Prologo

44 1 3
                                    

El mal, es con lo que me describen todo el tiempo, se siente bien ver a la gente temblar de terror al verme, sus miradas clavadas en mi mano donde se balancea una cuña chorreando sangre.

El hombre frente a mi trata de sostener el cuchillo para que no caiga de sus manos, casi estoy riendo a carcajadas, no puedo esconder la sonrisa que me causa ver sus facciones cargadas de miedo y desesperación, es la misma cara que puso cuando llego a la cabaña y vio los cuerpos de su familia o eso creo que eran pues no tengo idea de quiénes son, solo sé que tenían algo que necesitaba y tuve que tomarlo.

Me vuelvo hacia el hombre que se abalanza hacia mí tratando de clavarme su cuchillo, en un instante lo tomo de su chaqueta por el cuello y lo lanzo al suelo donde cae con un sonido sordo y el cuchillo cae de sus manos, alzo mi cuña y la clavó en el medio de su espalda, escucho su gemido de dolor y la sangre empieza a salir de la herida, muevo la cuña para clavarla más profundo y rasgar la piel, el hombre se retuerce y de repente deja de moverse.

No fue tan divertido como esperaba, las personas que no tienen magia en sus cuerpos no resisten tanto como los demás, los aborrezco son asquerosos.

Limpio mi cuña con un trapo que encontré sobre la mesa de la estancia y sacó de mi ropa lo que le quite a esa familia, el objeto que he estado buscando desde que maté a esa mujer, su maldito collar de perlas cargado de magia que antes de morir mando a resguardar para que yo no lo obtuviera.

Una sonrisa se me sale al ver lo irónico que fue la situación, como no se me ocurrió buscar entre la gente sin magia antes , esa maldita era inteligente pero su idea no funcionó, ahora tengo su collar y con el podré completar mis planes.

En eso se abre la puerta y entran a la estancia tres hombres, no son solo hombres, son los mejores guerreros de Kial.

-Devuelve ese collar Alec. Habla el guerrero del centro llamado Shein.

Sonrió antes de hablar.- ¿De que hablan? Este collar es mío, además que falta de cortesía la de ustedes, no tocaron la puerta, ¿Que tus padres no te enseñaron modales Shein?. Me río por dentro, se perfectamente que va a enfurecer por lo último que dije pues yo mate a sus padres.

-Deberías cuidar tus palabras Alec, esta vez vamos a aniquilarte. El de la izquierda de Shein habla, se llama Lucker y tiene una cicatriz de lado a lado de su cara que está en diagonal de su ceja derecha a su mentón que obviamente yo le provoque.

-¿Tu no dirás nada Lan?
Lan el de la derecha de Shein, un guerrero fuerte y con una mirada de odio hacia mí que me causa suma gracia, no puedo culparlo, me merezco todo el odio hacia mí que los tres desprenden.

No espero que conteste, nunca lo hace.

-Bueno, fue buena la charla pero, tengo cosas que hacer, así que, debo matarlos ahora.

Lanzo mi cuña hacia los tres pero rápidamente la esquivan y se lanzan en diferentes direcciones Shein con su espada queda enfrente de mí y alza su espada para hacerme un corte de abajo hacia arriba de mi torso, veo un movimiento por el rabillo del ojo y me agacho justamente cuando Lan lanza sus cadenas en forma de cruz horizontal para tratar de cortarme la cabeza, recibo un puñetazo desde un costado, Lucker está golpeando mi costado con sus puños de acero, agarro su puño derecho y aprovechó su fuerza para dirigir su puño hacia Shein, quien lo esquiva apenas pero logró que se alejen, una cadena se enreda en mi brazo y jala hacia atrás, Lan casi esta arrancándome el brazo cuando concentro todo mi poder en ese brazo y rompo las cadenas que lo sostienen.

No puedo morir ahora que estoy tan cerca de lograr mi objetivo así que atraigo una niebla con mis poderes y todos quedamos sin saber dónde está cada uno, veo la luz de la ventana y me lanzo hacia ella para escapar cuando Lucker cae sobre mí y me sostiene del cuello tratando de quebrármelo, pero sus amigos al no saber quién está matando a quien por la niebla lo toman de los brazos, al ver que no soy yo, se quedan sorprendidos y aprovecho ese momento para derribar a los tres y salir por la ventana.

Me duelen los costados y la herida que hizo Shein no deja de sangrar, pero aun así utilizo mi poder para llevarme hacia mi castillo, antes de transportarme escucho las palabras de Lan.

-Voy a matarte Alec, aunque yo también muera.

Aparece ante mí el castillo negro, así lo nombre pues está quemado pero aún así sirve para mi.

Me paro en seco al sentir o más bien no sentir el peso del collar que le quite a esa familia, reviso mi ropa y no encuentro el collar.

Esos malditos guerreros me quitaron el collar.

Luces en el espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora