☯︎𝕷𝖊𝖌𝖆𝖉𝖔♔︎𝕯𝖊♔︎𝖀𝖓♔︎𝕶𝖆𝖙𝖘𝖚𝖐𝖎☯︎

Prologo

(Cuando olvides de donde eres y quien eres, él destino se encarga de volver a recordártelo y de una manera en la que él olvido nunca tendrá pie, ni en tus palabras, ni en tus acciones y mucho menos en tus emociones.)

Yuuri katsuki, un pequeño niño nacido en una familia humilde, con una madre amorosa dispuesta a todo por la comodidad de su hijo y esposo, y una mente diligencia en cuanto a sus deberes, y un padre trabajador que a diario se rompía la espalda solo para traer felicidad a su familia,
o al menos esto aparentaban a personas ajenas a ellos y su vida privada,
pero en la privacidad de su hogar todo aquello se desmoronaba, convirtiéndose, él supuesto padre trabajador, en un alfa alcohólico, depravado y adicto a las apuestas que daría todo con tal de seguir apostando,
y la madre amorosa, se convertía en una víctima más, de los constantes abusos de su padre, la cual a pesar de sus heridas siempre se interpuso y planteo frente al abusador que tenía por padre para proteger a su indefenso cachorro, el cual había corrido con la mala suerte de ser él blanco principal de los constantes abusos y violaciones de este, que con él paso del tiempo iban en aumento, sus ataques de ira se volvían constantes y mas violentos, convirtiéndose prácticamente en una bomba, que en cualquier momento, podría explotar con el más mínimo soplo de aire, Su madre, Hiroko, nunca trato de llamar a la policía, ya que, siempre defendío la idea de que a pesar de todo, su padre era un buen hombre, que podía cambiar, aferrándose a una imagen empolvada y casi olvidada de quien fue una vez Toshiya.

Si su madre fue cegada por amor, o aquel lazo que les unía, nunca lo supo, era muy joven para entenderlo, pero ella siempre decía que su padre se merecía una segunda oportunidad, y siempre siguió persistiendo con lo mismo, luego de cada paliza y/o violación, lloraba aferrándose con vehemencia al cuerpo de su pequeño, luego de esos sucesos, sin darse cuenta que aquel hombre estaba siendo su ruina, destruyéndolos a grandes pasos.

Con él transcurso de los años, aquella pequeña esperanza se fue marchitándo y desapareciendo de la mente de su madre,
y él culminante que hizo que tomara la decisión de irse, fue, él hecho de que un día Encontró a su esposo murmurando sobre haber apostado la vida de su esposa e hijo a falta de dinero, la usualmente pasiva mujer enfureció, discutiendo fuertemente con su marido, a pesar de tener todas las de perder, una discusión que termino con su madre apunto de ser asesinada, con su cuerpo sangrante y adolorido, aferrándose a un Yuuri, que se había encerrado en su cuarto con ella, nuestro pequeño pelinegro a sus tiernos 5 años, empezo a cuestionarse cosas y a desear otras, cosas que un pequeño de su edad no debería, había empezado a dudar, desconfiar, a mentir y a fingir de formas siniestras, mientras en su mente deseaba que su padre desapareciera, no sabía como llevar a cabo aquel deseo, ya que su inexperta mente no estaba lista para ellos, pero aquel deseo...aquel sentimiento siempre estuvo ahí.

Luego de aquel suceso él tiempo cruel y Macabramente benevolente como siempre siguió su cursó, pronto, aquel desconocido sentimiento molesto y doloroso que corroía su ser tomaría forma y por consiguiente nombre en el pequeño Katsuki, pero sobre todo volvería a abrirle los ojos de forma cruel, y todo esto se remontaría en un día, el cual en un futuro no recordaría la fecha y hora volviéndose estos, dentro de un determinado tiempo en borrones que su destruida mente se había encargado de borra, pero aquel recuerdo de como su desestructurada familia se terminaba por destruir quedaría a fuego en su piel.

Eran las 6:57 p.m. cuando todo había ocurrido, el sol ya se encontraba tímidamente desvanecido debajo de las espesas y oscuras nube, y pronto pequeñas estrellas se dejaban ver en el vasto cielo, y los negocios de origen nocturno habrían sus locales y las luces rojas y coloridas iluminaban las calles.

En una casa poco alejada del disturbio, se podia ver como un pequeño niño de ojos castaños, se asomaba tímidamente por las ventanas, para después cerrarla cortina con rapidez, dirigiendose al comedor al atender el llamado de su madre.