucho- decía buscando las llaves de su auto mientras salía por la puerta principal, y aún lado del dichoso auto había alguien apoyado en el.
-Tony?...- preguntó el profesor al reconocer el cabello y la ropa y este presto atención al más alto.
-Quiero aclarar lo de ayer- este dijo serio y a secas.
Y esto aún que no lo pareciera intimidaba al profesor más alto y corpulento.
-Quieres disculparte?- preguntó ingenuo.
-No, quiero saber si está dispuesto a una relación en secreto- le propuso inseguro de la respuesta, y con las mejillas rojas.
-eh? Relación en secreto?- el profesor estaba atónito -sabes que esas relaciones están estrictamente prohibidas, verdad?-.
-Dahh, por eso es secreta- le quitó los papeles que llevaba encima y los puso sobre el auto, para dejarse llevar por el profesor, acariciando su pecho a través de la chaqueta.
-Tony.... No lo se- se quería alejar.
-Acaso ayer no sentiste nada? O lo intentamos otra vez- se hacerco para darle un beso pero el mayor lo rechazó poniendo una mano entre los dos.
-Mira, no soy re romper las reglas, pero... Por lo menos no aquí- le abrió la puerta de su auto y el menor encantado de subió. Steve tomo sus cosas y entro al auto arrancando a lo más rápido que pudo.
-Tu y tus malditos encantos- le decía al más jóven -pero no te quiero reprobando mi materia, y te la vas a ganar a pulso- le aclaraba mientras conducía hacia su casa.
-Pues enséñame, enséñame lo que sabes~- acariciaba su pecho bajando de a poco.
-Tony estoy manejando!!-.

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⏰ Última actualización: Aug 20, 2019 ⏰

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