Felices

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Desperté con dolor de piernas recordé la noche y lo que habíamos hecho, Jiyong seguía siendo el mismo intenso de siempre, me encantaba verlo dormir, su cabello rojo era hermoso en el. Sus delgados dedos, Jiyong es único.
Ambos estábamos desnudos en la misma cama, lo único que nos cubrían eran las sábanas,  toqué a Ji de su pecho y sonrió.

-Riri. -dijo

-Buen día

-¿Qué hora es?

-No lo se. Dejame ver.

Busqué mi celular y vi muchas notificaciones y mensajes.

-Nueve de la mañana.

-Aún es temprano.

-Si.

-Extrañaba hacerlo contigo y despertar tranquilo.

-También yo

-¿Quieres un mañanero? 

-Ji, ¿no te cansas?

-Contigo no.

Sonreí , jamás creí que volvería a pasar por esto de nuevo. Se puso sobre mí y se envolvió solo de la cintura hacia abajo con la sábana.

-Sé que también lo quieres mi amor.

No dije nada, atacó mi boca, es tan ardiente, sentí su lengua caliente en mi boca, se abrió camino para poder devorarme. Abrí mis piernas y el tocó mi erección,  me encantaba que hiciera todo eso, siempre sabía que hacer. Me masturbaba mientras me besaba a su misma vez, bajó a mi cuello e hizo algunas marcas en el. Mi líquido salió y el sonrió.

-Ya estas listo cariño.-dijo.

Tomó el bote de lubricante y sentí como metió un dedo dentro de mí, era imposible no gemir, cerré mis ojos un pequeño segundo y los volví a abrir, sentí otro dedo en mí y el movimiento que hacia para estimularme.

-Gime Riri, me encanta escucharte.

No podia emitir una sola palabra, estaba muy excitado.

Me acostumbré a la sensación y el metió un tercer dedo, no podia con mas y gemí.

-Eso, asi me gusta.-dijo.

Sacó sus dedos y se que se venia el dragón interior que es.

-Haremos algo distinto.

No entendía a qué se refería pero lo dejé pasar.
Sacó una pañoleta color rojo y la dobló, no se que me haría pero me sentí nervioso y ansioso por esto, Jiyong es impredecible, nunca se sabe con qué saldrá. 

Tapó mis ojos con la pañoleta y me sentí nervioso.

-Tranquilo Riri, te va a gustar esta experiencia, quiero que sientas lo que te hago.

-Ji, ¿Qué haces? ¿Acaso eres un pervertido?

-Tranquilo Riri, te va a gustar, no pienses cosas raras.

-De acuerdo.

De verdad que saqué al dragón,  ocho años y en menos de veinticuatro horas me hace lo que no hicimos en años, Ji estaba ansioso y lo presentía.

Sentí sus manos en mi cuerpo, tocaba mi abdomen y mis piernas, el tacto de sus manos en mi cuerpo se sentía bien, era cálido y con lujuria, me sentía como la protagonista de ese libro donde el hombre hace juegos sexuales con la chica y en una parte ella hace esto, taparle los ojos al hombre mientras lo hacen.

-Ji...

Sentí su boca en mis piernas, pequeñas mordidas en ellas y que tocaba mi pene, me estaba masturbando.

Te Extraño, Vuelve Y Ámame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora