Capítulo 14

2 1 0
                                    

Entró corriendo a la sala de mandos, sus compañeros que observaban tranquilamente los monitores se voltearon hacia el cuando escucharon el repiqueteo de sus zapatos contra el brillante suelo.

—Chicos hay un correo del director que financia la investigación.— levantó el papel y luego se sentó en una de las sillas junto a ellos para depositar el sobre en la mesa. —Y es importante.

Yoongi y Jin se miraron entre sí algo extrañamos para posteriormente abalanzarse sobre el papel mal colocado en el sobre. El azabache de rasgos felinos fue el más rápido y con algo de tensión empezó a leerlo.

—¿De que trata?— pregunto Jin con un tono nervioso al ver que ninguno de los dos emitía palabra. El principal financiador de la investigación, cuya identidad no conocían, además de financiar también era el promotor de tan alocada idea. Era tan extraño que el mismo se pusiera directamente en contacto con ellos, sus ordenes solían llegar por medio de terceros pero al observar la carta está llevaba el sello característico que aquel hombre tan misterioso poseía, el mismo que pudo observar en su carta de reclutamiento.

—N-no.— tragó saliva en seco. —No vamos ha hacer esto.— dijo firme y depósito la carta con algo de fuerza sobre la mesa. —Es una estupidez.

Jimin esbozó una sonrisa mientras miraba el ceño fruncido de Min y veía a Jin leer con demasiada desesperación el trozo de papel que ahora yacía en sus manos. —Vamos, no seas tan gruñón.— vaciló. —Será divertido, estoy harto de jugar. Es hora de que está mierda funcione.— su sonrisa ya no estaba.

Jin bajo el papel hacía su regazo y lo estrujo levemente. —No podemos hacer esto, está mal.

Jimin carcajeó. —¿Que os pasa? ¿Acaso tenéis miedo?— se inclinó hacia ellos y apoyo sus manos sobre las contrarias. —Es por la ciencia.

Yoongi se zafó con demasiada brusquedad y se levanto para intentar tranquilizarse. —Te recuerdo que son tan humanos como tú o como yo.

—Lo se.— se levantó y con precaución se acercó. —No vamos a hacer nada malo.

—Joder Jimin ¿acaso no lo ves?— está vez interrumpió Jin levantándose igualmente. —No podemos jugar con los sentimientos de esos chicos, les podemos hacer daño.

—Si queremos que esto funcione hay que hacer sacrificios.

—¿Y te parece bien hacer esto? ¿Sabes si quiera que significa lo que pone aquí?— alzó la voz algo desesperado ante el poco tacto del menor. —Esto.— agitó la carta. —Esto es como decir que droguemos a esos chicos y los hagamos follar entre ellos para que conecten.— respiró hondo. —Es algo enfermo...

—Si lo dices así suena mal...

—Es exactamente lo que pone en está mierda solo que con palabras bonitas. Simplemente no, no vamos a hacerlo.— arrugo la carta en su mano y la tiro al suelo.

—¿¡Que haces!?— fue a recoger la carta, algo frustrado por la actitud de Jin. —¡No se tienen ni que enterar, para algo son los fármacos!

—¡No tenemos ni siquiera la certeza si funcionará!— grito desesperado.

—La ciencia se basa en experimentar hasta conseguir resultados. Y es nuestro trabajo hacer todo lo que este en nuestra mano para hacer que esto sea posible.— se acercó a Jin para depositar su mano en su hombro y apretar levemente en signo de compresión. —Te entendiendo, de verdad que si pero... pero llevamos 8 meses aquí con este método y no hay resultados.— miro los monitores y sacudió rápidamente la cabeza para dirigir otra vez su mirada a Jin. No podía ceder, el no tenía opción. —Es el momento de probar otras cosas. Además son chicos jóvenes, quizás no les desagrade la idea.— sonrío.

Yoongi que se había mantenido al margen sintió su sangre arder y en un impulso alejo al chico del castaño para empujarlo bruscamente. —¿Que mierdas dices imbécil? Estas hablando de mi puto hermano. Tu amigo.— gruñó enfadado. —No voy a hacer esta mierda. Van a la puta universidad, son unos crios y no por la ciencia les voy a arruinar la vida.

—Ni yo.— apoyo el castaño.

Jimin volvió a reír. El también se compadecía de esos cuatro chicos, claro que lo hacía pero eran ellos o el y claramente no era tan estúpido para dejar que un par de sentimientos lo traicionarán. Dolía como el mismo infierno pero tenía que mantenerse fuerte, sino lo hacía nadie se iba a compadecer de el cuando su propio padre le pusiera una pistola en la sien y sin ningún remordimiento apretara el gatillo.

—Muy bien.— dijo al fin con una sonrisa fría, casi desgarradora. —Me importa una mierda lo que digáis, aquí no sois nada. —Respiro profundo intentado ganar fuerzas y les miro con algo de pena. —Ellos tienen un contrato y van a seguir quieran o no, queráis o no.— escupió con asco las palabras y estampó la carta contra la mesa. —Min Yoongi quedas relevado como jefe de la investigación y yo Park Jimin pasó a ser el nuevo jefe.— decretó. —Haced lo que queráis, iros si queréis pero tenéis un contrato de silencio y si habláis...— sonrió mientras colocaba su mando en forma de pistola y apuntaba hacia ellos. —¡Pum!

Los mayores se quedaron atónitos mientas observaban como el rubio abandonaba la sala con un fuerte portazo y claramente un humor de perros. Las palabras se quedaron atascadas en sus gargantas al ver la gélida sonrisa del menor. ¿En que mierdas se habían metido?

Cadáver exquisito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora