Verdades

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Bien.

Hay un particular refrán dentro de la cultura humana que se adapta bien a lo que estaba viviendo, algo sobre como sólo los niños, ancianos y las personas nadando en alcohol dicen la verdad.

Eso es en lo que pensó Crowley automáticamente mirando el desastre en que se convirtió su amigo; Una expresión de felicidad borracha crecía en el rostro de Aziraphale mientras sostenía una gran botella de vino con algo de líquido sobrante, no se había atrevido a arrebatárselo. Y sinceramente no la había prestado atención hasta ahora.

Crowley se permitió beber, por supuesto, pero no al grado de perderse así mismo.

Era algo sorprendente ver a un ángel corrompido por el alcohol, aún más si Crowley puede recordarlo la mañana siguiente, usualmente estaría igualmente borracho y olvidaría todo; pero ahora que estaba en sus sentidos tenía tiempo para pensar sobre eso.

Era un espectáculo que...con el tiempo, disfrutaría: La forma en que Aziraphale llevaba hablando sobre el porqué había cosas de la humanidad que le eran fascinante ignorando las cosas malas porque, "Crowley, ¿Sabías que inventaron la mayonesa? ¡La mayonesa!", la manera divertida cuando cruzaba palabras y tenía esa sonrisa boba en sus labios perfectos.
 
Estaba ligeramente sudado, con algunos de sus rizos adheridos a su frente perlada; una maravillosa vista. Pero– el motivo por el que Crowley recordó ese dicho de los humanos no fue coincidencia.

Viendo maravillado la manera en que el aura angelical resplandecía entorno a Aziraphale mientras continuaba hablando, Crowley se negó a ingerir otra gota de alcohol. Sabía que si aceptaba no lo recordaría en la mañana.

Fue entonces que el ángel lo miró a los ojos.

Detuvo su explicación sobre la biología de los delfines para mirarlo en silencio, Crowley estaba confundido—Uh...¿estás bien?

Curiosamente sus ojos estaban determinados cuando habló de nuevo.

—¿Sabes algo?...eres mi mejor amigo —tomó una larga pausa para saborear los restos de vino directamente de la botella—. Deberías...deberías quedarte aquí, conmigo.

Crowley apartó la mirada hipnotizado de la forma en que la garganta de Aziraphale se movió al tragar—¿A-aquí, ángel?

El ángel sonrió y arrastró las palabras al hablar—Verás, he estado pensando...últimamente, uh. Tú deberías...quedarte, aquí, conmigo —hizo un gesto a su alrededor demostrando su punto—. Podrías establecerte aquí...vivir...¿juntos? No lo sé.

Crowley, quién hasta ahora se mantuvo alejado del escritorio donde Aziraphale estaba recostado con botellas vacías y libros viejos, se acercó desde uno de los rincones de la biblioteca.

Estaba demasiado sorprendido como para hablar, por lo que solo pudo asentir estúpidamente. Sintiendo una (uh, diablos) pequeña sonrisa formarse lentamente en su boca.

—¿Quieres que viva contigo? —preguntó luego de unos segundos en silencio—, ¿no es sería algo...extraño? —Él realmente no veía así, pero sinceramente tenía curiosidad por saber lo que pensaba él al respecto.

Aziraphale arrugó el ceño causando que su estúpidamente adorable sonrisa de borracho desapareciera; detuvo la botella que estaba por tocar sus labios y lo miró con esos brillantes ojos molestos.

Esa expresión molesta en su rostro casi le gustaba tanto como una feliz.

—¡Por supuesto que no! —casi lanzó la botella cuando la usó bruscamente para señalar—. Quiero que vivas conmigo, si lo quiero entonces puedes hacerlo. ¿No es tu obligación cumplir este tipo de deseos?

Oh joder. Aziraphale insinuaba que Crowley debía tentarlo. Ahora no estaba muy seguro de quién llevaba el papel de demonio aquí. Tosió.

—Lo haría porque eres tú —respondió sinceramente porque sí, diablos, lo haría con gusto—. Pero...¿por qué quieres algo como eso? —Crowley sabía que probablemente no debía estar pinchando tanto a la conciencia de bebé vulnerable por la que Aziraphale se convirtió pero dado que ese tipo de cosas ocurren una vez cada cierto tiempo...

La respuesta solo hizo que su corazón saltara en su pecho como una habichuela saltarina.

—...Te quiero. ¿Qué más debes saber que eso? —no había palabras arrastradas cuando lo dijo, ni movimientos nerviosos cuando miró la expresión sorprendida de Crowley; solo una nueva sonrisa mucho más brillante e inocente. Pequeño bastardo.

Era hermoso, y es todo para él.

Sabía que no debía tentar a su suerte ni mucho menos aprovecharse del ángel en esta situación pero...era algo inevitable. Mirando atentamente como Aziraphale tomaba un último y largo sorbo al resto de la botella, escuchándolo feliz mientras tarareaba, le preguntó—¿Realmente somos amigos, ángel o solo dices eso para que permanezca aquí?

Una largo silencio se hizo; Aziraphale lo miraba detrás de la botella vacía aún en sus labios, ojos llorosos por el vino. Lo que pareció mucho tiempo fue remplazado por la suave risa del ángel—¡Claro que lo eres!

El corazón del demonio Crowley latió rápidamente.

—¿A pesar de ser enemigos naturalmente?

—Claro que sí —Aziraphale ahora miraba un punto en la habitación, sin dejar de sonreír—, eres el único amigo que tengo.

—¿Sin contar lo que dijiste? —le recordó.

El ángel lo miró nuevamente, pero esta vez había un mueca en sus labios—Nada de lo que dije era cierto —contestó luciendo sinceramente abochornado—. Lamento si alguna vez lo creíste de ese modo. No era mi intención, solo tenía miedo.

—Ya no debes tenerlo —Crowley algo emocionado por las palabras del ángel—. Podemos estar juntos finalmente, y nadie podría detenernos porque nada importaría.

Aziraphale pensó inclinando su cabeza; estaba jugando con la botellas entre sus manos mientras Crowley temía lo peor en cuanto lo mencionó. Pero repentinamente el ángel lo miró a los ojos y una de las más brillantes, etéreas y preciosas sonrisas que alguna vez logró ver del ángel Aziraphale no eran nada comparadas con la que ahora mismo contemplaba.

—Eso...sería maravilloso.

A pesar de que hubiese sido perfecto; Crowley no pudo evitar pensar que el alcohol le había hecho decir algo como eso; por lo qué a la mañana siguiente le recordaría al ángel sus palabras exactas sobre la "Amistad entre demonio y ángel", además de sus opiniones al respecto.

Será divertido.


Recientemente conocí esta serie y simplemente...uff.

The Truths - ineffable HusbandsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora