El pequeño pelinegro tembló encogiéndose entre los brazos de su progenitora, la cual observaba horrorizada el cadáver de su esposo caer al suelo, con el rostro y cráneo despedazado, ensuciando casi toda la estancia de sangre.
__Ma....y..Pa?__
Al escuchar la inocente voz de su pequeño, las ultimas palabras de su esposo le golpearon como balas, "CORRE", sin detenerse a pensarlo mucho tomo a su pequeño en brazos emprendiendo rápida marcha en dirección al cuarto de su pequeño, con los atacantes pisándole los talones, pero aquello solo era un incentivo para que corriera mas rápido, sin intenciones de detenerse hasta que su cachorro estuviera a salvo, en esos momentos no le interesaba, el sentimiento cansancio, su respiración errática, el dolor que le apretaba el pecho, con la sensación de mil agujas clavándose en su corazón, el como su marca de enlace ardía, el dolor insoportable de su cabeza, el sentimiento de inmenso vacío y abandono, sus ojos escocían, el cuerpo tembloroso y el corazón estrujando se dolorosamente, no fueran, ni nunca serían razones suficientes para que dejara de correr, su único pensamiento persistente, que corroía su mente y alma, anclando su conciencia en dicho momento era proteger a su beben a cualquier costo.
Tenia que hacerlo, sin importa las razones, sin importa que se lo ordenaran, sin importar la marca, nada importaba solo su hijo, era lo único que le quedaba, en todos estos fue lo único que la mantuvo unida a este mundo, nunca fue su esposo, eso dejo de ser, hace casi 8 años atrás, sin embargo su hijo, siempre estuvo ahí, consolándola silenciosamente, con cada toque, cada beso, cada abrazo, cada palabra que decía, fue el único incentivo para que se levantara de su cama, a pesar del cansancio, y que peleara a pesar del dolor, fue el, y ahora tocaba su ultimo trabajo como madre....¿Trabajo?, no, no era un trabajo, necesitaba y tenia que salvar a su hijo, por que lo amaba, tenia que hacerlo bien al menos esta ultima vez.
—Yuuri...Saldremos de aquí...estaremos bien...estarás. Bien....mama......-
Pauso con pesar, sintiendo su respiración ya Errática por el cansancio aumentar, aquel bocado de sangre vieja contenida en lo fondo de su garganta, mientras un dolor taladrante se asentaba en su cabeza, en una zona especifica, sentía la piel descargarse lentamente ahí.
Sabia que no viviría mucho, que estaba destinada a perecer , tal como dictaba la naturaleza, "El Omega marcado por alfa, lo es para permanecer, cuando el momento de este llegue y tenga que perecer, dicho omega vivir no ha de querer", palabras que siempre fueron su maldición y que la ataron durante esos 8 años, mirando al pasado siempre se preguntaba, ¿que ocurrió?, ¿Como llegaron a este punto?, pero esto ya no importaba, dejo de hacerlo, no podría cambiarlo de todas formas, solo sabia que esta marca que fue su condena jamás debería ser la de yuuri no lo permitiría, utilizaría su ultimo aliento para salvarlo, que salieran de aquí, sentirse libre por ultima vez, dejar su hijo a salvo y que este pudiera seguir viviendo.
—Yuuri...Mama te salvara....Estarás bien y seguirás viviendo....tienes que hacerlo....no importa que ocurra...no importa que pase...._
Observo el rostro medio consciente de su hijo, y su ojos a dormí la dos, lentamente los orbes rojizos, se recubrieron de un capa rojiza pareciera que gotea rían sangre en cualquier momento, y lo hicieron, mientras las lágrimas carmesí encontraban su camino por las pálidas y hundidas mejillas de la mujer, la cuales empezaban a tener un toque azulado, macabro, pero extrañamente exudando un aura de belleza moribunda, de lo que alguna vez fue hiroko, superponiéndose con su actualidad.
—Tendrás que hacerlo....yuuri...los katsukis nunca se rinden....Mama no lo hizo, haci que no puedes hacerlo._
Murmuro, acariciando al pequeño con su mano ensangrentada, entrando a paso apresurado a un callejón cercano, cansada, mientras arrastraba sus piernas frías, y rígidas a un montón de contenedores de basura colocando al joven ahí, mientras se apoyaba pesadamente contra el borde, observando al niño que ya se había despertado hace unos minutos, solo resignándose a dejar escapar unos cuantos sollozos observando a su madre con su grandes ojos cobrizos cubiertas de lagrimas, reflejando el r9stro sonriente y ensangrentado de su madres, que ya había perdido peso, y color a causa de la tortura que era aquella marca, aquel dolor taladran te ya había perforado un agujero en su cabeza, que se encontraba su pura te de sangre, sudor y sesos, los cuales aun no la matarían, la tortura seguiría hasta que se rindiera.
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☯︎𝕷𝖊𝖌𝖆𝖉𝖔♔︎𝕯𝖊♔︎𝖀𝖓♔︎𝕶𝖆𝖙𝖘𝖚𝖐𝖎☯︎
AcakÉl destino le jugo rudo desde una temprana edad y debido a estas circunstancias aprendió a jugar rudo con el, y a sobrevivir hasta en la más precaria de las situaciones. Su principales lemas siempre han sido, "Si no puedes contra el enemigo unetele...