Capítulo XXXIV

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Con los ojos cerrados el pequeño rubio que se encontraba sentado abrazando sus piernas comenzó a cantar.

Otra vez su hogar se sentía tan vacío, tan solitario y ni siquiera su voz podía llenarlo.

Sus manos se encontraban un tanto sudadas por la ansiedad que sentía hora trás hora.
Su voz comienza a romperse y las lágrimas amenazan con salir más no salen.
Intenta calmarse al oír el timbre de la puerta.

Lentamente abre la puerta un tanto ilusionado pero su cuerpo se tensa al ver aquella persona parada en la entrada de su casa.
Quiere cerrar pero el pelinegro no se lo permite.

-Por favor dejame hablar contigo Jimin

-Vete de mi casa Hoseok ya has arruinado bastante mi vida, no permitiré que lo sigas haciendo.

-No quiero hacerte daño

-No te creo

-Por favor Jimin - pidió casi en suplica - no volveré a hablarte ni verte pero por favor dejame entrar

-No quiero

-Jimin, sé que Yoongi te ama - el rubio comienza a llorar en silencio sin dejarse ver por el mayor - aquel día - susurró - yo lo besé a la fuerza

Do not stay [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora