Capítulo 3

21 3 2
                                    

—Estúpido, JongIn.

—¿Y ahora qué hice? Aparte de nacer bello.

—Desgraciado... ¡Ugh! Me acabas de espantar al amor de mi vida.

—¿Qué? ¡Cuñado, vuelve! ¡Perdóname!

—Púdrete.

—Perdón, no sabía que estabas con él —ríe.

—Como no me hable otra vez, te juro que no vas a tener aparato reproductor en lo que te queda de vida.

—A la verga. Cálmate, vieja salvaje.

—¿Me acabas de decir vieja, puerco?

—Quiero vivir.

—Olvídalo. Para qué me buscabas.

—¿Dónde está KyungSoo?

—Kim​ JongIn. Ya sé porqué mi tía no te soporta. Estamos en el descanso, ¿dónde crees?

—Ah, verdad.

—Me interrumpiste por... Bueno, pues, ojalá te vaya mal con él. Unas solas palabras mías y te ignora de por vida.

—Primito bello y listo, yo te ayudo con el cuñado. Ahora mismo iré a verle.

—Lo empeoras y...

—Sí, señor. Quiero vivir completo.

Después de aquella charla llegó el momento de volver a entrar a clases. Así que JongIn tuvo que esperar hasta el final para poder poner en marcha su plan.

Finalmente acabaron las clases y fue a buscar a KyungSoo para que lo ayudase.

—¡KyungSoo!

—¿Y ahora qué?

—No seas así conmigo, Soosie.

—Habla rápido o te pego.

—Haga lo que haga siempre me quieren hacer daño —hace un puchero.

—JongIn, me quiero ir a casa.

—Ah, perdón. ¿Dónde vive SeHun?

—¿Por qué?

—Es que hice algo y tengo que arreglarlo.

—Ah, por eso te quieren pegar también.

—Algo así. Dime dónde, por favor.

—Si lo hago, me debes un favor.

—No te preocupes, Soosie, con o sin favores haré lo que digas.

—Ugh.

KyungSoo sacó un trozo de papel y un bolígrafo de su mochila y le dio la dirección.

JongIn para darle las gracias le quiso dar un beso, pero KyungSoo le dio un manazo antes.

JongIn fue a la casa de su primo, donde, por ahora viviría. Iría más tarde a visitar a SeHun. Por lo que comió, se echó una pequeña siesta y se alistó para salir en su búsqueda.

Al llegar a la puerta, dudaba si era la correcta. No es que no confiara en KyungSoo pero tal vez solo escribió cualquier dirección para que lo deje tranquilo. Tan pensativo estaba que no sintió una presencia detrás de él.

—¿Puedo ayudarte en algo?

Le preguntó una mujer bastante joven.

—Yo... Verá... Es que...

—Tranquilo —ríe la mujer ante su tartamudeo—, ¿qué es lo que pasa?

—¿Vive aquí Oh SeHun?

Pequeños recuerdos 『HunHan』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora